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martes, 7 de junio de 2016

Mozart. Conciertos para Piano nº 15 y nº 17. Bernstein. Orquesta Sinfónica Columbia. 1956.


Queridos amigos dejamos hoy este precioso disco petición de nuestro amigo Juan con el deseo de que tanto él como todos podamos disfrutarlo.

Un bello testimonio de la visión de Mozart de nuestro querido Lenny y de su doble faceta como director y pianista. Un disco realmente bonito que aunque puede que no llegue al olimpo de las grabaciones de Mozart es un precioso ejemplo de una música bella tocada y transmitida con todo el corazón. 

Lenny hizo algunas grabaciones compaginando ambas facetas de director y pianista, pocas desde luego pues no desarrolló su vertiente pianística más allá de algunas obras por las que sentía gran admiración y que no precisaban de un dominio propio de un virtuoso del piano. Por desgracia pienso, pues su genio daba para ello principalmente en su faceta de acompañante de lieder, y probablemente hubiera destacado en el área. Posiblemente el éxito en su arrebatador inicio como director al frente de la Filarmónica de New York y su ego personal lo acabaron de inclinar hacía el lado de la dirección y a tomar otro rumbo por esos senderos que le permitían explorar más sus anhelos, capacidades y necesidades tanto profesionales como personales. 

En cualquier caso y como siempre en este espacio no es necesario establecer comparaciones, simplemente disfrutar la música y este disco es una preciosidad. Un piano delicado, ligero, sutil junto a un acompañamiento orquestal precioso y equilibrado de la Sinfónica Columbia nos permiten disfrutar de estas dos joyas de Mozart.

Espero que lo disfruten.

Les recomiendo que visiten el precioso espacio de Juan, Canarias es Música. Encontrarán en el verdaderas maravillas.


Mozart
Concierto para Piano nº 15, K. 450
Concierto para Piano nº 17, K. 453

Leonard Bernstein, piano
Leonard Bernstein
Columbia Symphony Orchestra

Grabaciones:
Concierto nº 15, 7 de mayo de 1956, Columbia 30th Street Studio, New York, mono
Concierto nº 17, 4 de mayo de 1956, Columbia 30th Street Studio, New York, mono









lunes, 6 de junio de 2016

Colaboraciones. Bruckner. Sinfonía nº 7. Giulini. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1985.


Queridos amigos dejamos esta tarde un disco que me ha encantado y me ha seducido desde su primera audición.

Un disco que podemos presentar gracias a la generosidad de nuestro amigo Ángel Torres. Un disco maravilloso.

Es intención del que les escribe introducir, poco a poco, principalmente por el tiempo necesario para preparar los archivos, algunos discos que calificaremos en la categoría de colaboraciones e iremos mencionando en cada entrada a la persona que nos facilita el disco correspondiente.

Hoy dejamos la primera de estas entradas, como les indicaba arriba gracias al amigo Ángel Torres, y preparamos una segunda dedicada también a Bruckner, más concretamente al Bruckner de Klemperer, que podrán ver en breve y que podremos disfrutar gracias al amigo AMD.

Las entradas serán muy breves sin adentrarnos demasiado en comentarios profundos. Son discos verdaderamente maravillosos que podemos calificar como verdaderas joyas, difíciles de conseguir y que dejamos con un criterio quizá algo  "dictatorial", simplemente que sean discos que me hayan gustado o por los que tenga una especial predilección. 

Les dejo esta primera entrada de colaboración gracias a Ángel Torres. 

Una Sèptima de Bruckner grabada en directo en Berlín, una grabación de una altura y calidad incuestionable, realmente soberbia e impresionante, como todo el Bruckner que nos ha legado el maestro Giulini. Interpretada con una técnica y una pasión sobresalientes y ejecutada por una Filarmónica de Berlín apabullante, sensacional, mágica.

Que disfruten de este testimonio realmente bello.





Bruckner
Sinfonía nº 7
Versión de 1885 en Edición de Leopold Nowak de 1954

Carlo Maria Giulini
Orquesta Filarmónica de Berlín

Grabación
Philharmonie, Berlín, 5 de marzo de 1985

Colaboración del amigo Ángel Torres









domingo, 5 de junio de 2016

Beethoven. Concierto para Piano nº 5. Sonata para Piano nº 28. Casadesus. Rosbaud. Royal Concertgebouw Orchestra Amsterdam. 1961. 1964.


Queridos amigos dejamos esta mañana un disco maravilloso, una recuperación de una de las grabaciones más bonitas que se han realizado del magnífico Concierto para Piano nº 5 del maestro Beethoven, su imponente concierto "Emperador".

Un disco que reúne a dos enormes artistas, El pianista francés Robert Casadesus, elegante y excelso como pocos, y el director austriaco Hans Rosbaud, otro de esos directores "de batalla" injustamente tratado por las grandes discográficas, un señor de la dirección orquestal defensor de los compositores modernos de su época y de la Segunda Escuela de Viena amén de una enorme director en los clásicos.

Un disco que testimonia el segundo, y desgraciadamente, fallido intento de Casadesus de grabar la integral de los conciertos de Beethoven. Primero debía ser con Szell y Cleveland, proyecto no llevado a cabo por la elección de Szell del gran Fleisher, una estrella fulgurante emergente, y en una segunda ocasión con la Concertgebouw de Amsterdam y que tampoco pudo finalizarse. Se llegaron a grabar con Eduard van Beinum los conciertos nº 1 y nº 4 pero el fallecimiento repentino del director obliga a cambiar los planes siendo Rosbaud el elegido para culminar el ciclo. Tampoco pudo llevarse a buen puerto por el fallecimiento un año después, de este su primer registro, del maestro Rosbaud.


Dos intentos fallidos que nos impiden gozar de una integral por parte del gran Casadesus. Pero este disco nos deja un bellísimo ejemplo del arte de ambos músicos. Unos músicos que unen su concepto de Beethoven para dejarnos una aproximación al mismo como ejemplo de una música que se va viendo transfigurada del clasicismo al modernismo y que ambos artistas son capaces de remarcar incidiendo de forma particular en ese aspecto que para ellos representa esta obra. Su estructura clásica, su escritura de claridad radiante, sus ideas musicales son expresión de una nueva forma de música y todo ello es compartido por Casadesus y Rosbaud 

Amén del impresionante registro del concierto "Emperador" no dejen de escuchar la maravillosa Sonata para Piano nº 28 una obra que iba a marcar un giro expresivo del gran Beethoven en su música pianística, el inicio del periodo tardío de sus sonatas con un mayor grado de introspección, un mayor grado de intimismo de la música y una profundización mayor en la reflexión sobre lo personal del gran compositor y que Casadesus nos recrea con claridad, finura, técnica y claridad buscando la máxima expresividad de la forma y de la tímbrica del piano. Una verdadera obra de arte.




Espero que disfruten de este precioso disco.



Beethoven
Concierto para Piano nº 5
Sonata nº 28 Op. 101

Royal concertgebouw Orchestra Amsterdam
Hans Rosbaud
Robert Casadesus, piano

Grabaciones:
Concertgebouw, Amsterdam
Concierto, febrero de 1961
Sonata, febrero de 1964






jueves, 2 de junio de 2016

Schumann. Concierto para Piano. Papillons. Arabeske. Liszt. Tres Sonetos de Petrarca. Krips. Kempff. Orquesta Sinfónica de Londres. 1951. 1953.


Queridos amigos comenzamos el mes de mayo con este precioso disco grabado por dos grandísimos genios de la música del pasado siglo, el pianista Wilhelm Kempff y el director Josef Krips.

Un disco realmente sensacional que nos da muestra del soberbio arte de ambos músicos, la mágica sabiduría pianística de Kempff, uno de los más grandes pianistas de la historia, llena de expresividad, profundidad e intensidad y la enorme técnica de Krips, uno de los mozartianos más sublimes. siempre puesta al servicio de la partitura, nada extravagante, fino y sutil.

Y en este disco muestran ambos músicos su enorme talento y su alma musical más profunda y poética. El concierto de Schumann es tocado con una amplitud de tiempo fuera de lo común sin dejar de expresar por ello toda su belleza formal y orquestal y poniendo al piano en un primer plano para que seduzca, emocione y haga sentir lo más bello que la hermosa escritura de Schumann ofrece.

Por otro lado Kempff impone su lado más sutil, delicado y poético en las piezas para piano de Schumann y de una forma aún más destacada en los hermosos sonetos de Petrarca de Liszt. Unas piezas en las que el enorme humanismo de Kempff se liga a las piezas musicales dotándolas de una sensibilidad y lirismo exquisitos, como si su propia alma y no sus manos recreara la música de esas bellísimas piezas de Schumann y Liszt. Verdaderamente mágico, sorprendente, profundo casi místico.

Un disco realmente sensacional que estoy seguro les encantará.





Schumann
Concierto para Piano
Papillons
Arabeske

Liszt
Sonetos de Petrarca (Años de Peregrinage, versión de 1865), Sonetos nº 47, nº 104 y nº 123

Wilhelm Kempff, piano
Josef Krips
Orquesta Sinfónica de Londres

Grabaciones
Obras para piano, 5 de noviembre de 1951, DECCA studios, West Hampstead, Londres
Concierto, 16 y 27 de marzo de 1953, Kingsway Hall, Londres







domingo, 29 de mayo de 2016

Shostakovich. Sinfonías nº 9 y nº 10. Barshai. WDR Sinfonieorchester Köln. 1995. 1996.


Queridos amigos proseguimos con las entregas correspondientes a la maravillosa Integral Sinfónica de Shostakovich del maestro Barshai. Hoy dejamos el disco que contiene las grabaciones de la Sinfonía nº 9 y de la nº 10.

Dos obras que parecen totalmente opuestas en su forma, sentido y características musicales. Dos obras de las que hemos dejado abundante testimonio en este espacio y que merecen siempre la pena por su belleza musica, su ironía, su impresionante muestra de recursos compositivos y su lectura como frescos musicales que reflejan una época y una vida.

La Sinfonía nº 9 de Shostakovich fue estrenada el 3 de noviembre de 1945 en Leningrado por la Orquesta Filarmónica de dicha ciudad, bajo la dirección de Yevgeny Mravinsky. No fue una obra con suerte quizá debido a lo que se esperaba de ella y lo que en realidad quiso dejar y dejó el maestro Shostakovich. Una obra de tono más camerístico que otras de sus sinfonías más grandiosas o triunfales, una muestra bellísima de música delicada, divertida, humorística, instrumentalmente bella, de una delicadeza y sutileza sin par.

La sinfonía, lejos de la idea inicial de seguir las vías de una gran sinfonía al estilo de la novena de Beethoven, una sinfonía triunfal, se convirtió en una sinfonía "haydniana". Una obra desenfadada, con referencias sutiles a los líderes de la patria, movimientos elegíacos bellísimos, movimientos que transmiten entusiasmo y alegría, danzabilidad, melodismo y brillantez. Una obra que para disgusto de los mandamases no potenciaba la figura de su gran líder Stalin evitando así su "momentazo" que les permitiera establecerla como un tributo a dicho líder. El maestro se decanta más por la ironía, la sencillez, el sincero homenaje velado y enmascarado a su pueblo y nos deja una obra en la que nos muestra la belleza en la alternancia de momentos humorísticos con otros más introspectivos y que no supo verse como una simple forma de liberación e ilusión por la vida del gran compositor. 

La obra no tuvo mucha suerte y aunque inicialmente no fue demasiado criticada, quizá por el apoyo intenso de Mravinsky, finalmente fue incluida en el decreto Zhdanov de 1948, por lo que fue prohibida, junto con otras de sus obras (entre ellas la enorme Octava Sinfonía), siendo posteriormente rehabilitada en 1955. Esa novena no es más que música barata de una persona que se aleja de la realidad de la madre patria. Cosas de aquellos años y de aquellos sabios de la prensa y del comité de músicos del partido.


La segunda obra presentada en el disco es la fantástica e intensísima Décima Sinfonía. Una obra realmente impresionante se mire por donde se mire. Compuesta después de la muerte de Stalin en el verano y otoño del año 1953 (aunque hay datos que apoyan que estaba ya esbozada y escrita desde 1951 siendo el momento de la muerte de Stalin el que permite al compositor su rescate y finalización) fue estrenada por Evgeny Mravinsky y la Filarmónica de Leningrado en la Gran Sala de la Philharmonie de Leningrado el 17 de diciembre de 1953.

La obra, a diferencia de la precedente Novena, obtuvo un enorme éxito tanto en su país como en el exterior.

Shostakovich triunfaba de nuevo (malos años había pasado nuestro querido Shostakovich por la "bendita" actuación de nuestro amigo Zhdanov director del Departamento Cultural del Comité Central que tuvo el honor de haber amargado la vida a muchos compositores rusos desde Prokofiev pasando por Miaskovski, Khatchatourian, Kabalevski hasta nuestro querido Shostakovich que le resultaba particularmente antipático. 

Gracias a sus decretos y normas la vida y la actividad compositiva de Shostakovich sufrió de manera relevante causándole preocupaciones profundas que influyeron en su obra y en su propia actitud vital. Tuvo que dedicarse a la composición de obras para poder mantener a su familia (bandas sonoras para películas), otras para colaborar y por encargo de las autoridades destinadas a custodiar el status político (cantatas patrióticas) y variada música de cámara (cuartetos y ciclos de canciones) para ser presentada en círculos restringidos o simplemente en espera de tiempos mejores.

Shostakovich logra aliviar un poco la situación con su obra La Canción de los Bosques, de corte patriótico que ensalza la figura de "papá Stalin" aunque, como habitualmente hace Shostakovich, subyace una composición musical bella y rica que toma sus fuentes en los cantos del pueblo, en Tchaikovsky, en Glinka y en su estimado Mahler (quizá la obra con más influencia de Mahler en todo el corpus sinfónico de Shostakovich).

El maestro triunfaba con su obra y lo hacía con un éxito doble, a pesar de ciertos reparos oficiales en los primeros momentos, como compositor por una parte y como persona arropada por el gran éxito de público. Un regalo al maestro por su resistencia y ejemplo de un alma profundamente fuerte que vuelve a vencer y sobreponerse a las dificultades.

La Décima se estructura de la siguiente manera:

I. Moderato. De tintes oscuros con una progresión impresionante hasta un clímax profundamente emotivo.
II. Allegro. A modo de scherzo con vientos, cuerdas, metales y percusión arrolladores.
III. Allegretto. Un movimiento de danza con melodías preciosas enfrentadas en su carácter emotivo, oscuridad frente a alegría, y referencias a Mahler (trompa) y a Elmira antigua estudiante suya (¿un amor oculto?).
IV. Andante - Allegro. Lleno de alegres melodías y ritmo arrollador hasta un final impresionante en fuerza, ritmo, potencia y referencias políticas y personales (el motivo de su nombre).

Shostakovich repitiendo la estructura de sus sinfonías Quinta y Séptima, lento/vivo/lento/vivo, lograba que la Décima resultara absolutamente arrolladora, emotiva y profunda. Una verdadera obra maestra.


Les dejo este bellísimo disco con unas interpretaciones vitalistas, precisas, ricas y poderosas de Barshai y sus músicos de la WDR Sinfonieorchester Köln. Unas interpretaciones que sacan a relucir toda la sabiduría del maestro a la hora de presentar los detalles humanos y musicales propios de cada una de las obras dotándolas de algo más que sencilla belleza sonora. Las impregna de sentimiento humano, para los hombres y de un hombre. Unas recreaciones sencillamente magistrales.



Shostakovich
Sinfonías nº 9 y nº 10 

Rudolf Barshai
WDR Sinfonieorchester 

Grabaciones
Sinfonía nº 9, 12 a 14 de julio de 1995, 14 de septiembre de 1995 y 26 de abril de 1996 
Sinfonía nº 10, 15 al 24 de octubre de 1996
Colonia, Philharmonie
Grabaciones Westdeutschen Rundfunk Köln