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martes, 2 de agosto de 2011

Respighi. Fontane di Roma. Pini di Roma. Suite III de Danzas y Arias Antiguas. Boccherini. Quintettino Albinoni. Adagio. Karajan. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1977. 1969.


Queridos amigos, dejamos hoy este bellísimo disco grabado por el maestro Karajan con un conjunto fantástico de obras musicales, obras apropiadas para dejar de manifiesto la belleza de las mismas amén de la increíble maravilla que es la Orquesta Filarmónica de Berlín y su versatilidad. Obras para el lucimiento orquestal, para las emociones, para la belleza sonora.

Karajan que anteriormente ya había grabado con anterioridad la obra de Respighi unos 20 años atrás, vuelve a hacerlo ahora con la DG y su orquesta berlinesa con la que lleva, por las fechas en que se realiza la grabación, unos largos y fructíferos años de colaboración (incluso podríamos decir que se encuentran en los mejores momentos de la misma).


Las obras de Respighi recogidas en este CD tienen una interpretación absolutamente magistral por parte de Karajan, no sólo ya por la brillantez orquestal que consigue, sino y principalmente por la calidad interpretativa que impone. 

Extraordinaria tímbrica, colorido fantástico, sutileza en los detalles, magnífica elaboración de los pasajes, conjunción sensacional de los grupos orquestales y una calidad técnica e instrumental lograda de los músicos berlineses inconmensurable. 

Según los datos del libreto, el propio Karajan exigió un número relativamente alto de sesiones de grabación para las obras de Respighi con el fin de matizar y pulir detalles técnicos y sonoros hasta lograr la belleza musical que perseguía. Igualmente curioso resulta el detalle referente al "error" cometido por el archivista de sonido de la DG al incluir un mirlo en la tercera sección de los Pinos en lugar de un ruiseñor como era la indicación del compositor.

Independientemente de estos detalles la ejecución es asombrosamente bella, impactante en lo sonoro, genial en los detalles y sutilezas marcados por Karajan, soberbia en lo musical y emocional. Un juego orquestal maravilloso, unas transiciones impresionantemente finas, una energía acumulada que se descarga de forma perfecta en los Pinos, una emotividad sutil genialmente plasmada en las Fuentes. Una de las mejores grabaciones de estas dos obras y creo un altísimo logro del maestro Karajan.

Las Fuentes de Roma tuvieron su primera interpretación por Antonio Guardieri el 11 de marzo de 1917 en el Augusto de Roma y pocos meses después por Toscanini en Milán el 11 de febrero de 1918. Los Pinos de Roma se interpretaron por vez primera el 14 de diciembre de 1924 y poco después Toscanini aseguró su estreno norteamericano.


Respighi realiza una maravillosa adaptación de música del pasado, de la época barroca, para elaborar las preciosas Suites de Danzas y Arias Antiguas sacando toda la maravillosa musicalidad de dicha música y poniéndola en valor en su época. Concretamente toma varias fuentes para elaborar el conjunto de las tres suites:

  • Suite nº 1 (1917), sobre la base renacentista del laud de obras de Simone Molinaro, Vincenzo Galilei y otros compositores anónimos.
  • Suite nº 2 (1923), basada en piezas para laud, archilaud y viola de Fabrizio Caroso, Jean-Baptiste Besard, Gianoncelli Bernardo y un compositor anónimo. También se interpola un aria atribuido a Marin Mersenne.
  • Suite nº 3 (1932), que difiere de las dos suites anteriores en su disposición fundamental para cuerdas y un carácter marcado por la melancolía general. Se basa en temas de laud de Besard, piezas de guitarra barroca de Ludovico Roncalli y piezas de laud de Santino Garsi da Parma y otros compositores anónimos.

En el CD presentado, Karajan nos ofrece una maravillosa y soberbia aproximación a la Tercera Suite, una aproximación sencillamente genial, soberbia, delicadísima y musicalmente bellísima. Un lujo de interpretación.

De igual manera podemos calificar la aproximación que realiza al Quintettino (Quinteto op. 30 nº 6) de Boccherini, interpretación cargada de plasticidad, de sonoridad imaginativa, de sensibilidad y de aroma, un aroma respirado por el compositor en Madrid. Una obra preciosa, delicada, imaginativa y descriptiva que es traducida con pasión por Karajan.


Data de 1780 siendo este nº 6, titulado La Música Nocturna de las Calles de Madrid, el más famoso. En él se dan la mano los cantos sagrados del rosario, las danzas populares desde el "Ave María della Parrochia" hasta la "Ritirata", las canciones populares cantadas en la vía pública por los madrileños, el rasgado de las guitarras y la retreta militar o "tempo di Marcia".

Y finalmente concluye el precioso paseo musical por este CD con el famosísimo Adagio de Albinoni que en esta interpretación de Karajan con orquesta no historicista simplemente puede calificarse de bellísimo. Música emotiva, plenamente cargada de sentimientos y enormemente expresiva, es un magnífico colofón para un disco extraordinario.

Espero que lo disfruten.





Respighi
Boccherini
Albinoni

Herbert von Karajan
Orquesta Filarmónica de Berlín

Grabaciones: 
Respighi, diciembre de 1977 y enero y febrero de 1978, Berlín, Philharmonie
Boccherini y Albinoni, agosto de 1969, St. Moritz, Schweiz, Französische Kirche














lunes, 1 de agosto de 2011

Beethoven. Oberturas Egmont, Coriolan, Leonore II. Gran Fuga op. 133. Cavatina op.130. Furtwängler. Orquesta Filarmónica de Berlín. Orquesta Filarmónica de Viena. 1947. 1951. 1949. 1954. 1940.


Queridos amigos, dejamos esta tarde un precioso disco dedicado especialmente al amigo Jorge que hace tiempo preguntaba sobre la Obertura Egmont del año 1947 dirigida por Furtwängler a la Filarmónica de Berlín tras su proceso de desnazificación.

El disco pertenece a una magna colección de CD dedicados al maestro alemán, un verdadero tesoro que incluye gran parte de sus grabaciones comerciales de las casas oficiales y alguna que otra pieza "rara avis" de conciertos en vivo o tomas radiofónicas.

El sonido es más que aceptable, podemos decir que incluso muy bueno para esos años y nos permite apreciar con claridad las virtudes de las orquestas de Berlín y Viena así como el supremo arte de Furtwängler en la dirección y su particular forma de ver a Beethoven y su universo musical. 

En esta ocasión destacar la vitalidad tan desbordada que emerge de la batuta de Furtwängler, una vitalidad y un dinamismo excepcional, un gran ritmo (frenético pero sin desbordarse), un excepcional manejo de la masa orquestal de cuerdas de ambas orquestas, una continuidad de flujo musical pasmosa y bellísima en la traducción de cada pieza. 


La traducción de la Gran Fuga op. 133, pieza difícil y complicada para el oído, y de la Obertura Egmont resultan sencillamente excepcionales, intensísimas y enérgicas. 

La Cavatina op. 130 resulta conmovedora, sensacional, genial. A pesar de los años y de su sonido monofónico del año 1940 es imposible resistirse a la belleza que emana de esta interpretación, impactante. 

Las dos piezas restantes, las geniales Oberturas Coriolan y Leonore II tienen una traducción magnífica, concentrada, intensa; ambas con un colorido orquestal maravilloso, unos timbres fantásticos y un sonido orquestal irrepetible. 

Una verdadera joya que espero aprecien y disfruten y desde luego ¡qué maravillosas orquestas y qué intensidad transmitían!

Un Furtwängler como siempre maravilloso y con ese punto de "descontrol" que hacen sus interpretaciones tan particularmente bellas y emotivas. Este CD es un buen ejemplo.





Beethoven
Oberturas
Gran Fuga
Cavatina
Wilhelm Furtwängler
Egmont, Orquesta Filarmónica de Berlín, 27 de mayo de 1947
Coriolan, Orquesta Filarmónica de Viena, 29 de octubre de 1951
Leonore II, Orquesta Filarmónica de Berlín, 18 de octubre de 1949
Gran Fuga op. 133, Orquesta Filarmónica de Viena, 30 de agosto de 1954
Cavatina del Cuarteto op. 130, Orquesta Filarmónica de Berlín, 1940



domingo, 31 de julio de 2011

Beethoven. Mendelssohn. Conciertos para Violín. Wilhelm Furtwängler. Yehudi Menuhin. Philharmonia Orchestra. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1953. 1952.


Queridos amigos, dejamos esta noche un disco excepcional en lo referente no sólo ya a lo musical sino también a lo histórico y humano. Una unión de nuevo perfecta entre dos de los más grandes músicos del siglo XX y además dos de las más grandes personalidades humanas del citado periodo.

De todos es conocida la época trágica de posguerra que tuvo de vivir Furtwängler, un músico humanista que tan sólo permaneció fiel a lo que su formación y su condición humana le indicaba era lo correcto. Hacer música como ejemplo de vida y como obligación y deber, fueses en la etapa que fuese. Su proceso de desnazificación fue quizá el más injusto de todos los llevados a cabo en el ámbito musical. 

Lucerna se constituyó tras la II Guerra Mundial en el centro de la esperanza europea de la reconciliación y del olvido. Tomó en relevo del Salzburgo destrozado por los nazis. Lucerna era el lugar apropiado para su relevo, para unir voluntades de paz, de confraternidad, de amor, de ilusiones, de conciliaciones.

Menuhin judío de origen neoyorkino fue la persona que quizá estuvo más cerca de Furtwängler en aquellos malos y difíciles años. Defensor del maestro alemán y seguidor incluso a escondidas de los conciertos de Furtwängler en Berlín, tendió sin tipo alguno de rencor la mano a quién consideraba uno de los grandes, un humanista y un músico sin par. 

Unas primeras reuniones tuvieron lugar en el hotel suizo Tres Coronas en el Lago Ginebra, reuniones cara a cara, de dos personalidades de semejante formación, humanismo, cultura y educación. Estas primeras reuniones dieron lugar a los conciertos de Menuhin y Furtwängler en Lucerna con un impresionante Concierto para Violín de Beethoven; las apariciones en Salzburgo con el concierto de Brahms y en Berlín nuevamente con el de Beethoven (tras el que Menuhin llegó a decir que no interpretaría más el concierto de Beethoven con otro director, añadiendo sabiamente "...aunque eso se imposible y tendré que hacerlo, siempre feliz, con otros directores, lo de Furtwängler es único".

Bellísimas palabras del violinista americano que le dan la talla moral y humana que merece y una labor la suya de restitución de la figura de Furtwängler sin par, imposible de apreciar y de agradecer lo suficiente.


Los presentes conciertos se planificaron nuevamente para su grabación en estudio con la EMI. Beethoven  en Londres con la excepcional Philharmonia y un año antes Mendelssohn con la Orquesta Filarmónica de Berlín en un gesto maravilloso para la restitución de la imagen, del valor, del hombre y del nombre de Mendelssohn, que poco antes de la guerra fue dilapidado y eliminado de la historia musical alemana.

El resultado de estas dos grabaciones históricas por todos los aspectos es sencillamente soberbio. 

Quizá el más bello Concierto para Violín de Beethoven jamás grabado. Un concierto de emoción a flor de piel, con un Menuhin entregadísimo, con una técnica de todos sabida fuera de duda, pero a la que se añade una belleza sonora y un implicación emotiva sin par. Una interpretación donde pone el alma, pone su vida en las notas y ¡Dios, qué notas logra!. Notas de una belleza pasmosa, sencillamente hermosas, con un alma que parece emerger de todas y cada una de ellas. Y una Philharmonia que en manos de Furtwängler logra un nivel musical y emotivo sensacional. Que excepcional manejo de las masas y grupos musicales, que maravillosa forma de acompañar en un plano retrasado al virtuoso y cálido violín de Menuhin, Una verdadera maravilla musical, una joya de interpretación, un momento único de la historia de la grabación. Dos voluntades y dos pensamientos semejantes entregados simplemente a la humanidad. 

Y en el Concierto para Violín de Mendelssohn podemos encontrar más de lo dicho. Dos verdaderos titanes musicales, con una comprensión perfecta el uno del otro y del destino y fin de esa hermosísima música de Mendelssohn. Un acompañamiento mágico, un violín sublime, sedoso, encantador, de una sonoridad mágica, casi celestial. Soberbia.

En ambos casos nos encontramos con una forma completamente diferente a cualquier otra de ver la música, la historia, la vida. La vida es música, la música es vida. Nosotros somos sus traductores, traductores de un cosmos vital que supera cualquier condición humana. Es la música como ejemplo del arte sublime, el bálsamo de cualquier mal, el centro de unión de todas las almas deseosas de paz y amor.

Espero que disfruten de este disco único y maravilloso. Gracias a la fonografía se ha conservado el arte inigualable de dos grande seres humanos.


Beethoven*
Mendelssohn**
Conciertos para Violín

Wilhelm Furtwängler
Yehudi Menuhin
Philharmonia Orchestra*
Orquesta Filarmónica de Berlín**

Grabaciones
London, Kingsway Hall, 7 y 8 de abril de 1953*
Berlín, Jesus Christus Kirche, 25 y 26 de mayo de 1952**








jueves, 28 de julio de 2011

Granados. Doce Danzas Españolas. Danza lenta. Allegro de Concierto. Valses Poéticos. Alicia de Larrocha, Piano. 1964 a 1967.


Queridos amigos, con un poquito de retraso (cosas de las subidas y de cierto cansancio personal) dejamos hoy este bellísimo CD en homenaje al maestro Granados del que el pasado día 27 se cumplían años de su nacimiento.

Granados es uno de los grandes músicos españoles del final del siglo XIX y principios del XX, tristemente fallecido junto a su esposa en el hundimiento (curiosidades de la vida pues el mar era algo que le daba pánico) del buque francés Sussex en el Canal de la Mancha por un submarino alemán (U-29) a mitad del transcurso de la I Guerra Mundial. Una gran pérdida para la música española e internacional.

Asociado al llamado nacionalismo español, Granados no se puede decir que directamente fuera unos de sus defensores fundamentales. Su amplitud de miras musical era mayor y si bien es cierto que en mucha de su música hay trazas de esa idea nacionalista su horizonte era más lejano, más europeo, más internacional.


Hijo de militar, tas un accidente de caballo de su padre, la familia recala en Barcelona donde comienza la andadura musical de Granados. Primero con algunas clases privadas, mucho estudio personal, el paso por la Escolanía de la Mercé, los conciertos privados, etc. 

En esa época es esencial el contacto de Granados con el tenido por fundador de la Escuela Catalana de Piano,  Juan Baptista Pujol, músico por el que, entre otros, pasaron Malats, Vidiella y Albéniz. Fundamental en su formación, básicamente transmitió la importancia en el manejo de los pedales, el color y la claridad en la interpretación-recreación de la música de piano. Tras la formación con Pujol, Granados pasa a tomar clases del gran maestro Felipe Pedrell, impulsor fundamental del Renacimiento Musical Español de finales del XIX. 

Gracias a la ayuda de algunas figuras importantes de la vida cultural catalana y a sus trabajos en los cafés, Granados realiza su ansiado viaje a París. No pudo acceder al conservatorio por problemas de salud y de edad (¡qué manía con poner límites al arte!) y tomó clases privadas con de Bériot (profesor de Ravel y Viñes). Su influencia se destaca de nuevo en impulsar el colorido musical, la vitalidad musical, la viveza y las improvisaciones. Sin embargo París no dejó una huella profunda en el alma de Granados y regresó a Barcelona en 1890, la fecha aproximada de la publicación de las Doce Danzas Españolas, de enorme acogida mundial. En 1891 participa en la creación del Orfeó Catalá (desligándose de las luchas políticas). Tras un primer y breve paso por Madrid, sin gran éxito, regresa de nuevo a Barcelona. 


En años sucesivos desarrolla una importantísima labor docente y musical destacando la fundación de la Escuela Granados cuna entre otros de grandes pianistas españoles como Marshall, de Larrocha o Sabater. Por estos años, principios del siglo XX, compuso su precioso Allegro de Concierto, obra genial, bellísima y sencillamente maravillosa. Apasionado de Goya se basa en su idea vital y su época para componer la suite Musical Goyescas, otra obra de impacto nacional e internacional y que le permitió saltar el charco a los EEUU donde finalmente tendría lugar el estreno de la obra comandada por la Ópera de París (ante las circunstancias bélicas se trasladó para su estreno a New York). Goyescas fue un éxito enorme, sensacional, increíble. Pau Casals tuvo mucho que ver en ello por su enorme y desinteresada entrega a la perfección de la obra en los ensayos y el apoyo personal prestado a Granados. 

Tras el éxito vino la tragedia. En el viaje de vuelta la desgracia y la locura de la guerra se cobró la vida de muchas personas que viajaban en el Sussex, entre ellas la de Granados y su mujer Amparo. Un final trágico de un gran músico en la plenitud de su desarrollo, un final presagiado incluso por el compositor que intentó por todos los medios retrasar y cambiar los embarques.

Les quiero dejar uno de los disco más bellos que quizá se hayan grabado de la música de Granados. Un disco increíble en el que la gran Alicia de Larrocha nos da un verdadero recital de pasión, belleza, descaro, vitalidad y musicalidad. No tiene desperdicio. 

Desde la primera a la última pieza todo rebosa belleza y arte. Su lirismo asoma por todas las notas y la sencilla musicalidad rápidamente cala tus sentidos. Simplemente es una música tan bella y está tan ricamente traducida que no puedes dejar de admirar su intensidad, su pasión, su lirismo y su poesía.


Las Doce Danzas Españolas, enormemente populares, tienen una traducción hermosísima, sin amaneramientos regionalistas, es sencillamente música poética y viva. La  Danza lenta y el Allegro de Concierto tienen una belleza sublime, una ternura emocional sin par y un colorido y sonoridad inquietantemente bellos. Y los Valses Poéticos son, sencillamente, una pequeña joyita del piano. 

Alicia de Larrocha, sin palabras. Impresionante, grande, musical, emotiva, técnica y sencillamente perfecta en la transmisión de las emociones de las diversas piezas.

Espero que lo disfruten. Les aconsejo con pasión que visiten a nuestro amigo Quinoff. En su entrada podrán apreciar una excepcional aportación a la figura de Granados.

(Notas de Wikipedia, CD, Enciclopedia de la Música de DG).

Granados
Alicia de Larrocha
Doce Danzas Españolas
Danza lenta
Allegro de Concierto
Valses Poéticos
Grabaciones de 1964 a 1967







Visitar también Versión Orquestal aquí.

Visitar también:


domingo, 24 de julio de 2011

Beethoven. Sinfonía nº 9. George Szell. Orquesta Filarmónica de Viena. 1969.


Queridos amigos, esta noche dejamos un disco excepcional, increíblemente bello, maravilloso, único e irrepetible. George Szell junto a la Filarmónica de Viena en un registro en vivo realizado en Viena en 1969 interpreta la Novena Sinfonía de Beethoven. Y lo hace de una forma asombrosa, diferente a sus otras aproximaciones, abordándola de forma muy, muy emocional.

Creo sinceramente que es una maravillosa aproximación de Szell a esta obra de Beethoven, posiblemente la más bella que haya realizado, completamente diferente a su excepcional, aunque atípica, aproximación de la integral de Sony con Cleveland y creo que algo por encima de su otra preciosa interpretación con la New Philharmonia Orchestra en el Royal Festival Hall de Londres un año antes, en 1968.

Esta interpretación de Viena se beneficia de una forma manifiesta de las virtudes de la Filarmónica Vienesa que sencillamente está impresionante. Con una excepcional interpretación musical, unas cuerdas brillantísimas y sedosas, unas maderas y unos instrumentos de viento que resultan tan bellos que es imposible no deleitarse con su bellísimo sonido, unos metales coloridos con una tímbrica maravillosa. Los vieneses dan ese plus que realza cualquier interpretación que pueda realizar un director. Y Szell aprovecha como nunca esa oportunidad de tener a sus órdenes a la quizá mejor orquesta del mundo.


Conduce a los músicos vieneses por una senda excepcionalmente trazada, saca de ellos unos sonidos increíbles, traza la obra de Beethoven con tiralíneas pero con un tiralíneas que el maestro Szell se permite el lujo de desviar intencionadamente y de manera excepcional hacia sendas emocionales y sonoras pocas veces exploradas de esa manera. 

Es un Szell completamente diferente al que todos habitualmente calificamos de preciso y seco. Todo lo contrario, es un Szell vital, sensual, enérgico e impulsivo. Matiza los detalles de esta excepcional sinfonía de una forma magistral, se mantiene reposado hasta que los saca a relucir de forma inesperadamente bella, intensamente concentrado, muy profundo, con cierto tono hasta trágico poco habitual en esta obra. Y en su final, excepcional final, se desborda la energía acumulada, la tensión que ha ido acumulando en su discurso musical. Es una explosión vital de energía y de tensión emocional. Una explosión finamente controlada.

La prestación del coro de la Wiener Singakademie no desentona para nada con la de la orquesta y el equipo de solistas está francamente sensacional. Increíblemente expresivas, intensas y con enormes capacidades las dos voces femeninas (maravillosa Janowitz) y ricas, poderosas e intensas las voces masculinas. Un equipo, repito, sensacional.

Quizá una de las más grandes aproximaciones a la Novena de Beethoven, realmente grande y genial. ¿Al nivel de la de Furtwängler con la Philharmonia? Difícil pregunta y difícil respuesta. Tan sólo me atrevería a decir que sí, que está a su nivel añadiendo un pequeño matiz, sí pero en una visión diferente a la del maestro alemán.

Que la disfruten. Es una joya musical. Una verdadera obra de arte.


Gundula Janowitz, soprano

Meriel Dickinson, contralto

Ernst Haefliger, tenor

Walter Berry, bajo



Beethoven 9ª Sinfonía (1824)
Texto de Johann Christoph Friedrich von Schiller "Ode an die Freude" (Oda a la Alegría) 


O Freunde, nicht diese Toene!                                     
Sondern lasst uns angenehmere
anstimmen und freundenvollere!

Freude, schoener Goetterfunken,
Tochter aus Elysium,
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische dein Heiligtum!
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt;
Alle Menschen werden Brueder,
Wo dein sanfter Fluegel weilt. 
Wem der grosse Wurf gelungen,
Eines Freundes Freund zu sein,
Wer ein holdes Weib errungen,
Mische seine Jubel ein!
Ja - wer auch nur eine Seele
Sein nennt auf dem Erdenrund!
Und wer's nie gekonnt, der stehle
Weinend sich aus diesem Bund!
Freude trinken alle Wesen
An den Bruesten der Natur,
Alle Guten, alle Boesen
Folgen ihre Rosenspur.
Kuesse gab sie uns und Reben,
Einen Freund, geprueft im Tod,
Wollust ward dem Wurm gegeben,
Und der Cherub steht vor Gott.
Froh, wie seine Sonnen fliegen
Durch das Himmels praecht'gen Plan,
Laufet, Brueder, eure Bahn,
Freudig wie ein Held zum Siegen.
Seid umschlungen, Millionen!
Diesen Kuss der ganzen Welt!
Brueder - ueberm Sternenzelt
Muss ein lieber Vater wohnen.
Ihr stuerzt nieder, Millionen?
Ahnest du den Schoepfer, Welt?
Such ihn ueberm Sternenzelt,
Ueber Sternen muss er wohnen.


Textos: 
¡Oh, amigos, no con esos acentos!
¡Entonemos cantos placenteros
y plenos de alegría!

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses
hija del Elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.
Quien haya alcanzado la fortuna
de poseer la amistad de un amigo, quien
haya conquistado a una mujer deleitable
una su júbilo al nuestro.
Sí, quien pueda llamar suya aunque
sólo sea a un alma sobre la Tierra
Y quien no pueda hacerlo,
que se aleje llorando de esta hermandad.
Todos los seres beben la alegría
en el seno de la naturaleza,
todos, los buenos y los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio ósculos y pámpanos
y un fiel amigo hasta la muerte.
Al gusano se le concedió placer
y al querubín estar ante Dios.
Gozosos, como los astros que recorren
los grandiosos espacios celestes,
transitad, hermanos,
por vuestro camino, alegremente,
como el héroe hacia la victoria.
¡Abrazaos, criaturas innumerables!
¡Que ese beso alcance al mundo entero!
¡Hermanos!, sobre la bóveda estrellada
tiene que vivir un Padre amoroso.
¿No vislumbras, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo sobre la bóveda estrellada.
Allí, sobre las estrellas, debe vivir.



Beethoven
Sinfonía nº 9

George Szell
Wiener Singakademie
Orquesta Filarmónica de Viena
Gundula Janowitz, soprano
Meriel Dickinson, contralto
Ernst Haefliger, tenor
Walter Berry, bajo

Grabación
Viena, 22 de junio de 1969