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miércoles, 17 de enero de 2018

Schumann. Concierto para Piano. Concierto para Violonchelo. Bernstein. Orquesta Filarmónica de Viena. 1984. 1985.


Queridos amigos, la entrada de hoy no tiene motivo o justificación especial. Sencillamente encontré el disco, lo escuché y me volvió a cautivar como en su primera escucha.

Muchos tildan el Schumann de la etapa para DG de Bernstein como pesado y carente de alma. Muchos lo califican de aburrido. Siento disentir con esa opinión.

Si su Schumann con New York era y es maravilloso, el ciclo sinfónico de DG con la Filarmónica de Viena no le va a la zaga. Quizá se aprecie un mayor freno a la expansividad insultante propia de Lenny pero se sustituye esta por una intensidad y profundidad realmente excepcionales. 

Este disco complementa a esa fabulosa integral grabada con los vieneses, para mi gusto una de las más bonitas que se hayan grabado, completando así el corpus sinfónico de Schumann de una manera excepcional.

Ambos conciertos están interpretados por todos los participantes con una energía, serenidad, emotividad y preciosismo que resultan realmente sensacionales. La compenetración de Lenny tanto con Frantz como con Maisky, ambos excepcionales músicos y buenos amigos del maestro Bernstein, y sin duda con los filamónicos vieneses tiene mucho que decir en el resultado realmente expresivo, brillante, intenso y bello en las interpretaciones de ambos conciertos, por otro lado conciertos que forman parte del grupo de los excepcionales en el campo de ambos instrumentos.

Espero que disfruten del disco. Pueden disfrutar también de las dos integrales sinfónicas referidas antes al final de la entrada. Creo que en ambos casos disfrutarán de unas sensacionales obras musicales en recreaciones diferentes pero ambas con el mismo fondo, ese fondo que quizá sólo Lenny podía dar: emotividad.



Schumann

Concierto para Piano*
Concierto para Violonchelo**

Justus Frantz, piano*
Mischa Maisky, chelo**

Orquesta Filarmónica de Viena
Leonard Bernstein

Grabación:

Musikverein, Grosser Saal, Viena
6 de febrero de 1984*
6 de noviembre de 1985**










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viernes, 18 de marzo de 2016

Dvorák. Concierto para Chelo. Obras para Chelo y Piano. Belohlávek. Orquesta Filarmónica Checa. Weilerstein. Polonsky. 2013.



Queridos amigos después del recorrido realizado por la música sinfónica de Mahler y algunos de sus lieder más reconocidos, nada mejor para cambiar de aires que un disco como el que hoy dejamos. Una preciosa grabación del fantástico Concierto para Chelo de Dvorák acoplado con una selección de piezas para chelo y piano realmente bonitas. Un ambiente totalmente diferente al de los anteriores discos aunque igualmente maravilloso.

Igual me excedo al calificar este disco pero es una de las grabaciones más bonitas que he escuchado del excepcional concierto para Chelo de Dvorák. Por muchas razones. Es una grabación de extraordinario sonido, la interpretación de Alisa Weilerstein es sencillamente prodigiosa, la acompaña de forma sensacional el maestro Belohlávek con una dirección intensa y matizada al frente de una orquesta sencillamente impresionante, una Filarmónica Checa magistral, bellísima en su sonoridad y extraordinaria en su ejecución.

El fantástico concierto para chelo fue compuesto por Dvorák entre el 8 de noviembre de 1894 y el 9 de febrero de 1895, durante sus últimos meses de estancia en EEUU. Fue dedicado al violonchelista Hanuš Wihan, que encargó la obra y que debía estrenarlo en Londres. Finalmente se estrenó por Leo Stern como solista bajo la dirección del propio Dvorák en un concierto en el Queen's Hall de Londres el 19 de marzo de 1896 debido a una serie de malentendidos entre el compositor y la Sociedad Filarmónica de Londres, que auspiciaba el estreno de la obra.


El concierto a diferencia de su Novena sinfonía no contiene demasiados componentes que tengan su base en el folclore americano (por ejemplo el precioso segundo tema principal inspirado en un canto navideño afroamericano) sino que es de manera general es toda una demostración de esencia Bohemia a modo de un anticipado deseo del compositor de regresar a su tierra natal. Regreso marcado por otra parte por la grave enfermedad su cuñada Josefina Čermáková que moría escasamente un mes después del mismo, el 27 de mayo de 1895.

Dvořák, enamorado profundamente de ella en su juventud, antes de que se casara con su hermana Anna, y que la seguía queriendo entrañablemente, conoce la noticia de la enfermedad de Josefina durante la composición de la obra y decide tributarle un homenaje musical insertando en el centro del segundo movimiento, y evocándolo rápidamente al final, un tema de melancólica melodía extraído de su Lied Op.82 "Lasst mich allein in meinen Traümen gehn" que era la canción preferida de Josefina. Esta preciosa referencia aparece en el marco de un segundo movimiento iniciado de manera pastoral e interrumpiendo una intensa marcha de carácter fúnebre.

Por otro lado Dvorák al conocer la noticia del fallecimiento de Josefina modifica también la escritura del movimiento final añadiendo una coda evocadora e intensa, llena de referencias a la naturaleza, a los paisajes encantadores de su tierra y de nuevo al lied antes citado.

Ciertamente hay un trasfondo emotivo personal de Dvorak con Josefina a la hora de escribir la obra e insertar esos recuerdos musicales en el momento de conocer tanto la noticia de su enfermedad como la de su muerte. Bien fuese un homenaje directo a Josefina o bien la tomara en esos momentos como inspiración, lo cierto es que el resultado final es profundamente emotivo.


Josefina Čermáková

El concierto es bellísimo en toda su extensión, desde que comienza la maravillosa introducción orquestal con los temas de los clarinetes y las trompas hasta la presentación del solo de violonchelo, un violonchelo soberbio y profundamente emotivo pasando por todo el desarrollo de los movimientos segundo, con la preciosa melodía antes citada, y final con el violonchelo marcando una preciosa marcha en forma de rondó y exponiendo los temas de los movimientos previos hasta finalizar con el motivo de la canción y la coda orquestal de cierre. En toda su extensión Dvorák nos deja una combinación genial de vientos, cuerdas, maderas y solista repleto de bellísimas melodías y con una orquestación simplemente magistral. La fuerza que transmite a lo largo de toda su extensión es enorme, la emoción no se queda atrás, la belleza sonora es indescriptible. 

En la presente grabación, ya les comento que igual es una simple apreciación mía, toda la belleza de esta obra portentosa y mágica se deja apreciar de las manos de una chelista que consigue un sonido riquísimo, pleno, encantador, apabullante. Dotada de una técnica que, aparte de ser difícilmente superable, es puesta al servicio de la expresividad de la obra, sin dejar que la música se convierta en sólo una manifestación de portento técnico y virtuosístico sino todo lo contrario permitiendo que sobre esa impresionante forma de ejecutar se imponga la belleza única del alma de la música.

A ello debemos sumarle la extraordinaria sonoridad de la orquesta checa y la habilidad no sólo ya técnica del maestro Belohlávek sino de acompañamiento al servicio del conjunto de la obra, matizando planos, dedicando espacio a cada grupo instrumental, dejando respirar la masa orquestal y permitiendo sacar a relucir todo el potencial expresivo del instrumento solista facilitando el contraste entre su sonoridad y las texturas orquestales que sirven de marco al chelo e impidiendo su ahogamiento.

Una verdadera maravilla.


Alicia Weilerstein y Jirí Belohlávek

El disco se complementa con una exquisita selección de obras para chelo y piano que resultan extraordinariamente bellas y preciosas de escuchar. Verdaderas joyas miniaturizadas que nos dejan ver el encanto melódico del gran compositor que es Dvorák y el talento enorme de dos instrumentistas prodigiosas, Alicia Weilerstein y la pianista Anna Polonsky que nos ofrecen un verdadero recital de poesía musical. Los arreglos de las piezas vienen de la mano del gran pianista, compositor y arreglista británico John Lenehan (1958) y del chelista checo Heinrich Grünfeld (1955-1931).

El Silencio de los Bosques (Silent Woods op. 68 nº 5) fue compuesta por Dvorák dentro de un conjunto de piezas para piano a cuatro manos titulado Los Bosques de Bohemia y la pieza en concreto fue reelaborada por el maestro para violonchelo y piano y luego para chelo y orquesta siendo bautizada como El Silencio de los Bosques por el editor de la pieza. Es una preciosa composición llena de pasión, intensidad emotiva acompañada de calma serena y quietud.

El Tema de la Sinfonía nº 9 es presentado en los arreglos de William Arms Fisher alumno norteamericano del maestro y con arreglos posteriores de de John Lenehan. Poco se puede añadir como comentario de este hermoso fragmento musical de todos conocido. Una sencilla y simple joya.

En el Rondó (Rondo in G minor op. 94) y en la Danza Eslava podemos apreciar la enorme capacidad del maestro para elaborar ritmos populares, jugar con ellos, imprimirles sentido melódico o jugar con la profundidad del lirismo más sutil y bello. dos verdaderas piezas maestras de intensa emotividad, frescura y sentimientos.

Las Canciones que mi Madre me cantaba (Als die alte Mutter-Zigeunermelodien) corresponde al cuarto de las Siete Canciones Gitanas y se nos presenta como una pieza cargada de intensidad y sentido poético.

Finalmente la preciosa melodía de la que venimos hablando en los comentarios del concierto, Lasst mich allein Vier Lieder, una verdadera obra de arte que merece muy mucho ser escuchada en esta recreación para piano y chelo. Portentosa y bellísima.


Anna Polonsky


Alicia Weilerstein



Dvorák
Concierto para Chelo
Obras para chelo y Piano


Concierto para Violonchelo*
Lasst mich allein Vier Lieder op. 82 nº 1 (arreglos John Lenehan)
Rondo in G minor op. 94 
Theme from Symphony nº 9 (arreglos de William Arms Fisher+arreglos de John Lenehan)
Songs my mother taught me (Gipsy Songs, op. 55 nº 4, arreglos Heinrich Grünfeld)
Silent Woods op. 68 nº 5
Slavonic Dance in G minor op. 46 nº 8

Alisa Weilerstein, chelo
Anna Polonsky, piano
Orquesta Filarmónica Checa*
Jirí Belohlávek*

Grabaciones:

Dvorák Hall, Rudolfinum, Praga, 28 y 29 de junio de 2013*

American Academy of Arts and Letters, New York, 5 y 6 de abril de 2013








jueves, 29 de enero de 2015

Dvorák. Elgar. Conciertos para Violonchelo. Michael Halász. Royal Philharmonic Orchestra. 1991.


Queridos amigos, esta noche dejamos este hermoso disco con dos de los conciertos para violonchelo más bellos jamás escritos, los escritos por Dvorák y Elgar. Dos verdaderos monumentos musicales y dos joyas de la escritura para el instrumento quizá más bello y hermoso de toda la orquesta.

Dos conciertos que se escuchan por simple placer, dos sensacionales composiciones que suscitan las más variadas y profundas emociones. Dos verdaderas joyas.

El Concierto para Violonchelo de Dvorák es quizá uno de los más interpretados y registrados de todo el repertorio para el instrumento. Obra riquísima en su estructura, instrumentación, orquestación, colorido y ritmo contiene algunos de los pasajes más exquisitos escritos para este instrumento. Fue compuesto entre los años 1894 y 1895 y fue dedicado al violonchelista Hanuš Wihan, que encargó la obra y que debía estrenarlo en Londres. Finalmente se estrenó por Leo Stern como solista bajo la dirección del propio Dvorák en un concierto en el Queen's Hall de Londres el 19 de marzo de 1896.


El Concierto para Violonchelo de Elgar fue compuesto por el maestro en el año 1919 y tuvo un estreno realmente horrible del que se indica siempre fue un desastre por la falta de preparación de la orquesta (la excepcional Sinfónica de Londres) debido a los excesos de tiempo empleados por el director Albert Coates en la preparación de la segunda parte programada del concierto (El Poema del Éxtasis de Scriabin) de manera que la orquesta prácticamente no tuvo ensayos de la obra de Elgar. El citado estreno tuvo lugar el 27 de octubre de 1919 por la Orquesta Sinfónica de Londres, la dirección del propio Elgar y el magnífico chelista Félix Salmond que en palabras del propio Elgar puso la calidad y profesionalidad suficiente para salvar la interpretación de la quema. Una lástima aquello porque la obra de Elgar es una verdadera maravilla, un prodigio de simplicidad compositiva pleno de sabiduría, emoción, profundidad, carácter contemplativo y emociones sabiamente interiorizadas con un chelo exquisito y profundamente melancólico. Sublime.


El disco nos deja unas preciosas interpretaciones de la mano de la magnífica chelista alemana María Kliegel que dota a ambas composiciones de un sentimiento intenso, una sonoridad exquisita, clara y limpia, y una profunda sensibilidad. El maestro húngaro Michael Halász conduce a una fantástica Royal Philharmonic Orchestra (una orquesta sensacional a la que habría que rendir un verdadero homenaje por lo que ha realizado por la música) con enorme sabiduría y perfecto manejo de la masa orquestal, logrando un perfecto empastamiento, unos preciosos y delicados marcados de los temas y una sensacional claridad en las exposiciones instrumentales solistas.

Un disco para disfrutar de la música.




Dvorák
Elgar
Conciertos para Violonchelo

Maria Kliegel, chelo
Royal Philharmonic Orchestra
Michael Halász

Grabación:

Henry Wood Hall, Londres, 8 al 10 de noviembre de 1991







miércoles, 6 de agosto de 2014

Beethoven. Sonatas para Violonchelo y Piano. Fournier. Gulda. 1959.


Mis queridos amigos hoy siento la necesidad digamos que incluso imperiosa de compartir este bellísimo conjunto de discos. Una necesidad que parte del ansia de serenidad y tranquilidad que tengo. Nada más bello que la escucha detenida sin "prestar" atención de las hermosas Sonatas para Chelo y Piano del gran Beethoven, unas obras bellísimas y llenas de hermosura, delicadeza, intensa paz y profunda emoción.

En su día dejamos estas mismas sonatas en una entrada que les ruego revisen aquí interpretadas por dos colosos de la música, Rostropovich y Richter. En aquella entrada ya les anticipaba que el disco que hoy dejamos era para mi gusto el más bello de los que he escuchado de estas obras por esa magia especial que algunas ocasiones se produce en la conjunción entre intérpretes, esa magia que no sabes explicar pero que está o al menos percibes en tu interior. Bendita magia que te permite gozar de momentos extraordinarios de belleza.

Exquisitos ambos intérpretes, Fournier inmenso, con ese sonido tan cálido y hermoso que arrancaba del instrumento y Gulda fantástico, genial, maravilloso y sublime. Ambos en estado de gracia no hacen más que dar un valor enorme a la genial música del genio de Bonn.


Sin más les dejo con esta preciosa música. Que disfruten de su belleza, de su inmenso poder de seducción y de su intensa fuerza emocional. Estoy convencido que no les va a defraudar.

Como decía en la entrada referida arriba, disfruten del placer de escuchar música por sentir, que no es poco, la simple belleza sonora, la paz y tranquilidad en su escucha. Ojalá sus corazones se llenen de paz, serenidad, sentimiento y tranquilidad.



Beethoven
Sonatas y Obras para Chelo y Piano

Pierre Fournier, violonchelo
Fiedrich Gulda, piano

Grabaciones: 

Viena, Musikverein, Brahms-Saal, junio de 1959

PD: la descarga en FLAC de los discos completos es pesada, individuales es bastante más ligera.








Mp3


FLAC


domingo, 23 de septiembre de 2012

Johann Sebastian Bach. Suites para Violonchelo. Pierre Fournier. 1960.


Queridos amigos, pocas, muy pocas palabras vamos a escribir en esta entrada. En primer lugar porque con total seguridad sobrarían y en segundo y quizá más importante porque no tendría el vocabulario adecuado para expresar lo que esta música y este disco pueden llegar a transmitir.

Me confieso un verdadero inculto musical en la obra del maestro Bach. Siempre he dicho, y me pasa algo muy semejante con Wagner, que no logro comprender su música, y me encantaría. ¡Ya me dirán que no hay que comprender la música! Aceptado, aceptado. No es sólo comprender es que es una música que vive en mi ser en dos formas, o bien la forma musical pura que en muchísimas ocasiones me ha obligado a dejar de escucharla, o bien la forma de música de sentimientos, música que dejo escuchar y que me atrapa de inmediato hasta tener que escucharla una y otra vez. Será mi bipolaridad que contribuye muchísimo a la manera en la que estas notas sientan en mi corazón. Me desesperan o me embelesan. 


Y hay pocas obras del maestro Bach que pueda lograr escuchar completas y más aún dependiendo de quién sea el músico que la interprete. Gould, ya me machacarán los puristas y grandes entendidos, me apasiona. Tiene la habilidad de traducir la música de Bach de manera que siempre de a mi corazón una profunda sístole de sangre musical. Casals es otro genio. Increíble lo que el chelista catalán logra con la música de Bach. Pura armonía y belleza con ese violonchelo que parece sonar a gloria y a vida. Y el tercer músico en discordia es Fournier. 

Fournier, un maravilloso músico, un excepcional instrumentista, un increíble personalidad. Un músico que para las presentes sesiones de grabación en Hannover realizó largas tomas de piezas completas, casi sin modificaciones de remasterización. Le gustaba trabajar las piezas como un todo, empezar a tocar y finalizar. Y vaya si lo hacía bien, sí señor Fournier un genio. Un aristócrata del violonchelo, un señor músico en toda ley, elegantísimo y con una musicalidad extraordinaria. Que sensibilidad derrocha a la hora de tocar estas piezas de Bach, con una exquisitez técnica sorprendente y una delicadeza y sentimiento inigualables.


En muchos momentos de la audición de estas hermosísimas Suites de Bach cierro los ojos y me imagino al señor Fournier en aquella famosa celebración en honor de Casals, fallecido ya. Otoño de 1973, Iglesia de San Miguel de Cuxa, Fournier y las Suites de Bach. Monumental recogimiento entre los presentes, sentimiento que se podía palpar en el aire de la iglesia, las Suites en las manos de Fournier dando el merecido adiós al más grande de los grandes. Final, no hay aplausos, hay silencio, hay quietud, las personas se levantan y de pie rinden homenaje al maestro Casals. Tuvo que ser absolutamente conmovedor.

Lss Suites de Bach fueron compuestas por el maestro en la época en que era maestro de capilla en Cohthen, entre los años 1717 y 1723. Los destinatarios posiblemente alguno de los excelentes violonchelistas de la orquesta de la corte de Coethen. Elaboradas con un trazo global formal semejante, hay diferencias cualitativas entre ellas. La primera serie, de la primera a la tercera, se presenta en general de más fácil comprensión e interpretación mientras que la segunda serie, de la cuarta a la sexta, presenta un mayor grado de dificultad técnica interpretativa (la sexta incluso una cuerda más).


La estructura global de las suites está formada por un preludio, seguido de tres movimientos basados en diferentes danzas de alto y bello estilo: allemande, courante y sarabande. En el quinto movimiento Bach emplea otros tres tipos de danza, de carácter galante, ricas y hermosas: menuet, bourrée y gavotte. Todas las suites finalizan en la forma de una gigue. 

Los preludios son maravillosas ocasiones de dar libertad expresiva a los intérpretes, capacidad de improvisación, posibilidad de no estar encorsetados en la estructura rítmica de las danzas psoteriores. Bach juega con las posibilidades expresivas del instrumento, su paleta de sonidos y colores, su tímbrica. En estos preludios podemos encontrarnos sentimientos trasladados a lo musical de una riqueza extraordinaria. Cromatismo y colorido; melodías melancólicas; tensió y nobleza; ideas melódicas armonizadas y ricamente desarrolldas; el uso de la scordatura en la quinta suite para quizá explorar las capacidades rítmicas del instrumento o su expresividad; el uso de una quinta cuerda para la sexta suite aunque no es obligado va una quinta más alta que la cuerda aguda del violonchelo tradicional, quizá ayude a poner de manifiesto ese genial ejercicio del preludio sexto danzable, rítmico, con cambios muy señalados de fortes y pianos y el uso de notas muy agudas en sus toques afectivos.

El resto de movimientos que componen la estructura de las suites son un perfecto campo de exploración para los instrumentistas. Una forma de dejar libre su mente, su alma, su corazón e interpretar la belleza melódica, de trasponer la vitalidad rítmica del maestro, de jugar con el colorido que les ofrece Bach y de recrearse en las maravillosas combinaciones de estilos elegantemente expuestos por el compositor.

Los registros de estos discos como anticipamos antes se realizaron por Fournier en Hannover, mediante largas tomas sonoras de piezas completas, sin necesidad de hacer correcciones numerosas. Sólo interpretar, registrar y editar. Un verdadero prodigio de la combinación entre el músico y los ingenieros y productores de la grabación. 

Una grabación de verdadero ensueño. Una delicia y un placer para los corazones de todos aquellos que se dejen llevar por la musicalidad misma.

Espero que disfruten de estas hermosísimas melodías, que se llenen de armonía, de paz, de serenidad y de profunda tranquilidad emocional y de espíritu. Si lo hacen, llegan a un estado de placer y de dulce estar verdaderamente irrepetible. En estos momentos resultan muy necesarias para cargar esas baterías de sentimientos un poco apagadas.



Johann Sebastian Bach
Suites para Violonchelo
Pierre Fournier
Grabación, diciembre de 1960, Hannover, Beethovensaal











FLAC:



domingo, 12 de agosto de 2012

Actualizaciones de Enlaces. 12 de agosto de 2012. Entradas con Visitas Frecuentes. 1.


Queridos amigos, seguimos actualizando. Periódicamente amén de las actualziaciones normales iré dando prioridad y actualizaré aquellas entradas que más visitas están teniendo.

Hoy, en la página de Nuevas Actualizaciones, el CD de las Sonatas para Violonchelo y Piano de Beethoven en la sublime recreación de Rostropovich y Richter. Se actualiza también a FLAC.




Beethoven
Sonatas para Violonchelo y Piano

Rostropovich
Richter
Edimburgo, 30 de agosto de 1964, directo


Sonata en F mayor nº 1; Sonata en Fa mayor nº 2 Op. 5, nº 1
Sonata in G minor nº 2; Sonata en Sol menor nº 2, Op. 5, nº 2
Sonata in A major nº 3; Sonata en La mayor nº 3, Op. 69
Sonata in C major nº 4; Sonata en Do mayor nº 4, Op. 102, nº 1
Sonata in D major nº 5; Sonata en Re mayor nº 5, Op. 102, nº 2