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domingo, 11 de noviembre de 2012

La Misión. Ennio Morricone. Homenaje en su Cumpleaños.


Queridos amigos, esta noche dejamos un disco precioso en homenaje al gran compositor Ennio Morricone que celebra hoy su cumpleaños (10 de noviembre de 1928). No haremos una gran descripción de su obra ni de su biografía, sería tarea magna e imposible para mis capacidades, simplemente nos limitaremos a dejar esta bella muestra de su música y aconsejarles su escucha.

La labor de Morricone en el panorama musical cinematográfico es enorme, en cantidad y sobre todo en calidad. Es uno de los grandes, de los más grandes músicos cinematográficos y sus melodías, temas y piezas musicales estarán siempre asociadas a algunos de los más bellos momentos que ha dado el Séptimo Arte.

En el caso concreto de este disco es justo destacar el uso magistral que se hace de la bellísima música de Morricone. Una música que se acopla a la perfección al tiempo de la película, a su desarrollo dramático, a su carga emocional y a su momento histórico desde la perspectiva de un músico actual que sabe manejar de una forma extraordinaria los recursos expresivos de los instrumentos, de la voz, de la melodía y que está dotado de una enorme capacidad para tocar lo más profundo de la sensibilidad.


Impactante y conmovedor es el momento en que que el simple sonido de un oboe en mitad de la selva se transforma en el elemento que lleva a los indígenas a aceptar la labor del jesuita padre Gabriel. Esos mismos indígenas que luego se transformarán en artesanos de instrumentos musicales y que mostrarán sus cantos corales a la comisión internacional (menuda comisión) como forma de hacer ver su conversión a la civilización. 

El final de la película es de una emotividad altísima y hay que destacar ese epílogo con la brillante y profunda escena donde un grupo de desnudos niños indígenas salvajes cargan un instrumento musical en su canoa, como muestra que algo quedó del aporte de los jesuitas. Preciosos son todos y cada uno de los temas de la banda sonora destacando el conocidísimo tema principal de la misma y en particular también los temas corales que resultan realmente bellos.


Particularmente siempre me ha impresionado el desarrollo en paralelo de la doble personalidad jesuita que es representado por el devenir de las dos personalidades, la del pacífico Gabriel (Irons) y la del militar, guerrero e impulsivo Mendoza (De Niro) y de qué manera toman caminos distintos para lograr un mismo obetivo, salvar la misión, y cómo ambos caminos llenos de fuerza, de razones (militares y civiles) y de pasión y fe terminan trágicamente frente a las fuerzas superiores de una sociedad vil y vendida al mejor postor.

Espero que disfruten de esta hermosísima muestra del arte de un genio de la música. Ennio Morricone. Muchas felicidades maestro y que podamos seguir disfrutando de su labor muchísimos años más. Su esfuerzo y su tarea será siempre estimado y bienvenida. Gracias a ellos podemos gozar de las emociones y sensaciones más variadas, de la alegría, el humor, la sensibilidad, la emotividad, la dulzura, la tristeza o la pasión. 

Un músico al que hay que alabar sus propias palabras con respecto al cine: "Si una película requiere una música nostálgica, la compongo. Si necesita música dramática, también. La música del cine no pertenece al compositor. Pertenece a la película". 

Tu música, querido Morricone, pertenece a todos. La belleza y la emoción que has dado así lo merece.



La Misión
Ennio Morricone
Orquesta Filarmónica de Londres
Ennio Morricone
London Voices Choir, Geoffrey Shaw
Barnet Schools Choir, J. Maxwell Pryce
Dirección coral, David Bedford
Grabación, 1986, CTS Studios, Wembley, Londres













viernes, 9 de noviembre de 2012

Bruckner. Sinfonía nº 7. Gunter Wand. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1999.


Queridos amigos, esta noche dejamos para el deleite de todos un excepcional disco de la Séptima Sinfonía de Bruckner grabado por el maestro Wand en directo al frente de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Y es excepcional por un conjunto de detalles que presentes en un momento dado hacen que la interpretación resulte especial. Se unen la maestría y experiencia de Wand como director ya maduro y de amplio conocimiento de la obra bruckneriana con unos registros que se toman en directo durante varios días en Berlín y la aportación realmente soberbia de una orquesta, la Filarmónica de Berlín, increíble, excelsa, estupenda y realmente portentosa. Le suman un cuarto detalle más, y de no poco valor, que es la calidad técnica de la grabación y obtenemos esa conjunción mágica que deriva en una recreación realmente sincera, técnicamente insuperable y musicalmente profunda en su desarrollo, en sus detalles y en sus matices.

El maestro Wand admira a Bruckner y son esa admiración que es sincera y reposada en los años de trabajo sobre su obra nos presenta el momumento musical de la sinfonía recalcando la belleza estructural de los grandes bloques brucknerianos, recreando su relación directa con la escritura musical para órgano, esa escritura estratificada maravillosa que Bruckner desarrolló, poniendo de relieve de forma magistral la unión mágica de los bloques sonoros con un color de base en las cuerdas, maderas y metales que tan precisa y preciosamente dispone Bruckner. En definitiva recrea la originalísima arquitectura musical y sonora del maestro haciéndola parte integrante de de la estructura formal y base de la comprensión de la construcción global del edificio inmenso que es la obra completa. Wand, como Furtwängler y como Jochum (más este último) nos deleita con la originalidad inicial de la obra bruckneriana, con su esencia misma, con su construcción inicial.


Amén de todo lo anterior Wand siempre se ha esforzado en indicarnos su profunda creencia en que las obras brucknerianas tienen un componente que va más allá de lo puramente musical. Intenta transcender del significado único como música para hacernos partícipes de un significado mayor, de un significado que está relacionado con una maravillosa magia cósmica superior, un orden de alto nivel que sobrepasa la propia condición humana. Su dimensión es más alta, es una dimensión de orden divino.

Muchos años de concienzudo trabajo, trabajo casi siempre en la sombra, que se inicia en sus años de dirección en la Orquesta Gürzenich de Colonia y que se siguen en la etapa provinciana de la Ópera Cómica de Allenstein le llevan finalmente a una madurez y comprensión del lenguaje bruckneriano que se traduce en su primer acercamiento completo a la integral sinfónica realizada en Colonia con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia o WDR- Sinfonieorchester. Esta aproximación inicial a la integral bruckneriana es un hito histórico en la carrera discográfica de Wand y una muestra de ese concepto personal del sentido profundo, misterioso y superior de la música sinfónica de Bruckner.


En las grabaciones con la Filarmónica de Berlín podemos apreciar que Wand sigue las mismas pautas, ideas y conceptos de sus grabaciones iniciales de la WDR. Se remarca un poquito más ese contenido espiritual profundo de la obra bruckneriana tanto por la evolución interna personal del maestro derivada de la experiencia de los años como de su cada vez mayor convencimiento en la necesidad de exponer ese sentido místico y superior en sus conciertos. Se afina aún más la precisión rítmica y el detalle, se buscan los tiempos justos, sin pesadez pero sin prisas por levantar rápidos y frágiles monumentos sonoros, con un esfuerzo concentrado en elaborar bien la base estructural de la obra, la arquitectura constructiva de la misma y para ello usa su experiencia, su enorme facilidad para el manejo del color, de la tímbrica y del tiempo. 

Wand es capaz de ofrecernos una Séptima Sinfonía en la que todos sus bloques constructivos, esos preciosos bloques sonoros brucknerianos que son los ladrillos de la obra son expuestos de manera clara, se hacen reconocibles sin ser mezclados sino yuxtapuestos, manteniendo unos ritmos y unos tiempos ágiles que lo hagan posible. Wand deja de lado la construcción de una magna obra sólo grata al estruendoso sonido, al magno, puro y bellos sonido. No, Wand nos hace ver a través del sonido su origen y nos hace disfrutar de la belleza del mismo sin impedirnos disfrutar de su belleza constructiva. Y además de todo ello nos deja alma, vida y corazón en su recreación, como si los años, su vivencia y el directo le permitiera expresar de forma más convincente que estamos ante una obra superior en concepción, sentido y destino.

Un excepcional trabajo, un maravilloso trabajo humano que se acompaña de una excepcional ejecución de los berlineses. Precisos pero con un punto de calor; milimétricos pero con una regla flexible, de una sonoridad plena y bellísima y con una modulación fantástica en la intensidad sonora gracias a la perfecta orientación del maestro Wand.


Espero que disfruten de esta forma tradicional de afrontar Bruckner, forma mantenida por Wand desde sus inicios, forma quizá no tan rada a ser aclamada como "maravillosa" pero forma fiel y honrada de rendir homenaje a quien la compuso con un sentido dado. 

Una maravillosa interpretación que seguro les encantará. Disfruten de ella por favor. Es un verdadero homenaje al más profundo y emotivo Bruckner con es respeto absoluto a su música y a su originalidad compositiva.


Bruckner
Sinfonía nº 7
Günter Wand
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación del 19 al 21 de noviembre de 1999
Versión Original de 1885 en la Edición de Robert Haas de 1944







martes, 6 de noviembre de 2012

Tchaikovsky. Sinfonía nº 6. Sergiu Celibidache. Orquesta Filarmónica de Munich. 1992.


Queridos amigos hoy en homenaje a nuestro querido maestro Tchaikovsky y con motivo del aniversario de su fallecimiento (según las fechas del calendario gregoriano) me gustaría dejar este maravilloso disco con una sublime interpretación de la Sexta Sinfonía por parte de Sergiu Celibidache y su Orquesta Filarmónica de Munich. Me permito recomendarles además visiten el espacio amigo Odeon donde encontrarán una magnífica integral de la obra sinfónica del maestro.

Es una interpretación realmente impactante y conmovedora, mágica y sublime. Un Celibidache de su última etapa, esa etapa caracterizada por los tiempos de sus ejecuciones estirados hasta casi el imposible (o imposible para muchos otros) hasta ese punto en que parece que la obra se desmorona y va a caer abatida por la pesadez de la lentitud pero que mágicamente revive una y otra vez haciendo que lo que parecía un final no sea más que una sucesión continuada de descubrimientos y un renacimiento sorprendente de la misma. Pocos directores han sabido llevar a estos extremos la música y si bien es cierto que no a todas las obras le sienta de la misma forma el tratamiento conceptual de este Celibidache también cierto es que cuando escuchas una de estas interpretaciones sueles rendirte a la magia del maestro rumano. 

La Sinfonía nº 6 de Tchaikovsky es quizá, junto a las obras de Bruckner y Beethoven, una de las obras que mejor soporta el tratamiento peculiar de Celibidache. Un tratamiento muy similar al que el maestro Bernstein supo dar en su grabación para DG con la Filarmónica de New York: tiempos espaciados, detalles instrumentales marcados, discurso musical de desarrollo suave y preciso, sentido humano y emocional de la obra, belleza sonora excepcional. Quizá incluso Celibidache va un punto más allá que Lenny; su recreación en los pasajes instrumentales es más marcada aún. Es sorprendente la manera en que destaca cada frase, cada detalle, cada pasaje, sin que se llegue a perder la unidad global de la obra. Esa unidad caracterizada por la emoción profunda, la bellísima melodía, la sensualidad del sonido, la impactante intensidad sentimental y el enorme poder de seducción de la música de Tchaikovsky.


Desde mi punto de vista esta interpretación del maestro Celibidache se separa un poco de las habituales interpretaciones marcando su terreno más en la bellísima música que en su relación más que posible entre ella y su autor. No encuentro al Tchaikovsky hundido y desesperado que se nos despide con tragedia, encuentro al Tchaikovsky maestro de la belleza musical, a un Tchaikovsky rebelde, capaz de aún en sus últimos momentos ofrecer una música de enorme impacto emocional y de sorprender en sus melodías y combinaciones instrumentales al ser humano que lo escucha. Es un Tchaikovsky poderoso, dueño de toda la sabiduría musical necesaria para componer cuatro movimientos realmente sorprendentes, impactantes y sencillamente deslumbrantes. Un Tchaikovsky que es todavía dueño del poder de la emoción y que es capaz de llevarnos a un mundo de magia, ensoñación, nostalgia, emoción y belleza.

Celibidache nos recrea la obra de forma sorprendente. Es magia lo que realiza en cada parte de la misma, como si fuera un alquimista del sonido realiza un recorrido sabiamente previsto por todos y cada uno de sus rincones musicales y emocionales.

Un inicio sensacional y bellísimo con la orquesta tocando esos pocos instrumentos y llevándonos a un mundo casi fantasmal con esas escalas descendentes que parecen llevarnos a lo más profundo del alma del propio compositor (escuchen el final del movimiento con esas maravillosas cuerdas tocadas con pizzicato a modo de bajo ostinato sobre la que se destacan los vientos, primero metales y luego maderas, y que realmente acaban tal y como se indicaba por el maestro, con la indicación “Morendo).

Un segundo movimiento a modo de vals realmente precioso tocado de manera perfecta, danzable, animoso, delicado y hasta cierto punto como si fuera una leve ironía y divertimento dentro del marco de una obra globalmente tendente a lo profundo y emocionalmente apesadumbrado.

En el tercer movimiento Celibidache nos expone un brillantísimo movimiento, que bien podría ser el final de la obra, a modo de una especie de marcha enérgica, viva, dinámica como si fuera un scherzando, con el oboe encargado de presentarlo y de dar paso a un precioso diálogo entre cuerdas y vientos, diálogo que poco a poco y con una energía que se va acumulando de forma sorprendente va adquiriendo consistencia y fuerza sonora realzada finalmente con la puesta en escena de los metales y la percusión. Un movimiento intenso con marcado ritmo y carácter llevado de manera fantástica, sin prisas pero sin pausas, por Celibidache.

En este punto y con el regusto del anterior movimiento todavía en el paladar llegamos al mágico final de la sinfonía, ese excepcional documento y testamento musical de Tchaikovsky, en el que Celibidache despliega toda su baraja de ases musicales, sus artes, sus recursos y su dominio técnico y conceptual de la obra. No hay más que escuchar su inicio, ese inicio intencionadamente desacompasado de las cuerdas para apreciarlo. La belleza melódica es increíble, la intensidad de su desarrollo verdaderamente sorprendente, la inspiración y la profundidad emocional arrolladoras. Maravilloso en el equilibrio de las escalas descendentes iniciales que logra traducir junto a ese fagot mágico y casi de otro mundo de manera realmente soberbia. El segundo tema que le sigue es una maravilla musical que es presentado sucesivamente produciendo un efecto de intensa emoción y de serenidad resignada. Resignación que se percibe más aún en sus últimos momentos con la obra desapareciendo lenta y sosegadamente tras expresar sus últimos lamentos audibles y que muere sin que casi nos demos cuenta de ello. Sencillamente espectacular y conmovedor.


Espero que disfruten de este excepcional disco que estoy seguro les va a proporcionar momentos de verdadero placer. Es una joya, una verdadera joya y un testimonio del arte de uno de los más grandes directores de la historia así como de una de las más hermosas obras musicales jamás escrita.



Tchaikovsky
Sinfonía nº 6

Sergiu Celibidache
Orquesta Filarmónica de Munich 

Grabación
Philharmonie am Gasteig, Munich
14 y 16 de noviembre de 1992










lunes, 5 de noviembre de 2012

Actualizaciones de Enlaces. Entradas Año 2010. Varias Obras. Varios Compositores. Varias Orquestas. Varios Directores. Varios Artistas.


Queridos amigos, durante estos días hemos continuado con diversas actualizaciones de entradas correspondientes al año 2010. Son todas ellas entradas excepcionales representando música, compositores, orquestas y directores muy variados.

En esta ocasión no todas las entradas van en FLAC. He actualizado aquellas de las que tengo más a mano los discos dejando para otra ocasión las restantes (realmente es que me consume muchísimo tiempo en el caso de los discos de ópera y corales o, si me lo permiten, por pensar que en algunas el archivo Mp3 es suficientemente válido). Les ruego acepten esta decisión con el ánimo de que seguramente poco a poco se irán actualizando todas (actualmente estoy con la tarea de pasar a FLAC otras muchas entradas y seguir grabando nuevos discos).

Creo, sin embargo, que podrán disfrutar de una muy buena selección de discos actualizados.

Un fuerte abrazo a todos.


Contenido de la Actualización




















































Celibidache. Bruckner. Sinfonía nº 5. Schumann. Sinfonía nº 4. Mussorgsky. Cuadros de una Exposición. Dvorák. Danza Eslava nº 8. 1986. Altus.



Queridos amigos dejamos hoy en la página de Nuevas Actualizaciones las maravillosas entradas correspondientes a dos grabaciones realmente maravillosas realizadas en directo en Tokio por Sergiu Celibidache al frente de su Orquesta Filarmónica de Munich en el año 1986.

Dos discos que reunen obras de Bruckner, Schumann, Mussorgsky y Dvorák. Dos discos absolutamente recomendables.

A destacar la impresionante interpretación de la Quinta Sinfonía de Bruckner y la espléndida recreación de la Cuarta Sinfonía de Schumann, sin desdeñar las otras obras que se incluyen en los discos como son unos preciosos Cuadros de una Exposición (para mi gusto algo faltos de vida en comparación con su interpretación en directo en Berlín que pueden repasar en este enlace, algo realmente asombroso) y una Danza Eslava nº 8 de Dvorák como complemento.

Espero que disfruten de estas actualizaciones revisadas a formato FLAC. En breve espero poder dejar la fantástica interpretación de la Octava Sinfonía de Bruckner por Celibidache también en el sello Altus.



Contenido de la Actualización





Bruckner
Sinfonía nº 5

Celibidache
Münchner Philharmoniker

Grabación:
Tokio, 22 de octubre de 1986





Schumann
Mussorgsky
Dvorak

Sergiu Celibidache
Münchner Philharmoniker

Grabaciones en vivo, Tokio, Showa Women's University, Hitomi Memorial Hall, 14 de octubre de 1986.