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jueves, 19 de enero de 2012

Noticia desagradable y preocupante. Cierran Megaupload. A la caza de Fileserve...

Graciosilla la foto:



Queridos amigos, espero que esto pueda solucionarse pronto.

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/19/navegante/1327002605.html

Absolutamente lamentable. Cierran el acceso general a la cultura, fundamentalmente a la música, dejándonos, al menos en España con la única posibilidad de los saldo lamentables de las grandes superficies con estanterías vacías de calidad y son las típicas recopilaciones comerciales de tres al cuarto.

Pretendemos difundir el conocimiento y alentar que sobre él las personas puedan adquirir, movidas por el aprecio y el descubrimiento de tesoros musicales, aquella música que les llene. Pero no, de eso nada. Nos conducen como borregos a sus intereses.

Lamentable, volvemos a la época de los copistas medievales, al mercado limitado por los intereses de unos pocos.

No tengo palabras.

Y van por Fileserve y alguna otra. Ya dicen que están retirando archivos.

miércoles, 18 de enero de 2012

Alexis Weissenberg. Pequeño Homenaje. Rachmaninov Concierto para Piano nº 3. Leonard Bernstein. Alexis Weissenberg. Orquesta Nacional de Francia. 1979.


Queridos amigos, con un poquito de retraso, quiero dejar esta noche un hermosísimo disco grabado por el excelente pianista búlgaro recientemente fallecido Alexis Weissenberg. En el disco que presentamos hoy nos encontramos con una de esas excepcionales ocasiones en las que el acompañamiento por el director se eleva a grado de magia. Bernstein en estado de gracia y una Orquesta Nacional de Francia maravillosa (un ejemplo más de las magníficas grabaciones de EMI que realizó el director norteamericano a mediados de los años 70).

Weissenberg fue un excepcional intérprete de Rachmaninov al igual que de Brahms, Schumann o Liszt por citar sólo algunos ejemplos. Y un intérprete admirado por directores de la talla de Karajan (cosa ya difícil), Ozawa, Giulini o el propio Bernstein.

Pocos comentarios quiero dejar en esta entrada. No es momento para ello. Es un simple homenaje a la extrema sensibilidad y profundidad artística de este excepcional ser humano, de una persona de amplísima cultura y de un enorme amor por la enseñanza musical y por la interpretación que emanaba de la necesidad espiritual de realizarla en el momento adecuado y deseado

De verdad es maravilloso, precioso, delicadísimo, de una belleza superlativa. Una compenetración de lujo con un director con el que había "línea directa" y entendimiento de sentimientos y de alma musical y confesional. Y una, repito, soberbia, delicadísima y enorme Orquesta Nacional de Francia con una sutileza de matices y detalles asombrosa. Un concierto ya bello elevado al valor de excepcional, un concierto que le sirvió de presentación en los Estados Unidos de la mano de Szell y del que dejó otras excepcionales grabaciones aunque quizá esta tenga un encanto especial.


Dejo las preciosas tapas del LP con el fin de que puedan apreciar los magníficos comentarios de la misma (en el CD acompaña un bellísimo Preludio Op. 3).

Descanse en paz uno de los grandes del pasado siglo XX. Uno de los últimos dinosaurios del piano.
La Música ha perdido uno de sus más valiosos puntales que la hacían un arte excepcional y único.
En su honor esta bellísima interpretaión del Concierto nº 3 de Rachmaninov.


Rachmaninov Concierto para Piano nº 3
Leonard Bernstein
Alexis Weissenberg
Orquesta Nacional de Francia.
Grabaciones de septiembre de 1979 (Concierto) y febrero de 1979 (Preludio)













lunes, 16 de enero de 2012

Shostakovich. Sinfonía nº 12. Evgeny Mravinsky. Orquesta Filarmónica de Leningrado. 1984.


Queridos amigos, hoy dejamos para el deguste general una obra sensacional de Shostakovich. Su preciosa Sinfonía nº 12 "El Año 1917". Y dejamos una de las interpretaciones más redondas e impactantes que haya tenido la suerte de escuchar. El maestro Mravinsky llevando de la mano a una portentosa Filarmónica de Leningrado en un concierto celebrado en directo en el año 1984.

La serie de discos de Erato dedicados a Shostakovich son verdaderas joyas musicales, auténticas maravillas. Aquí ya hemos dejado dos testimonios esenciales de la serie, la Sinfonía nº 5 y la Sinfonía nº 10 (ambas entradas serán actualizadas en breve al formato FLAC). Esta nueva entrada de la Sinfonía nº 12 no se queda atrás. Mantiene las mismas virtudes de las otras interpretaciones. Su carácter intenso, su forja acerada y dura, su sonoridad seca y crispante, su precisión objetiva, su carácter intensamente profundo. Todo ello acompañado de una belleza instrumental digna de admirar, de una capacidad tímbrica deslumbrante y de una sonoridad distantemente emotiva pero que cala de manera inmediata. En algo se notan los numerosos años que pasó Mravinsky al frente de la formación rusa (1938 al 1988) y el amor y conocimiento profundo de la obra de Shostakovich (Mravinsky fue el responsable además del estreno de las sinfonías nº 5, 6, 8, 9, 10 y 12).


En el año 1960, Shostakovich se vinculó definitivamente al Partido Comunista (bien sea por obligación represiva o por cierto miedo). Aproximadamente por esos primeros años 60 comenzó a manifestar de manera más notable los síntomas de la polio. Datos personales que quizá tengan algo que decir en relación al carácter dubitativo, repetitivo y tosco de la obra. Cosa sorprendente es, cuanto menos, que coincidiendo con una etapa creadora realmente positiva del maestro ruso escribiera esta Sinfonía nº 12 que como luego veremos es tenida por obra menor por los entendidos. Una obra en la que quizá ya le resulta imposible afirmar el valor del régimen al que representa el partido, hacerlo propio o sacar algo positivo del mismo aún cuando es una etapa en la que se va transformando progresivamente en un músico mucho más intimista e incluso digamos "adicto" o respetuoso con el mismo. 

La Sinfonía nº 12 fue compuesta en el año 1961 y dedicada a Lenin, el padre de la Revolución Rusa. Fue estrenada en Leningrado el 1 de octubre de 1961 por Mravinsky y la Filarmónica de Leningrado siendo la última de sus grandes obras sinfónicas cuyo estreno aseguró Mravinsky. 

El deseo de dedicar una obra a Lenin rondaba la cabeza de Shostakovich desde muchos años atrás, una obra que glorificara la memoria del líder revolucionario, de aquél líder, cuyos actos guerreros y victoriosos había vivido de pequeño, aquél líder que había idolatrado. Sin embargo la tarea era difícil, muy difícil. Poco de lo posteriormente vivido por Shostakovich era alabable, digno de merecer la pena o de ser tenido como positivo. La historia y los actos habían marcado las barreras.


La obra está estructurada en cuatro movimientos, descriptivos cada uno de ellos de algunos de los hechos más relevantes o significativos de la Revolución de 1917. Podríamos decir que se trata de una obra programática o de música descriptiva.

El primer movimiento, Petrogrado Revolucionario, enlaza con la Sinfonía nº 11, usa parte de los cánticos revolucionarios polacos de La Marcha Varsovia. Es un intento de presentar y ejemplificar el ánimo exaltado del pueblo, su espíritu combativo, luchador y alterado. Espíritu que resulta finalmente triunfante al concluir el movimiento. Movimiento por otro lado de forma muy clásica pero realmente efectivo y bello. 

El segundo movimiento, Razliv, toma como referencia el lugar del cuartel general de Lenin en el golfo de Finlandia, cerca de Petrogrado. Música desoladora y enormemente profunda basada en la Marcha Fúnebre por los Abatidos que aparece en la undécima sinfonía. Tintes lejanos de tristeza, de profundo sentimiento de abatimiento salpican el desarrollo de este movimiento, que particularmente me parece sencillamente sobrecogedor con unas cuerdas bajas y unas maderas fascinantes. 

Locomotora del Tren de Lenin en 1917

El tercer movimiento, Aurora, es una épica demostración de la capacidad musical para reflejar los estados emocionales. Aurora fue el crucero que con su disparo sobre el Palacio Imperial de Invierno marcó el inicio de la revolución bolchevique de octubre. En la madrugada del 25 de octubre de 1917 (7 de noviembre de nuestro calendario), los obreros, marineros y soldados de Petrogrado, dirigidos por el Partido bolchevique, y tras la señal del crucero inician el asalto al palacio, derrocan al gobierno provisional burgués de Kerenski e instauran el poder soviético, el inicio de la "dictadura del proletariado". Magníficos pizzicatos de unas cuerdas absolutamente bellas e impactantes, excepcional agrupación progresiva de instrumentos marcan el desarrollo de este movimiento, fantástico reflejo del ánimo de lucha y combate de los participantes. Creciente en intensidad es de una belleza impactante.

Crucero Aurora, Río Neva, San Petersburgo, Museo de la Revolución

En el cuarto movimiento, La Caída de la Humanidad, se realiza un fresco de la sociedad soñada y dirigida por los triunfadores. Un movimiento en progresivo aumento de tensión emocional y que deja de lado el aspecto sordo y triste del inicio para conducir a un final triunfante (para mi gusto excepcional).

Obra muy controvertida en su valoración por los entendidos en música y francamente menospreciada, encierra a mi humilde entender, mucha belleza musical. No es la enorme Sinfonía nº 11 ni la muy elaborada y muy contestataria Sinfonía nº 13. Es una obra intermedia, que no deberíamos calificar de menor y que aunque quizá esté carente del valor de las otras dos antes citadas tiene una fuerza emocional sobresaliente. Instrumentalmente es una delicia de composición, con quizá algunos excesos de metales en algunos momentos pero con unos pasajes musicales en las cuerdas y en las maderas sobresalientes y bellísimos. 

En muchísimas ocasiones me da la sensación de una partitura para cine. Si has podido leer algo acerca de aquella convulsa época (la otra tarde pusieron por televisión una excepcional película rusa llamada El Capitán que refleja una parte muy importante de algunos hechos de aquella etapa histórica de Rusia) en muchos momentos llegas a sentir en tu interior el desasosiego que pudo experimentarse en aquellos trágicas y a la par esperanzadores momentos históricos.

Batallón de Mujeres frente al Palacio de Invierno

Espero que disfruten de una obra que merece la pena y que aprecien la enorme fuerza y la belleza interpretativa de Mravinsky al frente de su Filarmónica. Un conjunto de excepción para traducir una partitura expresiva y descriptiva de unos hechos históricos claves del siglo XX. 

Musicalmente es una delicia.


Shostakovich
Sinfonía nº 12 "El Año 1917"

Evgeny Mravinsky
Orquesta Filarmónica de Leningrado

Grabación en directo en la Gran Sala de la Filarmónica de Leningrado
30 de abril de 1984
Erato












Ver también:





domingo, 15 de enero de 2012

Beethoven. Sinfonía nº 7. Schumann. Sinfonía nº 2. Celibidache. Beethoven. Orquesta Sinfónica de la Radio de Stuttgart, 1964. Schumann. Orquesta Filarmónica de Estocolmo, 1969.


Queridos amigos, esta noche dejamos un disco precioso del maestro Celibidache al frente de dos de sus orquestas de la época de galeras del maestro rumano. Dos orquestas de un nivel no reconocido entre las más grandes pero con una enorme calidad técnica y musical y que en manos de Celibidache se transforman en verdaderos medios musicales de transmisión de belleza.

La intrpretación que Celibidache y la Orquesta Sinfónica de la Radio de Stuttgart ofrecen de la preciosa Sinfonía nº 7 de Beethoven es sencillamente encantadora. Un prodigio de musicalidad, de armonía, de tímbrica, de colores. Un discurso musical que fluye de manera suave y dinámica se percibe a lo largo de su audición. Con un sonido más que aceptable, se pueden apreciar los bellísimos detalles instrumentales, la elaboración perfecta de los pasajes y los temas, la excepcional musicalidad y el genial enfoque rítmico que imprime al maestro a la obra. Una de las Séptimas de Beethoven más bonitas que haya escuchado. No tiene desperdicio. 

En un tiempo posterior Celibidache realizó una más pausada aproximación a la misma obra, dentro de la serie de EMI. Las diferencias entre ambas interpretaciones son claramente perceptibles. Quizá mejores mimbres instrumentales en EMI, esta interpretación recogida por Arkadia no la desmerece en absoluto. Con una mayor vitalidad, con un ritmo y una dinámica más "juvenil" se nos presenta como una obra completamente diferente, más beethoveniana y quizá sin el lastre de la excesiva lentitud de su aproximación con EMI (lentitud que por otro lado te permite paladear de una manera sin par todos y cada uno de los detalles de esta magna obra).

Quizá Beethoven no haya sido el compositor que más apropiado haya sido a la evolución musical y de pensamiento de Celibidache pero en esta grabación ya se puede apreciar el amor del maestro por el detalle, por el discurso desarrollado para paladear sonidos, sentimientos, instrumentación y sentido de la obra. Es prodigioso como desgrana en su desarrollo los temas, como los enlaza permitiendo un devenir sin fisuras, como permite deleitarse en lada grupo instrumental y en cada solista. Y qué enorme belleza logra extraer de todos y cada uno de ellos, simplemente deliciosa manera de transcribir la música.

Un deleite para el corazón y para el oído.


En cuanto a la hermosísima obra de Schumann, uno de los músicos mejor interpretados por Celibidache, podemos realizar comentarios muy, muy semejantes. En este caso es incluso más intensa y emocional la interpretación, más de "corazón". Hay una libertad expresiva sensacional, una intensidad de sentimientos enorme, una profundidad en la traducción verdaderamente digna de elogio. 

Cada uno de los soberbios movimientos que la integran es interpretado de forma bellísima. El movimiento inicial arranca de forma sencillamente emocionante, suave, delicado, con unas cuerdas maravillosas acompañadas por unas maderas delicadas y de una sonoridad preciosa. Un Scherzo delicadísimo y bellamente dinámico y juguetón pleno además de energía. El Adagio espressivo es un verdadero monumento a la delicadeza, a la sensualidad, a la belleza y a la emoción. Y el movimiento final un verdadero arrebato controlado de energía y de impulsividad con unas cuerdas impresionantemente bellas que son un motor de energía en su avance salpicado de preciosas maderas y brillantísimos metales. Un final enérgico, arrollador y en algún punto con algo de "locura", de bellísima locura.

Un Schumann soberbio, precioso, de estructura sabiamente desarrollada y lleno de vida, de energía y de verdadera pasión. Y una Filarmónica de Estocolmo que está impresionante, delicadísima, perfecta y técnicamente a la par de cualquier otra formación (las manos del maestro se notan), de una belleza sonora preciosa, con unos atriles sensacionales y con una musicalidad deliciosa.

Espero que disfruten de estas dos magníficas interpretaciones del maestro rumano. Unas interpretaciones soberbias y dignas de apreciar en todo el valor que encierran y que sinceramente creo es muchísimo.




Beethoven
Sinfonía nº 7
Schumann
Sinfonía nº 2

Sergiu Celibidache
Beethoven, Orquesta Sinfónica de la Radio de Stuttgart, 1964
Schumann, Orquesta Filarmónica de Estocolmo, 1969










jueves, 12 de enero de 2012

Tchaikovsky. Sinfonía nº 6. Wagner. Tristán e Isolda. Preludio al Acto I y Muerte de Amor (Liebestod). Furtwängler. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1938.


Queridos amigos, quisiera dejar esta noche un disco que acabo de volver a escuchar tras un tiempo, demasiado largo, sin hacerlo. Y sinceramente me ha vuelto a emocionar como pocas grabaciones lo logran hacer.

Una absolutamente impactante interpretación de la Sinfonía nº 6 de Tchaikovsky complementada (o viceversa) con dos fragmentos mágicos y maravillosos del Tristán e Isolda de Wagner. Ambas interpretaciones en las increíbles manos de Furtwängler que dirige a una espectacularmente bella, y soberbia en su ejecución, Filarmónica de Berlín.

No asociamos generalmente a Furtwängler con el genio de Tchaikovsky, pero es esta una ocasión única para apreciar que el arte musical tiene mucho de magia e inspiración. 

Y magia, encanto e inspiración se dejan apreciar desde la escucha de los primeros compases de la obra de Tchaikovsky. Es asombroso cómo se puede llegar a profundizar tanto en la emoción contenida en unas notas musicales y a traducir esas notas en sentimiento puro. Desde el inicio hasta el final de la obra, todo fluye de una forma tan bella, armoniosa, delicadamente matizada, intensa y profunda que es imposible resistirse a su encanto. Si esta obra de Tchaikovsky es una verdadera obra de arte y un ejemplo de sentimiento humano profundo, es esta una de sus mayores maneras de apreciarlo. Absolutamente genial e irresistible. Sencillamente impresionante y majestuosa. Dulce y amarga, impulsiva y dinámica, sobrecogedora y recogida, humana, sencillamente humana. Bellísima.


Y, queridos amigos, todo lo anteriormente comentado es aplicable a la interpretación de los dos fragmentos musicales de la Muerte de Amor de Wagner. Unos fragmentos que rezuman belleza, que resultan conmovedores e irresistibles en su atractivo musical y sonoro. Varias veces he comentado en este nuestro espacio que no soy un conocedor profundo de la obra de Wagner y que en general mi pasión por ella no es apreciable, seguro que por mi incapacidad de apreciar todo su valor musical y toda la importancia de su valor teatral y dramático. Pero debo reconocer que Tristán e Isolda me lleva al éxtasis. Y en la interpretación de estos dos pequeños fragmentos de la mano de Furtwängler, el éxtasis es máximo. Contiene tnto amor, tanta pasión, tanta belleza y tanto sentimiento que no puedo contener mi admiración y mi profundo sentimiento de amor por ellas.

Quisiera destacar la increíble prestación que ofrece la Orquesta Filarmónica de Berlín. Maravillosa, portentosa en su conjunto, instrumentalmente perfecta, con una capacidad adaptativa a cada momento del devenir musical digna de admiración. Que no es la perfecta orquesta actual o de los años de Karajan o Abbado, sí, seguramente. Pero no le hace falta esa perfección para lograr que su ejecución sea tan brillante y tan musicalmente bella. Y la grabación ¡del año 1938! es espectacular. Creo sinceramente que ofrece un ejemplo único de lo que es belleza sonora, emotividad, sensibilidad y técnica al servicio del sentimiento a través de la música.

Espero que disfruten de este hermosísimo disco, para mí, uno de los más bellos ejemplos de lo que la música puede llegar a lograr transmitir a tu alma y a tu corazón si es puesta en juego de una manera tan "humana" como es este caso. 

Un homenaje más a uno de los más grandes genios de la dirección: Furtwängler, simplemente un maestro al servicio del objetivo de la música.




Tchaikovsky, Sinfonía nº 6
Wagner, Tristan und Isolde y Prelude to Act I, Liebestod

Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín

Grabaciones
Tchaikovsky, del 25 al 27 de octubre y noviembre de 1938, Berlín
Wagner, 11 de febrero de 1938, Berlín