Queridos amigos dejamos esta noche un precioso disco dedicado a los conciertos para Clarinete del compositor finlandés Bernhard Henrik Crusell uno de esos músicos tenidos por "segundas espadas" de la composición musical pero verdadero artista y muy particularmente en sus composiciones para su instrumento del cual fue un auténtico virtuoso y al que ayudó en su progresión técnica como indicaremos más adelante.
Crusell fue famoso, primero por su virtuosismo y después, como indicábamos, por haber escrito música principalmente para su instrumento, en este caso, el clarinete, que, tras estudiar en Berlín con el pionero Franz Tausch, contribuyó a mejorar de forma significativa siguiendo posteriormente en París donde tomó también contacto con otro artista importante como Jean-Xavier Lefevre, que llegó a dar al clarinete su sexta llave.
Crusell en sus mejores etapas llegó a tocar un clarinete que tenía de ocho a once llaves fabricado en Dresde por Grenser y Wiesner de manera específica para él. De su etapa alemana se afianza en él la máxima del maestro Tausch: primar la belleza del sonido del instrumento sobre la técnica.
Comenzó a estudiar composición inicialmente en la Banda de Música Militar de Sveaborg uno de cuyos miembros lo acogió en su familia y facilitó su traslado posterior a Suecia en donde logró el puesto de clarinetista principal de la Real Orquesta de la Corte y pudo proseguir de forma seria esos estudios iniciales a partir de 1790 y lo hizo con Vogler, Böritz, Berton y Gossec entre otros maestros.
Su ámbito de formación y actuación básicamente estuvo entre Suecia, Francia, Alemania con alguna salida a Rusia e Inglaterra. En cualquiera de estos lugares el éxito obtenido como intérprete fue siempre notorio. Sus composiciones más destacadas fueron para el clarinete pero escribió también para muchos otros instrumentos y abundante música vocal amén de ser un reputado traductor al sueco de las óperas más célebres del repertorio de la época (era un experto lingüista).
Los tres Conciertos para Clarinete de Crusell fueron editados en Leipzig entre 1811 y 1829 y nos dan muestra de unas obras de relativa dificultad instrumental, pero que precisan de gran belleza sonora, limpieza de ataque, afinación y agilidad y sutileza en su interpretación. Es una música de gran belleza, bien hecha y desarrollada, con estructuras sonatísticas, unos muy animados movimientos extremos y melodiosos andantes que son verdaderamente bellos y reconfortantes. Particularmente bellos resultan el Andante de su Segundo Concierto, el tercer movimiento Alla Polacca del nº 3 y el precioso Adagio del nº 1.
Unas composiciones en el estilo de aquellas otras fenomenales que hicieran Winter, Krommer, Spohr y ya en un nivel algo mayor Weber y Mozart (hay que recordar que fue Crusell quien introdujo en su país el bellísimo concierto mozartiano).
El Concierto nº 1 fue dedicado al Conde Gustav Trolle-Bonde parece que fue escrito en algún momento entre 1803 y 1805 y fue publicado en Leipzig en 1811 es de una simple belleza que por ella sóla te entusiasma amén de jugar con las posibilidades expresivas del instrumento y de tener un desarrollo de temas de enorme impacto sensual y delicadeza.
El Concierto nº 2 ha sido fechado en 1815 y fue dedicado a Alejandro I, Zar de Rusia, publicándose cuando el permiso necesario fue concedido, en 1818. En su elaboración se presta especial atención a la explotación de los recursos del instrumento y al virtuosismo del intérprete y se añade un tono de patetismo y dramatismo de gran profundidad al que sigue un bello andante de ricos cambios dinámicos y expresivos y un final en forma de Rondó de gran belleza y encanto.
El Concierto nº 3 fue publicado en 1828 y dedicado al príncipe heredero Óscar de Suecia y Noruega. Se trata de una composición anterior al Concierto nº 2 y al parecer data del año 1807. Es un concierto muy imaginativo, de gran brillantez y hermosas cadencias solistas de dificultad grande y de enorme capacidad de expresividad. Finaliza con un precioso y rítmico movimiento Alla Polacca de una enorme vitalidad y brillantez.
Las interpretaciones que nos deja el disco son realmente bellas. El sonido y la técnica del clarineteista Per Billman son realmente sensacionales y dota a su interpretación de la gracia, finura, sonoridad y belleza que precisan estos bellos pentagramas (como curiosidad indicar que Billman ocupó justo 190 años después el puesto de clarinetista principal que tenía Crusell en la Real Orquesta de la Corte).
La Orquesta de Cámara de Uppsala se nos muestra como una agrupación con la flexibilidad, la maleabilidad y el carácter propio para interpretar esta pequeñas obras de arte todo ello acompañado además por la ágil, sincera y fresca dirección de Gérard Korsten que dota a esta música de un significado sencillo: simplemente belleza musical.
Espero que disfruten de esta hermosa música y que les acompañe en sus momentos de descanso y paz. Es realmente reconfortante.
Bernhard Henrik Crusell
Conciertos para Clarinete
Uppsala Chamber Orchestra
Gérard Korsten, director
Per Billman, clarinete
Grabación, Ytterjärna Kulturhus, Järna, Sweden, 24 al 26 de septiembre de 1996
Interesante entrada sobre un compositor "olvidado". Gracias.
ResponderEliminarQuerido Víctor, muchas gracias por este comentario. Me alegra especialmente que hayas podido apreciar esta bella música. Lo recomiendo a todos nuestros amigos.
EliminarActualizada la entrada/Updated entry: Bernhard Henrik Crusell. Conciertos para Clarinete. Gérard Korsten. Uppsala Chamber Orchestra. 1996.
ResponderEliminarMis reconocimientos a esta entrada, un comentario espléndido. ¡¡Quería transmitir mis felicitaciones!!
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