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domingo, 25 de abril de 2010

Samuel Barber. Adagio para Cuerdas. Concierto para Violín. William Schuman. To thee Old Cause. In Praise of Shahn. 1971. 1964. 1968. 1970.


Os dejo un bello disco de música de autores norteamericanos: Barber y William Schuman.

Las obras de Barber están representadas por el archiconocido Adagio para Cuerdas y el precioso Concierto para Violín. De Schuman se registran dos preciosas piezas: To thee Old Cause e In Praise of Shahn.

Bernstein en su doble faceta de músico compositor y director de orquesta comprendía perfectamente la dificultad que tenían los jóvenes compositores norteamericanos para darse a conocer. Por ello tenía la costumbre de programar frecuentemente obras inéditas de amigos compositores, en su mayor parte norteamericanos, y durante los doce años de la Dirección Musical de la Filarmónica de New York el porcentaje de obras americanas pasó del 4 al 15 %. Incluso interpretaba obras con las que o bien por su carácter musical o bien por el carácter del compositor no sentía especial afinidad o eran opuestas a sus gustos musicales.

En este disco se dejan reflejados ambos casos. Barber no fue un compositor agradable a Bernstein y viceversa. De Barber su conservadurismo musical y su homosexualidad clara, aparentemente irritaban a Bernstein, a pesar de que esos mismos aspectos e ideas estaban presentes y bullían en Bernstein mismo pero no estaban solucionadas. Se comenta en el CD la anécdota siguiente. Bernstein algo preocupado por esta escasa relación o afinidad con Barber llegó a preguntarle "¿Porqué no me estima usted? Barber le respondió que le estimaba en un 75 % ya que que unos 25 años atrás en la fiesta dada por Koussevitzki tras la representación del Concierto para Violín, Bernstein se sentó al piano para tocar la pieza y cometió numerosos errores. En ese mismo momento de la conversación Bernstein se sentó al piano y ejecutó la pieza sin fallo alguno y Barber dijo "ahora le estimo en un 76%". Definitivamente no había afinidad.

Samuel Barber

Todo esto no quita que la grabación presente estuviera preparada y ensayada de forma repetitiva, obstinada, hasta la perfección. Y cierto es que la versión lograda por Bernstein, la Filarmónica de New York y un soberbio Stern nos dejen unas emociones irrepetibles en la interpretación del Concierto para Violín que dicho sea es una maravilla de concierto, dulcísimo y emotivo a más no poder. El Adagio para Cuerdas resulta igualmente precioso y es una versión más a tener en cuenta.

Todo lo contrario a lo expresado para Barber ocurría con William Schuman, viejos amigos desde 1938 se tenían admiración y respeto mutuo y los mismos se extendieron hasta el final. Bernstein programó en su primer concierto con el cargo ya de Director Musical de la Orquesta Filarmónica de New York la American Festival Overture el 2 de octubre de 1958. La Sinfonía nº 3 de Schuman era otra de sus especialidades. Ambos llegaron a ocupar puestos de enorme relevancia en la música estadounidense: Bernstein la Dirección Musical de la Orquesta Filarmónica de New York y Schumann la Presidencia de la Juilliard School of Music y del Lincoln Center.

Bernstein y Schuman

Las piezas interpretadas de Schuman son preciosas, maravillosas y ejecutadas de una forma soberbia. El precioso oboe de Gomberg es una delicia.

Un precioso ejemplo de bonita música norteamericana de mediados del siglo pasado.


Barber
Adagio para Cuerdas
Concierto para Violín

Bernstein
Stern
Orquesta Filarmónica de New York

Grabaciones:
Adagio para Cuerdas, 12 de enero de 1971, Philharmonic Hall
Concierto para Violín, 27 de abril de 1964, Manhattan Center



Schuman
To thee Old Cause
In Praise of Shahn

Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York

Grabaciones:
To thee Old Cause, 22 de octubre de 1968, Philharmonic Hall
In Praise of Shahn, 12 de febrero de 1970, Philharmonic Hall











viernes, 23 de abril de 2010

Schubert, Sinfonía nº 9. Haydn, Sinfonía nº 88. Furtwängler, OF de Berlín. 1951.


Estimados amigos, aquí os dejo otra pequeña joya musical del enorme Furtwängler: las grabaciones realizadas de la Sinfonía nº 9 de Schubert y la Sinfonía nº 88 de Haydn. Hermosísimas obras ambas, de expresividad directa, transmisoras de energía y emoción a la primera escucha. Grabaciones del año 1951 de una calidad excepcional en el sonido ¡más de medio siglo y suenan tan hermosas como si estuvieras en un concierto!


Ya he dejado anteriormente un post (http://juliosbv.blogspot.com/2010/03/schubert-sinfonia-n-9-george-szell.html) con la grabación que realizó Szell y Cleveland, una grabación de enorme valor, exquisita. Sin restarle valor a dicha grabación, esta de la sinfonía nº 9 de Schubert por Furtwängler es un punto más allá. La chispa emotiva y humana de Furtwängler sale a relucir y consigue impregnar toda la obra de ese algo más que hace a la Música un arte tan bello, variable y abierto a hacer aflorar los sentimientos de los seres humanos. La sinfonía está tan perfectamente ejecutada, los instrumentistas suenan tan bellos, esas maderas de Schubert suenan tan deliciosas, esas melodías únicas te calan tan directamente que es imposible resistirse a su belleza. La orquesta está simplemente insuperable, de verdad, única e irrepetible. La continuidad de todo el discurso musical de Schubert es soberbia. Y lo que más me gusta de ella es algo tan simple como que me hace disfrutar de la música, me hace sentirme mejor persona, me da paz, me alegra el corazón y me quita la sequedad de los ojos.


¿Y la sinfonía de Haydn? Pues otro punto y aparte en las interpretaciones de esta obra que tiene referentes excepcionales en muchos directores y orquestas. Pero esta interpretación tiene magia, amor, ritmo, belleza sonora, alegría, musicalidad y tiene además algo único: alma. Los movimientos son una representación perfecta de lo que cada indicación de tempo del compositor quiere indicar. Esa transición Adagio-Allegro del primer movimiento te sorprende tan alegremente que disfrutas de ella al máximo. El Largo es tan bello que no hay palabras para describir lo que llegas a sentir en su escucha; tan lindamente melodioso y dulce y con un final tan delicado dando paso a ese Menuetto-Allegretto que sientes una tentación irresistible de danzar de una alegría incontenible. Y amigos míos cuando ese movimiento finaliza entramos en un Finale Allegro con spirito que es un fiel reflejo de lo que indican esas palabras. No sabría qué más decir de ella.

En ambos caso sólo recomendarles que las escuchen con la apertura de corazón que merecen ambas obras, que disfruten ellas de la misma manera que yo lo hago y que sepamos valorar el enorme talento, el esfuerzo humano y artístico y el legado que nos dejó uno de los más grandes músicos y humanistas de la historia de la interpretación musical.







Schubert
Sinfonía nº 9

Haydn
Sinfonía nº 88

Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín

Grabaciones Berlín, Jesus-Christus-Kirche
Schubert, noviembre y diciembre de 1951
Haydn, diciembre de 1951








jueves, 22 de abril de 2010

Tchaikovsky. Sinfonía nº 4. Smetana. Obertura La Novia vendida. Strauss. Las Aventuras de Till Eulenspiegel. Argenta. Orquesta de la Suisse Romande. 29 de agosto de 1957.


Vamos a retomar las grabaciones de este estuche especial de Ataúlfo Argenta. En esta ocasión os dejo el cuarto CD que resulta absolutamente deslumbrante. Presenta tres obras de las cuatro que se interpretaron en el programa de la Orquesta de la Suisse Romande el 29 de agosto de 1957 (la cuarta, El Amor Brujo os la dejaré en otra entrada junto al CD en el que viene acoplada).

En esta ocasión son tres obras maravillosas y muy afines a la formación y al gusto del gran maestro Argenta y además interpretadas con una orquesta particularmente entregada al mismo, la excepcional Orquesta de Ansermet, La Suisse Romande.

Las obras "menores", La Novia vendida de Smetana, representante claro del nacionalismo teatral checo, está maravillosamente interpretada y resulta de una rítmica y una belleza deslumbrantes; Las Aventuras de Till Eulenspiegel, obra dada a conocer en España por el propio Argenta en 1948, son parte del gusto musical de Argenta por el maestro Strauss y en esta ejecución se encuentra una soberbia unión de una fantástica orquesta y un maestro habilísimo en representar musicalmente a este personaje de la literatura cómica y moral alemana, sus acciones, su trama y su carácter divertido, nostalgico y burlesco.

La obra principal del concierto es la fantástica Sinfonía nº 4 de Tchaikovsky, la sinfonía, dedicada a su mecenas Nadezhda von Meck, fue compuesta entre marzo y diciembre de 1877, tras el paso por un periodo desastroso de su ánimo compositivo y humano, tras él la música refleja fielmente su estado emotivo, su lucha interior, su espiritualidad, sus contrastes exuberantes reflejo de las pasiones humanas. La fanfarría de metales y el ritmo del primer movimiento, la melancolía del segundo, los pizzicati y la marcha del tercero terminan con un cuarto movimiento asombroso, deslumbrante, con empuje y decisión, uno de los más bellos finales que se puedan escuchar. Su estreno tuvo lugar en Moscú el 10 ó 22 Febrero de 1878 (según el calendario Juliano o Gregoriano) por el director Nikolay Rubinstein.


La interpretación ofrecida por la Orquesta de la Suisse Romande y por Argenta es absolutamente excepcional, al nivel de las mejores que puedan escuchar, sin miedo a comparaciones. De una fuerza, emotividad, ritmo, profundidad y musicalidad enormes.

Disfrútenla por favor.

Tchaikovsky
Sinfonía nº 4

Smetana
Obertura La Novia vendida

Strauss Las Aventuras de Till Eulenspiegel

Argenta
Orquesta de la Suise Romande

Grabación
29 de agosto de 1957






Visitar la entrada con el CD 1 aquí.

Visitar también la entrada con el estuche completo aquí.

miércoles, 21 de abril de 2010

Tchaikovsky. Concierto para Violín. Serenata par Cuerdas. Bernstein. Stern. Orquesta Filarmónica de New York. 1973. 1970.


Vamos a dejar un CD maravilloso, por su interpretación y por su contenido.

Dos obras excepcionales del gran compositor ruso Tchaikovsky: su maravilloso Concierto para Violín y la no menos maravillosa y emotiva Serenata para Cuerdas.

No creo que sea necesario añadir que Tchaikovsky es uno de los compositores, al menos para mí, que de manera más sencilla, simple y directa es capaz, con su música, de llegar a tocar la fibra más delicada de la sensibilidad y de la emoción pura. Estas dos obras son una muestra de lo comentado. No te pueden dejar indiferente y si así es tienes un corazón muy duro.

El concierto para violín fue estrenado por el violinista Adolph Brodsky (que no era el destinatario inicial del mismo), con poco éxito y bastantes críticas (¡ay, ese Hanslick!), en Viena en 1881. En su composición recibió la ayuda técnica de uno de sus antiguos estudiantes, el violinista Iósif Kotek que posteriormente le ayudaría a establecer contacto con Nadezhda von Meck, mecenas y confidente futuro. El destinatario inicial del concierto, Auer, aceptaría finalmente el mismo y ayudaría con las enseñanzas a sus alumnos, Jascha Heifetz y Nathan Milstein, a la difusión del mismo. La emoción personal, todo el ser de Tchaikovsky fluye por la obra. Y creo que, no con menor intensidad, fluye por los intérpretes de esta versión, no tenida como una referencia de la misma, pero ejecutada con un gusto, una sensibilidad y una perfección técnica maravillosa (Stern está soberbio).

En cuanto a la Serenata para Cuerdas, poco hay que añadir. Es una maravillosa obra de arte. Tchaikovsky la compuso en septiembre de 1880, al mismo tiempo que estaba trabajando en su Obertura 1812. Se escribió a modo de una serenata orquestal que serviría como un homenaje a las del propio Mozart. Inspirado, completó el trabajo relativamente rápido, pareciendo mucho más satisfecho con ella que con su composición hermana, la obertura. La obra se estrenó en San Petersburgo en 1881 y tuvo un éxito inmediato recibiendo felicitaciones por el trabajo de uno de sus héroes musicales, el pianista y compositor Antón Rubinstein. Según palabras del propio compositor a su mecenas, Nadezhda von Meck, "...la obra se escribió desde la compulsión interna . Esta es una pieza de corazón."

Y les aseguro que corazón no falta en ella. Es bellísima, delicadísima, emotiva, dulce, de sonoridad preciosa, directamente impactante al corazón. Una verdadera obra de arte, colorida, brillante, graciosa, melodiosa, señorial, delicada, finamente dulce y firme.

Os dejo las versiones de estas dos obras por Bernstein, Stern y la Orquesta Filarmónica de New York. A disfrutar de ellas.


Tchaikovsky
Concierto para Violín
Bernstein
Stern
Orquesta Filarmónica de New York
5 de marzo de 1973

Serenata para Cuerdas
Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
22 de octubre de 1970









Mp3

FLAC

martes, 20 de abril de 2010

Brahms. Ein deutsches Requiem. Kempe. Dieskau. Grummer. OF de Berlín. 1955.


Os dejo otra maravilla de la fonografía. La magnífica y enormemente emotiva versión de la excepcional obra que es el Réquiem Alemán de Brahms.

He escogido esta versión de Rudolf Kempe que creo particularmente es la más lograda en la transmisión de sentimientos, de amor, de emoción y de sensibilidad. No sólo por la grandeza en sí de la obra sino por el excepcional conjunto unido para realizar la grabación. El enorme Dieskau y la maravillosa y delicadísima Grummer a los que unimos un coro mítico y una orquesta de primera.

El reprocesado que os dejo es el realizado por Naxos que, sinceramente, creo mejora un poco la calidad del CD de EMI. La grabación está realizada en ese excepcional "estudio" que es la Jesus-Christus-Kirche de Berlín, con una sonoridad bellísima y nunca mejor lugar para grabar esta obra sublime de espiritualidad plena.

Aunque de carácter fúnebre no es un Réquiem habitual de tinte de misa de difuntos, es una obra próxima al oratorio concertístico y un canto a la muerte y a la resurrección dedicado a la memoria de su madre y a la de Schumann. La obra se estrenó en su forma completa y definitiva el día 10 de abril de 1868, Viernes Santo, en la catedral de San Pedro de Bremen. Y tuvo un éxito grandioso. Se repuso otro Viernes Santo de 1871, también en la catedral de Bremen, como homenaje fúnebre a los caídos en la guerra franco-prusiana dentro de un contexto marcadamente nacionalista. La obra alterna pasajes sombríos y dramáticos con otros de pura belleza, serenidad y beatitud. La parte de oratorio no está basada en textos católicos sino en textos que parten de las traducciones luteranas del Antiguo y Nuevo Testamento y de los Apócrifos.

Independientemente del carácter religioso cuyo sentido no es buscado, es de reconocer que pocas obras alcanzan el grado de espiritualidad y de emoción pura como lo hace esta de Brahms.

Disfruten de la orquesta y particularmente de Grummer, una maravilla.


 






Brahms
Ein deutsches Requiem

Kempe
Dietrich Fischer-Dieskau barítono
Elisabeth Grümmer, soprano
Coro de la Catedral de St. Hedwig's
Orquesta Filarmónica de Berlín

Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, junio de 1955