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lunes, 12 de noviembre de 2012

Bruckner. Sinfonía nº 7. Celibidache. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1992. Celebrando 500 Entradas en Sentidos.


Queridos amigos, hoy con la publicación de esta entrada llegamos a las 500. Una cifra muy bonita de la que me siento orgulloso. Una cifra que no habría sido posible sin la presencia de todos aquellos que de una forma u otra han colaborado en el mantenimiento de este espacio, con sus comentarios, sus sugerencias, sus correos, sus conocimientos, y sobre todo por la presencia constante ahí, detrás del espacio virtual que es la red. 

De todos vosotros he aprendido muchísimo, de todos he recibido el aliento para proseguir con esta bella tarea que es extender la música clásica y hacerla llegar, dentro de mis limitaciones, a quien quiera acercarse a ella. 

Espero que podamos vivir otras 500 entradas más lo que será señal de que seguiremos con el entusiasmo que inicialmente me llevó a iniciar este humilde espacio que llamé Sentidos. Podremos seguir enriqueciéndonos del conocimiento de los lectores, podremos seguir conociendo sus intereses con el único fin de poder satisfacerlos, sabremos que a alguien, más allá de la pequeña pantalla de un ordenador, las palabras que dejamos escritas y la música que pueden escuchar le estará dando al menos un momento de felicidad.

Muchísimas gracias a todos, de corazón.

Y quizá no hay mejor entrada para festejar estas primeras 500 que este disco, un disco maravilloso y único, excepcional e irrepetible, hito de la historia musical y grabación monumental de la Séptima Sinfonía de Bruckner realizada por Sergiu Celibidache al frente de la Orquesta Filarmónica de Berlín en los conciertos de 31 de marzo y 1 de abril de 1992 con ocasión del esperado regreso al frente de los berlineses tras su marcha allá por el año 1952. 


Un disco que os puedo dejar con el total agradecimiento a nuestro buen amigo Progress Hornsby y a su espacio Metro Gnome Music, un espacio de un nivel altísimo, ejemplo de una entrega y un amor por la música sin parangón, un espacio que tuvo sus problemas pero que felizmente fue recuperado. Él proporcionó la grabación original de esta entrada que luego he ripeado de nuevo en alta calidad FLAC. Progress se merece una gran parte de este homenaje, por su sencillez, humildad, buen hacer y categoría humana. Les ruego encarecidamente lo visiten. Descubrirán enormes tesoros, tesoros escondidos y rescatados por su buen hacer.

En cuanto al disco poco puedo comentar de especial que no se haya comentado ya en practicamente todos los blogs, revistas, espacios de música, etc. 

Estamos ante una de las más impresionantes grabaciones realizadas de la música de Bruckner. Un verdadero ejemplo de la manera tan peculiar de afrontar la obra bruckneriana del Celibidache maduro, una forma caracterizada por el fraseo elegantísimo, los tiempos dilatados hasta el extremo, pero no más, la ejecución brillante de los bloques sonoros constructivos, la elegancia en la construcción del monumento sinfónico, la brillantez en la elaboración del ambiente sonoro propio de Bruckner sin el que sería casi imposible entenderlo. 


Una verdadera maravilla de interpretación, emotiva, recreada en la sonoridad y en la perfección, con una atención al detalle digamos que minimalista sin que perdamos en momento alguno la mágica visión global de la obra. Sutileza, encanto, delicadeza, intensidad dramática y carga emotiva sabiamente reguladas. Dos primeros movimientos de categoría, sublimes, maravillosos e intensísimos que se siguen de los dos últimos movimientos para llegar al éxtasis sonoro y espiritual, apoyado en la bellísima ejecución de la Filarmónica de Berlín de la que saca fuego sin dejarse llevar por la única atracción de la belleza sonora.

Y no podemos olvidad a esa Filarmónica de Berlín, años atrás dividida en la elección de sucesor. Nunca sabremos de verdad cuál fue el motivo último de la marcha de Celibidache de Berlín, su marcha o su no reelección, el caso es que la orquesta hizo su elección que desde luego no fue para nada mala aunque no debemos comparar o elucubrar cobre qué hubiera sido si...Los berlineses en estos conciertos de 1992 están absolutamente increíbles, con una precisión instrumental casi mágica, con un sonido poderoso y compacto, ejecutando con intensidad una música que requiere intensidad. Realmente soberbios y verdaderos artistas.

Es una joya, una verdadera joya, una excepcional recreación de una obra extraordinaria que es puesta en vida por las manos maestras de un artista único e irrepetible. Celibidache. 


Les dejo con este hermosísimo disco con la única idea de que puedan gozar de uno de los momentos sublimes de la historia de la música. Que disfruten del concierto, que disfruten de Bruckner, que disfruten de una dirección insuperable. 

Y queridos amigos dos humildes peticiones: visiten MetroGnome Music y sigan estando por acá, por este espacio, Sentidos, que sólo está pensado para poder dar emociones a las personas que se acercan a él.



Bruckner
Sinfonía nº 7
Sergiu Celibidache
Orquesta Filarmónica de Berlín 
Grabación 30 de marzo y 1 de abril de 1992 (procedencia Discos Dumka) 
Berlín, Grosser Konzertsaal, Schauspielhaus
Versión Original de 1885 en Edición de Robert Haas de 1944 con golpe de platillos, triángulo y timbales




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