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sábado, 12 de febrero de 2011

Bruckner. Sinfonías nº 8 y nº 9. Eugen Jochum. Orquesta Estatal Filarmónica de Hamburgo. Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. 1949. 1954.


Queridos amigos. Hace unos días con ocasión de los comentarios intercambiados con nuestro amigo Juan sobre la interpretación de la Octava de Bruckner con la Orquesta de Bamberger en dos ocasiones diferentes, San Florián y Tokio, me vino a la memoria este disco que os dejo. Las aproximaciones en etapas "de juventud" de Jochum para el sello amarillo de dos de las grandes sinfonías del gran Bruckner, la Octava y la Novena.

Corresponden a aproximaciones de un maestro a medio camino de su vida, joven y enérgico, pero con ideas y formas maduras. Las orquestas intervinientes son la maravillosa Orquesta de Hamburgo y la fenomenal agrupación de la Radio de Baviera. Para ambas formaciones Jochum no era un extraño.

Podríamos considerar cronológicamente a estas grabaciones como un paso previo a la maduración del proceso de grabación de la integral sinfónica que realizó posteriormente Jochum con la DG y la colaboración de la citada Sinfónica de la Radio de Baviera y la Filarmónica de Berlín.

En estos dos discos se muestran las líneas generales de Jochum. Dinamismo, color orquestal bellísimo, sonoridad monumental "organística", desarrollo preciso de los temas que son sabiamente conducidos para nuestro deleite y apreciación de detalle, acentuación maravillosa de los diferentes "cambios" bruscos de registro sin dejarnos aislados del discurso musical, con una forma sorprendente de plasmar el maravilloso juego musical pleno de metamorfosis temáticas y sonoras, preciosa mezcla de sonoridad sombría y misteriosa a la par que profunda y con eco emocional soberbio. No hay exageraciones en estas interpretaciones, ni de ritmo o tempo, ni de sonoridad; el juego instrumental es claro y transparente, bellísimo en ambas obras; los momentos imponentes están justamente marcados y aquellos de aislamiento, serenidad y calma precisamente mostrados.

Las grabaciones, ambas en sonido mono, son suficientemente buenas para disfrutar de ambas obras, de sus detalles, de los matices, saborearlas de pleno y apreciar unas interpretaciones de verdad plenas de sentimiento, profundidad emotiva y belleza sonora.

La Sinfonía nº 8 fue grabada en el año 1949 en el, por aquel entonces, llamado Estudio A de Musikhalle de Hamburgo. La Orquesta de Hamburgo contaba para el registro con 94 músicos y en la reseña del disco se indica la dirección técnica de uno de los más grandes del sello amarillo: Heinrich Keilholz (uno de los futuros técnicos que diseñaron la espectacular sede de la Filarmónica de Berlín). La Sinfonía nº 9 se grabó 5 años después, a finales de 1954. En esta ocasión se eligió a la soberbia Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera con 97 músicos participantes y se registró en la Residenz Saal de Munich. En ambos casos tenemos una muestra maravillosa del quehacer técnico de la época y más con unas obras como las grabadas plenas de riqueza instrumental y sonora.

Espero que disfruten de ambas obras. Particularmente me entusiasma la octava aunque la novena tampoco tiene desperdicio. En ambos casos creo que disfrutarán de una aproximación bellísima a la obra de Bruckner, con amor, cariño y sentimiento de respeto y admiración por su obra.


Una muestra más del arte de Jochum y en particular de su visión de Bruckner. Un maestro que consideraba como un don del cielo su talento musical y su objetivo servir como medio a los deseos de los compositores como expresión de los pensamientos de Dios.

PD. Para muchos esta grabación de la Octava de Bruckner sigue siendo la mejor de toda la historia.


Bruckner
Sinfonías nº 8* y nº 9**

Eugen Jochum
Orquesta Filarmónica Estatal de Hamburgo*
Versión 1887/90 en Edición de Robert Haas de 1939*
Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera**
Versión original de 1894 en Edición de Leopold Nowak de 1951**

Grabaciones:
Sinfonía nº 8, 26 al 28, 31 de enero y 3 y 4 de febrero de 1949*
Sinfonía nº 9, 22, 23, 27 y 28 de noviembre de 1954** 











lunes, 7 de febrero de 2011

Bruckner. Sinfonía nº 4. Hans Knappertsbusch. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1944.


Queridos amigos. Seguimos con la música de Bruckner (últimamente parece ser la única que logra apaciguar un poquito mi ánimo) y en esta ocasión quisiera dejarles un precioso disco, antiguo sí, aunque con esa bella combinación de sonido mono, añejo, pero bellísimo y encantador.

La Cuarta Sinfonía de Bruckner en manos de Knappertsbusch, dirigiendo y conduciendo de forma magistral a una filarmónica berlinesa en la etapa de la II Guerra Mundial, año 1944 (al final comentaremos las pequeñas discrepancias en la fecha exacta de grabación). Un documento excepcional e hhistórico de una manera de aproximarse a Bruckner diferente a la del resto de maestros, directa, sin complejidades, absolutamente clara en las texturas, con una capacidad emotiva maravillosa y unque la precisión orquestal no fue su punto fuerte sí destaca en esta portentosa grabación.

Knappertsbusch construye un precioso edificio sonoro de esta sinfonía, con unos ataques dinámicos geniales, una acentuación de la sonoridad de las cuerdas bellísima, unos crescendos controlados de forma precisa sin desmadrarse. La rítmica global de la obra es rápida pero sin dar sensación de aceleración sin freno, a veces un poco seca en algunas transiciones pero nunca llega a perder el flujo sonoro lo cual, a mí en particular, me produce una sensación bellísima de ímpetu y de emoción creciente en todos y cada uno de los desarrollos de los diferentes movimientos. Me sigue impactando profundamente ese tercer movimiento, bellísimo, dinámico, profundamente intenso y nada adormecedor y ese final, impresionante por sí mismo, acaba siendo poderosamente seductor en manos de Kna.

Espero que disfruten de esta preciosa obra en manos de otro de los grandes brucknerianos de la historia, con sus particularidades (creo que mucho más cercano a un Jochum que a un Celibidache o un Furtwängler) que lo hacen especial. Un músico sin devaneos, directo al corazón de la música y de las personas.


Knappertsbusch usa la versión de1888 revisada por Ferdinand Loewe en la Edición de Albert Gutmann de 1889. En cuanto a las fechas de registro, en este disco en concreto y en algunas otras ediciones fonográficas, se apunta como fecha de grabación a marzo de 1944 aunque la discografía oficial de Knappertsbusch apunta como fecha oficial y real del registro la del 8 de septiembre de 1944.

Bruckner
Sinfonía nº 4

Hans Knappertsbusch
Orquesta Filarmónica de Berlín
Versión 1888 revisada por Loewe, Edición Gutmann 1889

Grabación
Baden-Baden, 8 de septiembre de 1944







jueves, 3 de febrero de 2011

Beethoven. Sinfonía nº 7. Leonard Bernstein. Orquesta Sinfónica de Boston. 1957.


Queridos amigos. Hoy tenemos un día feliz. Tras el precioso disco de ¡Mamma Mia! quisiera dejaros este otro, de estilo completamente diferente pero que transmite al igual que el anterior, felicidad, alegría, vitalidad, sensibilidad, amor y sentimiento.

Nos retrotraemos en el tiempo al 26 de abril de 1957, al mismo escenario, con la misma orquesta e interpretando la misma obra con la que años posteriores, concretamente en 1990, Bernstein se despedía de este mundo.

33 años separan estos dos momentos, estas muestras de la vida de un gran músico. Los inicios, con su orquesta del alma, de un joven Bernstein que "se comía" el mundo con su energía, su vitalidad, su fortaleza, su atractivo (en todos los sentidos) y su atrevimiento y el final de un Bernstein maduro, cansado, físicamente destrozado, con todo lo vivido y más pero con la misma energía vital que al inicio. La misma orquesta, en ambos casos entregada; el mismo público, el de Boston fiel al maestro desde sus inicios; y la misma obra de su Beethoven amado hasta el final, la Séptima, quizá el mejor ejemplo de fortaleza, amor, sentimiento, vitalidad y energía del genio de Bonn.

Si escuchamos ambas obras apreciaremos la misma base pero con una absoluta diferencia. La madurez de 1990, su estado físico y quizá su mensaje final se transmitió de una forma contundentemente contemplativa y detalladamente expresiva. La energía desbordante de 1957 de un músico que estaba en vías de lograr sus éxitos profesionales anhelados, que se codeaba con los mejores de EEUU, con las miras puestas en New York, con los impulsos de Schumann, Copland, Bliztein, Koussevitzky y su bien amado Mitropoulos, se manifiesta con un empuje en la interpretación sorprendente, quizá sin la técnica adquirida con los años, pero con una energía arrolladora, un torrente de vitalidad, puro dinamismo, progresión impactante y musicalidad directa y a flor de piel.


Dos momentos en la historia de un músico que lo fue todo, que quiso todo y logró todo. Y que a pesar de sus errores, musicales y humanos, seguía siendo al final de su carrera el mismo Lenny que 33 años atrás asombraba en los EEUU. El mismo músico comunicador innato e indomable de espíritu; aquel que nunca se quitó el anillo de Koussevitzky, símbolismo absoluto de poder musical; que pudo "despreciar" a la Filarmónica de New York "traicionándola por la de Viena; que venció las reticencias de una orquesta fundamentalmente opuesta a un judío americano hasta hacerla quedar a sus pies reconociéndolo como uno de los más grandes que por su atril pasó; que paseó su enorme arte por todos los escenarios de mayor nivel del mundo orquestal para finalmente retornar a sus orígenes. En todo ese círculo vital transmitió placer musical, amor a la música, vitalidad, amor a la vida; dejó de lado a muchos y a muchas cosas, pero siempre fue fiel a una: la música.


Disfruten de este Beethoven impulsivo, bellísimo, enérgico y poderoso, brillante y lleno de una energía interior propulsiva maravillosa desde el inicio al final. Disfruten de su mensaje de vida, felicidad, amor y confianza. Y disfruten de la mano de un Bernstein que siempre creyó en todo lo anterior.

Beethoven
Sinfonía nº 7

Leonard Bernstein
Orquesta Sinfónica de Boston

Boston, 26 de abril de 1957










Visitar también las entradas Living Stage:



¡Mamma Mia! Simplemente una Fantástica y Hermosa Música. 2008.


Queridos amigos. Hoy les quisiera dejar este precioso, bonito, fantástico y divertido disco. La banda sonora original de la adaptación cinematográfica del musical ¡Mamma Mia!

La verdad es que hacía años que no disfrutaba tanto con una película musical. Divertida, alegre, bonita, despreocupada, emotiva, con unos actores geniales y con la excepcional música de Abba como fondo de todo.

Sencillamente te retrotraes al pasado para disfrutar en las voces de otros de una música maravillosa y simplemente preciosa. Una música que marcó una época y que como todo aquello que está bien hecho, con cariño y entrega, perdura y perdurará siempre. Una música que hizo disfrutar a muchísimos de nosotros allá por los 70 y principios de los 80 y que resulta enormemente grata de escuchar, tanto en las versiones originales del grupo como en esta aproximación de actores no profesionales en esto de cantar pero que se entregan al máximo, con alegría, espíritu animoso, cariño y respeto.

Espero que disfruten de este precioso disco y les recomiendo que si no han visto la película lo hagan. Pasarán un rato muy, muy entretenido, alegre, divertido, marchoso, musicalmente precioso y cinematográficamente perfecto para divertirse y alegrarse ¡que falta nos hace!

Abba
¡Mamma Mia!
Musical-BSO
2008





martes, 1 de febrero de 2011

Berlioz. Sinfonía Fantástica. Liszt. Los Preludios. Ataúlfo Argenta. Orquesta del Conservatorio de París. Orquesta de la Suisse Romande. 1957. 1955.


Queridos amigos. Dejamos hoy un disco precioso a petición de una seguidora de nuestro blog.

Corresponde a la preciosa grabación de la Sinfonía Fantástica de Berlioz y a una no menor portentosa y belllísima grabación de Los Preludios de Liszt, grabaciones realiadas por el maestro Argenta con dos de las orquestas con las que trabajó habitualmente y con las que el entendimiento y el cariño fue mutuo, incluso admiración entre ambas partes, director-orquestas y orquestas-director; Muchas veces me pregunto dónde hubiera llegado esa Suisse Romande con Argenta al frente.

Las grabaciones sorprenden, como es habitual en Argenta, por una enorme energía vital, una fortaleza expresiva sin par y una maravillosa musicalidad. La ejecución de la Orquesta del Conservatorio de París resulta maravillosa proporcionando con su magnífico hacer una sonoridad muy peculiar a la obra de Berlioz. Igualmente puede decirse de la Suisse Romande, bellísima y maravillosamente atractiva. La calidad del registro de Decca es estupenda.



La Sinfonía Fantástica es en este registro una de las más bonitas que haya escuchado. Las hay más brillantes, más técnicas, más virtuosas, pero en concreto esta me satisface al máximo. En Los Preludios, Argenta resulta arrollador y enérgico, muy similar a Fricsay, intenso y poderoso, muy bien matizado y conducido en su hilo musical este maravilloso poema sinfónico, y repito, preciosa la Suisse Romande.

Espero que disfruten de un disco muy bello ejemplo de la valía de Argenta y muestra de su arte, arte que desgraciadamente se llevó consigo demasiado pronto.

Querida amiga, que lo disfrutes.

Berlioz
Sinfonía Fantástica*

Liszt
Los Preludios**

Ataúlfo Argenta
Orquesta del Conservatorio de París*
Orquesta de la Suisse Romande**

Grabaciones
París, Maison de la Mutualité, 11 al 13 de noviembre de 1957*
Ginebra, Victoria Hall, 25 y 27 de mayo de 1955**