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lunes, 26 de mayo de 2014

Beethoven. Integral Sinfónica. Wilhelm Furtwängler. Orquesta Filarmónica de Viena. Orquesta Filarmónica de Estocolmo. Orquesta y Coro del Festival de Bayreuth. EMI. 1948. 1950. 1951. 1952. 1954.


Actualización de la entrada original del 18 de septiembre de 2012.

Queridos amigos, quisiera dejar esta noche este precioso estuche de discos conteniendo la maravillosa serie de grabaciones de la obra sinfónica de Beethoven por el maestro Furtwängler. Un estuche que no por ya conocido y siempre referido deja de tener actualidad y valor. Un conjunto de grabaciones del gran Furtwängler que nos muestra el arte del maestro y su concepción beethoveniana a lo largo de los años durante los que se grabaron los registros. Una concepción básicamente estable, sin grandes diferencias generales con los registros individuales que existen de cada una de las obras independientemente consideradas.

El esfuerzo de EMI en la consecución de este estuche debe ser siempre valorado de manera positiva. Si bien siempre se ha criticado el menor valor de algunos de los registros contenidos en el mismo, hay que reconocer que en su conjunto es una forma estupenda de acercarse a Beethoven y a Furtwängler. Y es justo  decir que el esfuerzo realizado permitió en su momento tener una visión global del sinfonismo de Beethoven por el maestro, una forma de ver de manera integral su Beethoven y de acercarse y conocer sus grabaciones del genio de Bonn. 

Valor que además debemos ponderar en un tiempo en el que era difícil la obtención de estos registros y más difícil aún lograr que otros registros existentes pasaran a formar parte del archivo EMI (hasta 1979 no se pudo lograr esa integral de Beethoven por Furtwängler una vez que pudo ser localizada una Segunda dirigida por el maestro).

Como todas las integrales de una obra sinfónica siempre se podrá criticar esta o aquella sinfonía, comparar con ese registro maravilloso y estupendo de alguna de ellas que tenemos por ahí guardado como oro en paño, establecer comparaciones, siempre odiosas, con la integral de otros maestros, etc. Pero en su conjunto, todas y cada una de las integrales sinfónicas tienen un valor incalculable. Es un conjunto, más o menos uniforme, de visión, de concepto, de espíritu, de alma, de forma y de sentido. Muchas tienen mayor uniformidad de orquesta, otras tantas de tiempo, otras de época, otras de calidad sonora. No hay integral perfecta, bueno sí, existen tantas como gustos de oyentes. Cada uno de nosotros guardamos una en el alma, en la memoria, en el corazón, y por diversos y variados motivos siempre tendremos nuestra preferida. Con el tiempo vamos escuchando nuevos registros, se va mejorando en el procesado de los CD, se comparte el conocimiento y la crítica de las diversas obras. Pero siempre queda ese cariño especial por alguna de ellas.


En mi caso particular, le perdono cualquier deficiencia en la calidad sonora, que las tiene aunque son ¡tan bonitas!; le perdono la diferencia de calidad entre las orquestas que pasa a un segundo plano cuando escucho la maravillosa interpretación que Furtwängler logra con cualquiera de ellas; le perdono que el cuarteto solista pueda ser criticado indicando que los hubo mejores, por supuesto, pero ¿tan importante es dentro de un acercamiento global?; le perdono que tenga esa diferencia temporal entre sus realizaciones, bueno, valoremos que si era bueno en 1948, era igual o mejor en 1954. Le perdono todo porque es la esencia misma de Beethoven trasladada a nuestra época de la mano de un ser excepcional, lo miren por donde lo miren, un ser que amaba a Beethoven, su significado, su esencia, su música y su valor como referencia de la historia musical europea.

Porque para mi, como me pasa con la primera integral de Karajan para DG y con la de Szell para CBS, tiene el valor de lo trascendente, el valor impregnado del alma y del corazón del hombre. Porque significó tanto, tanto en su momento que es imposible que separe de mi ser aquellos sonidos y aquellas sensaciones que su primera escucha produjo en mi. Recuerdo que pasaba noches y noches escuchando estos CD, maravillado por ese sonido viejo pero encantador, recuerdo que tenía este estuche como "disco de cabecera" y que mientras lo escuchaba, una vez la Tercera, otra la Quinta, un día la Cuarta y otro la Séptima, siempre, siempre obtenía un placer extraordinario. Aquellos discos tenían magia, encanto, poder, intensidad e inmensidad. 

Pasados los años descubrí nuevos directores y nuevas grabaciones; unas de fechas semejantes, otras mucho más modernas. Pero jamás olvidé estos discos de Furtwängler, jamás. Mantenían su magia y su encanto. Y aún hoy lo siguen manteniendo. 


Todos y cada uno de los discos que integran esta recopilación de EMI tienen su encanto. Todas las orquestas están en su nivel, en el nivel que quería el maestro en ese momento mágico del concierto o del registro en estudio. ¿Que Estocolmo no es Viena? Sí pero ¿acaso no suena preciosa en su entregada interpretación para Furtwängler?

Es un placer disfrutar de la sencillez de la Primera, le magia de la Segunda, la intensidad de la Tercera, la vitalidad de la cuarta, la inmensidad de la Quinta, la serenidad de la Sexta, la alegría de la Séptima, el humor de la Octava y la magnitud universal de la Novena. Luego, existirán otras, desde luego, pero estas son preciosas, únicas, irrepetibles e inconmensurables.

Espero que este pequeño homenaje sirva para mantener vivo el valor de estos registros, para poder transmitir siquiera una mínima parte del significado tan enorme que tienen en lo histórico y en lo musical, para que al menos un poquito de aquello que sentí, siento y sentiré llegue a muchos amigos de este espacio. Y se difunda, porque esto es arte, es historia, es música y sentimiento y eso nunca, nunca, debe ser coartado.

Un abrazo a todos y que disfruten de esta hermosura estuche. Merece muchísimo la pena, de verdad.


 






Beethoven
Integral de las Sinfonías
Wilhelm Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Viena
Orquesta Filarmónica de Estocolmo
Orquesta y Coro del Festival de Bayreuth

CD 1, Sinfonías nº 1 y nº 3
Sinfonía nº 1, Orquesta Filarmónica de Viena, Viena, Musikvereinsaal, 24 y 27-28 de noviembre de 1952
Sinfonía nº 3, Orquesta Filarmónica de Viena, Viena, Musikvereinsaal, 24 al 27 de noviembre de 1952

CD 2, Sinfonías nº 2 y nº 4
Sinfonía nº 2, Orquesta Filarmónica de Viena, Londres, Royal Albert Hall, 3 de octubre de 1948
Sinfonía nº 4, Orquesta Filarmónica de Viena, Viena, Musikvereinsaal, 1 al 3 de de diciembre de 1952

CD 3, Sinfonías nº 5 y nº 7
Sinfonía nº 5, Orquesta Filarmónica de Viena, Viena, Musikvereinsaal, 28 de febrero y 1 de marzo de 1954
Sinfonía nº 7, Orquesta Filarmónica de Viena, Viena, Musikvereinsaal, 18 y 19 de enero de 1950

CD 4, Sinfonías nº 6 y nº 8
Sinfonía nº 6, Orquesta Filarmónica de Viena, Viena, Musikvereinsaal, 24 y 25 de noviembre de 1952
Sinfonía nº 8, Orquesta Filarmónica de Estocolmo, Estocolmo, Konzerthus, 13 de noviembre de 1948

CD 5, Sinfonía nº 9
Sinfonía nº 9, Coro y Orquesta del Festival de Bayreuth, Bayreuth, Festspielhaus, 29 de julio de 1951
Elisabeth Schwarzkopf, soprano; Elisabeth Höngen, contralto; Hans Hopf, tenor; Otto Edelmann, bajo



Querido Furt, es siempre un enorme placer escuchar estas obras de tu mano. Esa mirada entre triste y perdida ha transcendido el tiempo, los hechos, la historia. Esa mirada se quedó clavada en alguna parte de mi corazón a través de este trabajo. Muchas gracias.









Mp3

CD 1 Sinfonías nº 1 y nº 3
CD 2 Sinfonías nº 2 y nº 4
CD 3 Sinfonías nº 5 y nº 7
CD 4 Sinfonías nº 6 y nº 8
CD 5 Sinfonía nº 9

FLAC

CD 1 Sinfonías nº 1 y nº 3
CD 2 Sinfonías nº 2 y nº 4
CD 3 Sinfonías nº 5 y nº 7
CD 4 Sinfonías nº 6 y nº 8
CD 5 Sinfonía nº 9

Actualización Entrada: Debussy. Homenaje. Obras Orquestales. Pierre Boulez. New Philharmonia Orchestra. Cleveland Orchestra. 1966. 1967. 1968.


Actualización entrada original del 28 de octubre de 2012.

Queridos amigos dejamos hoy un doble disco realmente maravilloso con el modesto deseo de rendir homenaje, en el 150 aniversario de su nacimiento, a uno de los compositores más rompedores de la estética musical de su tiempo y artífice de importantes cambios en la forma de escuchar la música, de sentirla y de disfrutarla: Claude Debussy (22 de agosto de 1862 - 25 de marzo de 1918). 

Figura de gran importancia en la música de finales del siglo XIX y principios del XX no debemos más que agradecerle no sólo ya sus composiciones, verdaderas obras de arte de la música, de la sensibilidad y de la belleza sonora, sino su labor, en muchas ocasiones no bien apreciada, de músico rompedor con la formalidad musical de su época, creador de un nuevo lenguaje musical que aprovecha al máximo las cualidades del sonido mismo y que es  en cierto modo un precursor de la música "moderna" de Bartók, Stavinsky, Ravel o el mismo Schönberg. Y con una particularidad, mantiene el respeto por las formas clásicas musicales, el clasicismo o el barroco. Un músico que sobre la base de lo existente desarrolla su propio lenguaje que resulta ser innovador, fresco, diferente a otras posibilidades evolutivas, mágico y seductor.

El doble CD que hoy dejamos es a su vez una demostración de amor por este compositor y su música. Pierre Boulez, el drástico y radical músico y director francés, radical en sus pensamientos e ideas musicales, sobre todo en su etapa de juventud, se rinde a la belleza de la música de su compatriota, bien sea por esa belleza que emana directamente de ella o bien sea por el carácter también diferente con lo existente de la música de Debussy.

Boulez ha grabado en varias ocasiones la música de Debussy, al menos en dos integrales, o casi integrales, una es esta para Sony-CBS y otra más reciente para la DG. Ambas son verdaderas aproximaciones maestras a las composiciones de Debussy, quizá la de DG con un mayor detalle y precisión orquestal así como con una excelsa calidad sonora. Pero esta aproximación de Sony tiene un valor añadido, la frescura de un Boulez joven, sin ataduras expresivas, más libre en su acercamiento, expresivo y colorista, de alto lirismo, claridad y sensualidad en el sonido. Y no debemos desdeñar a las orquestas que colaboran, una fantástica New Philharmonia Orchestra y la siempre maravillosa Orquesta de Cleveland.

De forma global me parecen aproximaciones más frescas, más intuitivas, más fáciles de disfrutar. Expresivas, coloristas, con tímbrica muy cuidada, ágiles, directas. Lo que, en palabras del propio Boulez, la "misma tendencia a destruir la organización formal preexistente en la obra, en un mismo recurrir a la belleza del sonido por sí mismo, en una misma pulverización elíptica del lenguaje" se puede apreciar quizá de manera más clara y fácil en estas interpretaciones de juventud.

En cualquier caso, tanto en los discos DG como en estos Sony encontrarán la misma manera expresiva de Debussy traducida por un Boulez que ama esta música y que varia en general poco en sus planteamientos. Ambas son aproximaciones brillantes y delicadas. Particularmente me quedo con la juventud y desparpajo de estas de Sony.


Debussy fue un músico con muchísima ansia literaria. Le gustaba la poesía y la literatura de Verlaine, Baudelaire o Rossetti y puso música también a obras, entre otros muchos, de Théophile Gautier, Paul Bourget, Théodore de Banville y Leconte de Lisle. 

En junio de 1884 su cantata L'enfant prodige, sobre texto de Edouard Guinand, ganó el Premio Roma y con él la pensión con estancia de tres años en la Villa Mèdicis (no llegó a estar el periodo indicado de tiempo, volviendo a Francia al año siguiente). Esta estancia en Italia fue muy fructífera para Debussy no tanto en el campo compositivo (estuvo afectado de varias enfermedades) como en el de las relaciones personales y en la ampliación de su campo de conocimiento tanto literario como musical.

De la etapa entre 1892 a 1894 datan dos de sus creaciones más reveladoras, El Preludio y Nocturnes. Debussy compone posteriormente muchas de sus grandes obras durante periodos de tiempo muy extensos (La Mer e Images, por ejemplo).

De su inicialmente prevista como Preludio, Interludio y Paráfrasis, sólo deja completa la primera parte en forma de su exquisito Preludio a la siesta de un fauno (Prélude à l'après-midi d'un faune) basado en un poema bucólico y simbolista de Stéphane Mallarmé. La obra se estrenó el 22 de diciembre de 1894 en uno de los conciertos de la Société Nationale de Musique bajo la batuta del director suizo Gustave Doret. 

Gustave Doret

No es en palabras de Debussy una descripción sintética del poema, es simplemente una forma expresiva de mostrar los deseos y sueños del fauno. Pero Debussy lo logra de una forma realmente brillante, rica, mágica. Es una exposición de realidades de la vida del poema, una prolongación de su emoción y encanto. Maravillosa obra plena de encanto, carácter tenue y vaporoso, sedosa y delicada, con una orquestación fina y alejada de las grandes masas orquestales. Las flautas, oboes, clarinetes y cuerdas se bastan para crear un magnífico y suavemente armonizado cuadro musical de una belleza sin par.

A mediados de 1894 Debussy ya tiene en mente la composición de Nocturnes. Obra dedicada al violinista Eugène Ysaÿe estaba pensada originalmente para el desarrollo de juegos orquestales y combinaciones entre violín, orquesta y grupos orquestales que inicialmente estaba inspirada en una serie de obras impresionistas también llamadas Nocturnos del pintor James McNeill Whistler. Debussy detalló a Ysaÿe la composición orquestal global y de los diferentes grupos que tenía en mente. Su idea era realizar un estudio de color orquestal único a través de esos diferentes grupos orquestales. La obra evolucionó en la mente de Debussy hasta finalizar en una gran obra sinfónica sobre cuyos títulos y su significado aún se discute. 

Camille Chevillard

Los dos primeros Nocturnes fueron compuestos entre 1897 y 1899 y se estrenaron el 9 de diciembre de 1900 en los Concerts Lamoureaux bajo la batuta de Camille Chevillard. El tríptico sinfónico completo se estrenó finalmente el 27 de octubre de 1901 con los mismos intérpretes. El resumen final es el de una obra sinfónica de claridad sublime, de juego de colores y timbres maravilloso, de expresividad soberbia en la representación global de distintas facetas y formas de presencia de la luz como eje de la obra musical. La obra no tuvo una gran acogida y Debussy no estuvo satisfecho en general del juego que prestaba el coro femenino como parte integrante de la musicalidad global de la obra.

En agosto de 1903 Debussy inicia la composición de La Mer durante su estancia en Bichain en Borgoña. La obra coincide con una etapa personal del compositor algo ajetreada. Debussy abandonó a su mujer Lily Texier, para retirarse, escaparse, con su amante Emma Bardac a la isla de Jersey terminando con un intento de suicidio de su esposa. La Mer fue finalmente terminada en 1905. Consta de tres movimientos: De l'aube à midí sur la mer (Del alba al mediodía en el mar), Jeux de vagues (Juegos de olas) y Dialogue du vent et de la mer (Diálogo entre el viento y el mar). Podemos decir que es la partitura orquestal más importante de Debussy y quizá la más representativa en su estilo impresionista. Se estrenó el 15 de octubre de 1905 en los Concerts Lamoureaux bajo la batuta de Camille Chevillard resultando un, digamos, fracaso parcial. No alcanzó verdadero reconocimiento hasta el estreno posterior dirigido por el propio Debussy en 1908 en los Concerts Cologne.

Lily Texier

Emma Bardac

Las Images para Orquesta tuvieron una composición prolongada en el tiempo por siete años, entre 1905 y 1912. Ibéria (1905-1908) se estrena el 20 de febrero de 1910; Rondes de Printemps (1905-1909) se estrena el 2 de marzo de 1910; Gigues (1909-1912) se estrena el 26 de enero de 1913. En su conjunto son consideradas como un tríptico folclórico, respectivamente evocadores de España, Francia y Escocia. Usando algunos instrumentos propios de cada uno de ellos se intenta dar cierto color y timbre musical pero lo verdaderamente destacable de esta preciosa composición es su sonoridad, una sonoridad exquisita, bellísima, refinada, delicadísima.  La sutileza y la sensibilidad de Debussy a la hora de orquestar y de manejar los timbres y los colores produce una sensación de estar a medio camino entre el sueño y la realidad siempre bajo la suavidad de su música a modo de seda tejida en un pañuelo exquisito. Una gozada.

Jeux es una obra musical de ballet compuesta por Debussy a demanda del gran Nijinski con la idea de estrenarse para la temporada de los Ballets Rusos de 1913. Nijinski en colaboración con el pintor Léon Bakst dan la idea a Debussy a partir de las impresiones que Nijinski había tenido viendo un partido de tenis. La obra fue estrenada el 15 de mayo de 1913 poco antes del escandaloso estreno de La Consagración de la Primavera. No tuvo buena acogida por el público y en palabras del propio Debussy por la intromisión excesiva de la danza en la belleza de la música, por, quizá, un exceso de gestualización estilística del movimiento.

Nijinski

Finalmente el disco se completa junto a las grandes obras referidas antes con otras piezas de Debussy; piezas de juventud como Printemps de 1887 y piezas destinadas a concurso como Danses de 1904 y la Rapsodia para Clarinete de 1909-1911. 

Printemps fue una de las obras que Debussy envió desde Roma a Francia por su premio roma ganado. Tuvo importante aceptación por los miembros de la Academia de Bellas Artes que animaron a su estreno. Pero Debussy no estaba plenamente convencido de su orquestación, de la participación del coro y de su efecto. Fue reorquestada con ayuda del director Henri Büsser con omisión de la parte coral.

Danses fue el resultado del encargo de Gustave Lyon, directo de la casa Pleyel, que tenía gran interés en introducir un tipo de arpa cromática sin pedales en el mercado. Son un bellísimo ejemplo, uno más, de la exquisita escritura de Debussy. Curiosamente se suelen interpretar con arpa a pedal.

La Rapsodia para Clarinete aún siendo tenida como una obra menor, una obra de circunstancia compuesta para el Concurso del Conservatorio de París de 1909-1910 en principio para clarinete y piano. Debussy la orquesta en 1911 y él mismo la califica de una de sus obras más dulce y bella que haya compuesto. No le voy a llevar la contraria. La refinada orquestación y el dulce sonido del clarinete son realmente maravillosos y encantadores. Un pequeña joya musical.


Y llegados a este punto finalizamos el recorrido por el amplio contenido de estos dos bellísimos discos con un deseo: que disfruten de una música verdaderamente cautivadora, conmovedora, delicada, sutil, elegante y refinada. Una música además traducida por Boulez con una pasión pocas veces vista en el director galo. 

Los discos son una muestra de belleza realmente asombrosa. Es una música maravillosa, una música de enorme delicadeza y belleza sonora, una música para escuchar con detalle, una y otra vez, para apreciar su colorido, su sutileza, su preciosa tímbrica y sensualidad instrumental. Una música verdaderamente para disfrutar con todos los sentidos.



Claude Debussy
Obras Orquestales
Pierre Boulez
New Philharmonia Orchestra
Cleveland Orchestra*
John Alldis Choir

La Mer
Nocturnes
Printemps
Rapsodia nº 1 para Clarinete
Prélude à làprès-midi dùn faune
Jeux
Images pour Orchestre*
Danses*

Grabaciones:

La Mer. Barking Town Hall, Londres, 19 al 21 de diciembre de 1966. New Philharmonia Orchestra

Nocturnes. EMI Studios, Londres, diciembre de 1968. New Philharmonia Orchestra; John Alldis Choir

Printemps. EMI Studios, Londres, diciembre de 1968. New Philharmonia Orchestra

Rapsodia nº 1 para Clarinete. EMI Studios, Londres, diciembre de 1968. New Philharmonia Orchestra. Gervase de Peyer, clarinete

Prélude à làprès-midi dùn faune. Barking Town Hall, Londres, 19 al 21 de diciembre de 1966. New Philharmonia Orchestra

Jeux. Barking Town Hall, Londres, 19 al 21 de diciembre de 1966. New Philharmonia Orchestra

Images pour Orchestre. Severance Hall, Cleveland, Ohio, 17 de noviembre de 1967. Cleveland Orchestra

Danses. Severance Hall, Cleveland, Ohio, 17 de noviembre de 1967. Cleveland Orchestra. Alice Chalifoux, arpa














Disco 1



Disco 2





Bruckner. Integral Sinfónica. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1991 a 2001.


Queridos amigos dejamos esta entrada a modo de recopilatorio de las diversas entradas individuales que hemos ido dejando de la integral sinfónica de Bruckner por el maestro Skrowaczewski.

¡Que disfruten de ellas!

Todas las entradas están actualizadas en el actual servidor.
He mantenido las dobles entradas de las tres primeras entregas para no alterar el orden general del blog.





Bruckner
Integral Sinfónica
Stanislaw Skrowaczewski
Saarbrücken Radio Symphony Orchestra
Grabaciones:

Kongresshalle Saarbrücken
De 1991 a 2001









Bruckner. Sinfonía en fa menor. Obertura en sol menor. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 2001. Entrada I.

Bruckner. Sinfonía en fa menor. Obertura en sol menor. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 2001. Entrada II.  (Revisión de enlaces)

Bruckner. Sinfonía nº 0 in D minor 'Nullte'. Adagio del Quinteto de Cuerdas. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1999. Entrada I.

Bruckner. Sinfonía nº 0 in D minor 'Nullte'. Adagio del Quinteto de Cuerdas. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1999. Entrada II. (Revisión de enlaces)

Bruckner. Sinfonía nº 1 in C minor. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1995. Entrada I.

Bruckner. Sinfonía nº 1 in C minor. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1995. Entrada II. (Revisión de enlaces)

Bruckner. Sinfonía nº 2, "De las Pausas". Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1999.

Bruckner. Sinfonía nº 3. Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1996.

Bruckner. Sinfonía nº 4. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1998.

Bruckner. Sinfonía nº 5. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1996.

Bruckner. Sinfonía nº 6. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1997.

Bruckner. Sinfonía nº 7. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1991.

Bruckner. Sinfonía nº 8. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1993.

Bruckner. Sinfonía nº 9. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 2001.


domingo, 25 de mayo de 2014

Bruckner. Sinfonía nº 9. Stanislaw Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 2001.


Mis queridos amigo, llegamos con esta entrada al final del dilatado recorrido que hemos realizado en el tiempo por la integral sinfónica de Bruckner de la mano de ese gran maestro que es Stanislaw Skrowaczewski. Y lo hacemos con una impresionante recreación de la Novena Sinfonía del maestro austriaco, su testamento musical, la cumbre de su sinfonismo, su humanidad y su idiosincrasia.

Un monumento musical labrado de forma sensacional por el maestro Skrowaczewski desde los primeros compases de la obra hasta su sensacional e increíble final. Con maestría, con profundo conocimiento del significado de estas notas, con verdadero cincel de escultor manejado por quien sabe que de sus manos se desprenderá la esencia de una música sobrehumano, elevada, superior, trascendente, escatológica y llena de misterio, mensaje y humanidad. 

Una obra que conmueve en todo momento, siempre, una y otra vez. Una obra plagada de recuerdos hacia composiciones anteriores de Bruckner, pequeños detalles aquí y allá que le confieren ese carácter de resumen final de su vida y que la dejan como la entrega última del querido maestro a su esperado Dios. 


No podemos más que maravillarnos de la delicadísima elaboración de este monumento sinfónico con sus bellísimos temas en cada movimiento, temas que nos llevan de inmediato a sentir la amplitud, la inmensidad, la solemnidad, el misterio, la acidez, la tiniebra, el apocalipsis y la serena entrega de aceptación ante la mismísima eternidad. Temas relacionados de forma sabia entre ellos y combinados con una instrumentación prodigiosa para su sentido; juegos preciosos de instrumentos, ritmos, melodías, cromatismo y tonalidad. 

Una obra sencillamente única, profunda como pocas y que te hace sentir en tu interior las más poderosas sensaciones que puedas experimentar hasta conducirte irremediablemente a la paz final.

Una interpretación soberbia y muy emotiva de Skrowaczewski y su Saarbrücken Radio Symphony Orchestra, sabiamente tutelada y llevada por un sendero de cristalina articulación, transparencia de líneas a la hora de construir el edificio sinfónico, poderosa y amplia sonoridad, con ritmos martilleantes en ocasiones próximos a la angustia, densidad en las frases y claridad en las articulaciones; una ejecución sentida, precisa y preciosa. Empastada, con bellísimas cuerdas y preciosos metales, de sonido intenso, profundo, poderoso y pleno, un sonido realmente embriagador.

Una recreación que como ya indicamos en la entrada de la Octava Sinfonía permite al maestro que "...nos puede entregar su particular visión de la inmensidad bruckneriana. Una inmensidad que nos llena, nos inunda, nos abrazo en nuestra totalidad para llevarnos a lo más profundo de nuestra alma de ser humano su incomparable fuerza y su variada belleza."



Que disfruten de esta preciosa obra mis queridos amigos.

En breve publicaremos una entrada con la compilación de todas las anteriores para facilitar el acceso a una integral de un enorme valor musical y humanístico.


Bruckner
Sinfonía nº 9
Stanislaw Skrowaczewski
Saarbrücken Radio Symphony Orchestra 
Grabación:
Kongresshalle Saarbrücken
12 al 18 de enero de 2001
Versión original de 1894 en Edición de Leopold Nowak de 1951
(en la nota de texto que se incluye en el archivo hay un error en la referencia a la versión)





Debussy. Obras Orquestales II. Images pour orchestre. Rhapsodie nº 1 pour orchestre avec clarinette principal. Ravel. Obras Orquestales. Pavane pour une infante défunte. Ma mère l'oye. Bernstein. Orquesta Filarmónica de New York. 1958. 1961. 1968. 1965.


Queridos amigos dejamos hoy este segundo disco dedicado a la música de Debussy y grabado por Leonard Bernstein y sus músicos de la Filarmónica de New York en los años 60 del pasado siglo XX. El disco se complementa con dos preciosas miniaturas orquestales de Ravel y su colocación nos permite también complementar la anterior entrada dedicada a la música de Debussy, Debussy. Obras Orquestales I y no desentona para nada con las recientes actualizaciones de la música orquestal de Stravinsky por el maestro Ansermet, Stravinsky-Ansermet I y II. Un, aunque breve e incompleto, precioso panorama de la música de inicios del siglo XX de la capital francesa, cuna de una época dorada y revolucionaria en las artes en general y en lo musical en particular. 


En la entrada anterior dedicada a Debussy nos podíamos recrear con la hermosura y belleza de sus ritmos, melodías y sonidos. Unas piezas que permitieron la calificación formal de Debussy como "impresionista", que lo elevaron a la categoría de músico que finalmente rompía las ataduras con la imperante música brumosa, gris y nórdica del wagnerismo, llenando la música francesa de luz, brillo y color. En las obras del presente disco nos encontramos con un Debussy alejado de su lenguaje "impresionista" y que nos presenta unas composiciones que él mismo califica de "matemática musical". Obras científicas, retóricas e intelectuales según algunos de los cronistas de la época. Pero obras no desprovistas de belleza, sensualidad, profundidad y sentido.

Images fue compuesta por Debussy entre los años 1905 y 1912 siendo estrenadas en la capital francesa el 20 de febrero de 1910, Ibéria; 2 de marzo de 1910, Rondes de printemps y el 26 de enero de 1913 Gigues.

La obra se estructura de la siguiente manera:

Images pour orchestre

I. Gigues
II. Ibéria
     II. I. Par les rues et par les chemins
     II. II. Les parfums de la nuit
     II. III. Le matin d'un jour de fête
III. Rondes de printemps

Con el mismo talante de ruptura con sus anteriores obras, Debussy compone su Rhapsodie nº 1 pour orchestre avec clarinette principal, obra concebida entre 1919 y 1910 como pieza de concurso de conservatorio con acompañamiento de piano y dedicada a Prosper Mimart amigo, excelente clarinetista y profesor del instrumento en el Concervatorio de París. La primera audición de la Rhapsodie tuvo lugar en la Sociedad musical independiente, sala Gaveau, el 16 de enero de 1911 con Mimart al clarinete y Krieger al piano. Fue orquestada en el mes de agosto de 1910 y tocada primero en Rusia, después en los "Concerts Pasdeloup" el 3 de mayo de 1919 por Gaston Hamelin, fantástico pedagogo, solista de la Sinfónica de Boston y luego de la Orquesta Nacional de Francia.

Una obra seductora, caprichosa y poética en la que se alternan ensueño y alegría con una libertad y una poesía encantadora y en la que, a pesar de su aparente sencillez, se explotan los diversos registros del clarinete en todos sus recursos sonoros y expresivos. Una verdadera delicia.

El disco que dejamos se complementa con dos verdaderas joyas de Ravel: Pavana y Ma mère. Obras de un músico siempre asociado a Debussy y en muchísimas ocasiones distantes en su vida, concepción musical y sentimiento. Ravel busca una especie de alquimia sonora propia y totalmente renovadora.


La Pavane pour une infante défunte fue compuesta en 1899 como obra para piano (el estreno en esta forma lo ofreció el pianista español Ricardo Viñes el 5 de abril de 1902) y reorquestada posteriormente para estrenarse como tal por Alfredo Casella en París el 25 de diciembre de 1911 en los "Concerts Hasselmans". Obra de pocos recursos instrumentales es capaz de provocar una sensación extraordinaria de transparencia desde el mismo inicio de la misma con mezclas preciosas de extraños sonidos, refinamiento orquestal, colorido y devenir vago y misterioso. La obra evoca la digna elegancia de una recepción en la corte real de España y el grácil movimiento de una infanta en los pasos de una pavana, danza lenta procesional que gozó de gran popularidad entre el siglo XVI y el siglo XVII y se puede enmarcar en el entusiasmo nostálgico por la moda y la sensibilidad española que tenía Ravel y que compartía con muchos músicos de la época (el propio Debussy o Albéniz). Una pequeña pieza digna de admirar y saborear.

Ma mère l'oye fue escrita por Ravel entre 1908 y 1910 originalmente como un dueto de piano para los niños Jean y Mimi hijos de sus amigos los Godebski y tras haber dedicado un trabajo anterior, la Sonatine, a sus padres. Fue estrenada en esta forma por Jeanne Leleu y Geneviève Durony. Fue transcrita para solo de piano por Jacques Charlot, amigo de Ravel, el mismo año en que fue publicada (1910). Ambas versiones para piano llevan el subtítulo "Cinq pièces enfantines" (Cinco piezas infantiles).

En 1911 fue terminada la versión orquestal de la obra. Al igual que sucede con Ma mère l'oye la escritura es acorde a una instrumentación simple de extraordinaria delicadeza y con una enorme capacidad para dar toda la brillantez y encantamiento adecuados al carácter de la misma. En cuanto al origen extramusical de la obra se basa en varias recopilaciones de cuentos franceses de los siglos XVII y XVIII.

En 1912 la amplió a un ballet añadiendo nuevos movimientos e interludios: "Prélude" (Preludio) y "Danse du rouet et scène" (Escena y Danza de la rueca).

Su estructura es la siguiente:

I. Pavane de la belle au bois dormant - Pavana de la bella durmiente - Lent
II. Petit poucet - Pulgarcito - Très modéré
III. Laideronnette, Impératrice des pagodes - Niñita fea, Emperatriz de las Pagodas - Mouvt de Marche
IV. Les entretiens de la  belle et de la bête - Conversación de la bella y la bestia - Mouvt de valse très modéré
V. Le jardin féerique - El Jardín encantado - Lent et grave


En lo referente a la interpretación que nos deja Bernstein nada más decir que resulta extraordinaria ofreciéndonos de nuevo un bellísimo Debussy, fuerte, intenso, colorista, dinámico, denso, con enorme delectación en la sonoridad, luminosidad y transparencia. Impresionante recreación de Stanley Drucker en el clarinete, sensual, rico, de sonido profundo, sentido y perfecto. En Ravel nos encantamos con su visión simple de la belleza y un saber extraordinario a la hora de matizar y enfatizar un discurso musical en el que la densidad, el tiempo y el sentido del mismo se hace arte en la forma extraordinaria de lograr un devenir misterioso del desarrollo de las obras (Ma mère l'oye) o con la enorme capacidad de dar la suficiente gracia e idioma a la partitura de manera que se transforme en un dulce ritmo (preciosa trompa de Joseph Singer) de sonoridad delicada y sutil (Pavane).

Un disco para gozar de la belleza que proporcionan estos dos genios de la música. Que disfruten de ella.

Debussy, Ravel, Obras Orquestales

Debussy
Images pour orchestre
-Gigues
-Ibéria
-Rondes de printemps
Rhapsodie nº 1 pour orchestre avec clarinette principal

Ravel
Pavane pour une infante défunte
Ma mère l'oye

Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
Stanley Drucker, clarinete (Debussy)
Joseph Singer, Horn solo (Ravel)

Grabaciones:

Images pour orchestre, St. George Hotel, Brooklyn, New York, 27 de octubre de 1958
Rhapsodie nº 1 pour orchestre avec clarinette principal, 16 de octubre de 1961, Manhattan Center, New York
Pavane pour une infante défunte, Philharmonic Hall, now Avery Fisher Hall, Lincoln Center, New York City, 2 de febrero y 5 de marzo de 1968
Ma mère l'oye, 1 y 16 de febrero de 1965, Manhattan Center, New York