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domingo, 14 de octubre de 2012

Tchaikovsky. Sinfonías nº 4, nº 5 y nº 6. Yuri Temirkanov. Orquesta Filarmónica de San Petersburgo. 1992.


Queridos amigos, dejamos hoy la revisión de tres discos a los que tengo un especial cariño y que ya merecían su renovación. Las tres últimas sinfonías del maestro Tchaikovsky de la mano de uno de los más brillantes directores de la actualidad y excelente traductor de las partituras del maestro ruso: Temirkanov.

Todas ellas dirigidas a la excepcional orquesta de la Filarmónica de San Petersburgo, un instrumento portentoso, equilibrado, excepcional en su porte y en su sonoridad, con un juego maravilloso de cuerdas, maderas y metales que sabiamente manejados por las manos de Temirkanov nos ofrecen una de las lecturas más apasionadas y bellas de esta trilogía final de Tchaikovsky.




Que la disfruten. Querido amigo Jose sé que te va a encantar poder ver de nuevo vivas estas entradas.

Contenido:

Tchaikovsky
Sinfonía nº 4
Sinfonía nº 5
Sinfonía nº 6

Yuri Temirkanov
Orquesta Filarmónica de San Petersburgo

Grabaciones
8, 9 y 11 de abril de 1992
Gran Sala de la Filarmónica, San Petersburgo








sábado, 13 de octubre de 2012

13 de octubre de 2012. Varias Actualizaciones de Entradas I. Año 2011 y Año 2012.


Queridos amigos adjuntamos un recordatorio de algunas de las entradas actualizadas recientemente. Con ellas casi tenemos finalizado el proceso de actualziación de entradas del año 2012. Seguiremos con las del 2011 si es posible en orden aunque actualizaremos también otras entradas de seguimiento importante, a demanda o de interés.

Muchas gracias por vuestra paciencia. Recordaros que en la página de Nuevas Actualziaciones se van añadiendo poco a poco las mismas.




































viernes, 12 de octubre de 2012

12 de octubre de 2012. Día del Pilar. Felicidades Tita. Korngold. Música para el Cine de la Warner Bros. André Previn. Orquesta Sinfónica de Londres. 2001.


Estimados amigos, hoy es el Día del Pilar. Día muy especial para mi y para mi familia. Es el día en que celebramos el santo de mi tita Pilar, fallecida hace poco más de un año. Y seguimos celebrándolo, sin su presencia física pero sí con su presencia emocional en nuestros corazones y en nuestro recuerdo. Hoy celebraría su día con su habitual bote de colonia (la verdad es que éramos poco variados aunque a veces caía algún pañuelito para variar la constante persistencia de la colonia) y su caprichito que solía ser una comida fuera de casa o bien alguna tartita especial que le gustaba mucho y rodeada de sus sobrinos. Solíamos ver el desfile del Ejército (le encantaba esa marcialidad de los soldados, el sentimiento nacional que se vivía, las marchas militares, la celebración del día de la Hispanidad) y así de paso veía a su Juan Carlitos que también le gustaba mucho. En una Virgen del Pilar que tenía, y que conservamos, desde luego, en una capillita que le daba resguardo colocábamos alguna flor o alguna vela en su honor.

Hoy no está presente y esos regalos y vivencias ya no se han sucedido de la misma manera aunque eso sí su capillita del Pilar está adornada y la tarta nos la hemos tomado en su nombre (Tita, la tradición manda, jejeje). Aún sin su presencia, su recuerdo está vivo. Y pensando, pensando qué podía enviarle allá arriba para su disfrute he encontrado este precioso disco que estoy convencido le va a encantar (espero que a todos ustedes también).

Fueron muchos años los que pasó trabajando en la Warner Bros, años maravillosos que disfrutó muchísimo acompañada de un grupo de gente extraordinaria que se dejaba la piel porque sus películas llegaran a todos los rincones de España. Y ese esfuerzo merecía la pena. El cine de cada ciudad y de cada pueblo podía disfrutar de unas películas de calidad soberbia con un elenco de actores sensacional. Películas de aventuras, de amor, de diversión, de tragedia, de guerra, de humor, etc. Películas para todos los gustos y todas las edades, películas para soñar bien cada uno o bien en familia. Por algún lado, estoy seguro, tengo que tener una gran caja llena de carteles de cine que le regalaban, con muchas fotos mágicas y verdaderas de la casa madre, la Warner americana, con los actores y actrices del momento, con regalitos que se hacían con las promociones de las películas (esas flechas de Robin, ¡dónde estarán, dónde!).

Y al final me decanté por regalarle a la Tita este disco. Posiblemente no lo recuerde como tal pero seguro que sí recuerda a qué está dedicado. A un músico grande, muy grande; a una casa de cine maravillosa, posibbemente una de las mejores de la historia; y a un actor que era su debilidad junto a Gary Cooper, el gran Errol Flynn.

Cuatro composiciones para el cine del músico austriaco Erich Wolfgang Korngold (Brno, 1897, hoy República Checa - Los Ángeles, 1957). Korngold fue un músico de un prestigio enorme en su época llegando a ser dirigido y admirado por músicos de la talla de Mahler, Walter o Strauss sin olvidar a su maestro Alexander von Zemlinsky. 


Un músico que no establecía diferencias entre la música digamos "seria" y la música algo más ligera de las operetas o la música del cine. Es más, junto con Steiner puede ser considerado como un verdadero revolucionario del arte musical del cine. Ambos son verdaderos genios de la escritura musical cinematográfica y Korngold la convirtió en un verdadero arte sinfónico u operístico. Establecía una nueva forma de visualizar la música añadiéndole ese aspecto tan importante (hoy ya común) de enlazar imagen, historia y música. Componía obras musicales plenas, con total sentido narrativo, visual y sonoro. No era música simplemente de fondo o para acompañar unas escenas. Era la integración de la imagen con la música en una unidad completa e indisoluble pero que tenía la virtud de poder ser manejada como música orquestal independiente y de un valor grande, notable, muy notable (¡le suena de algo verdad querido Williams!).


En 1929 Korngold conoce al escenógrafo Max Reinhardt, encuentro de enorme importancia que cinco años después acabaría en la solicitud de Reinhardt a Korngold para marchar a Hollywood y encargarse de los arreglos musicales de la partitura de Felix Mendelssohn para El Sueño de una Noche de Verano. Ese trabajo le abrió las puertas de la industria cinematográfica y otuvo n enorme éxito. Vuelve a Europa en 1935, una Europa que está en plena convulsión prebélica, dejando en el atril la nueva ópera que está componiendo, Die Kathrin. Luego acepta regresar a Hollywood para dedicarse de forma más intensa a componer música para el cine.

De nuevo en 1936 regresa a Europa para estrenar la ópera recién terminada, Die Kathrin, pero se encuentra con una situación política y social en Austria aún más grave y el anunciado estreno se cancela. Korngold regresa de nuevo, desesperanzado, a Hollywood y es allí, mientras se encuentra componiendo la partitura para The Adventures of Robin Hood (con la que ganará su segundo Óscar), cuando Austria se anexiona con Alemania, el famoso Anschluss. Desde entonces, salvo algunos lieder y un par de obras corales, Korngold dedicará sus esfuerzos musicales a componer para el cine. 


Al finalizar la Segunda Guerra Mundial intenta un nuevo acercamiento al mundo de la "música seria", con su precioso Cuarteto de Cuerda nº 3 y el maravilloso Concierto para Violín, dos obras geniales en las que utiliza material extraído de sus partituras para el cine. Nuevos viajes acontecen entre 1946 a 1954 siempre con la misma tónica: esperanzas puestas en Europa, decepción tras su presentación europea y vuelta a EEUU. 

Korngold dividió su vida entre los dos continentes, entre su Europa de nacimiento, formación y costumbres y los EEUU su país de acogida, de éxito y de reconocimiento. Acabó decepcionado de Europa tanto por los avatares políticos y humanos que se desarrollaban en ella como por la final incomprensión de su música, una música admirada por los grandes directores pero sin calado en el público; una música que quizá llegó tarde a Europa o como decía el mismo compositor "No se le pueden pedir peras al olmo" (en referencia al poco calado que tenía entre el público europeo para el que una música como la de Korngold estaba desfasada).

Acabó sus días en EEUU, su segunda casa, dedicado a la composición sinfónica y camerística, a la música intimista, profunda y maravillosa, por ejemplo, de unas melancólicas Variaciones para Orquesta y un homenaje a Johann Strauss hijo. Su última daptación cinematográfica fue una adaptación de Wagner en la película Magic Fire de su amigo W. Dieterle (1956). Su vida siempre estuvo marcada por la lucha entre la composición de su música "seria", que iba teniendo cada vez menos adeptos en el público aunque siempre luchó desde sus principios para defender esa composición y su visión de la música, y la composición de su música cinematográfica con la que el éxito le sonrió al otro lado del charco, en EEUU, donde fue admirado y apreciado. 


Y retomando el hilo de esta entrada poco me queda añadir. Estamos ante un verdadero monumento musical, lo miren por donde lo miren. Una música maravillosa, extraordinariamente expresiva, brillante, apasionada, grandiosa. Y se une a su propio valor musical la excepcional interpretación que hace el maestro Previn un músico que en esto de la música cinematográfica tiene mucho, muchísimo, que decir. Un director que ha vivido el cine desde joven, que entiende su técnica, que comprende el significado de una música adaptada o creada para acompañar a una historia visual y que a la vez es capaz de dar a esa música el valor añadido que tiene como composición independiente, extraer de ella toda su belleza, sus matices, sus detalles, su sentimiento y que además ama la música de Korngold. 

Previn dirige a una formidable Sinfónica de Londres, tampoco ajena a esto del cine, que toca a las mil maravillas, con gusto, con fuerza e intensidad, con intención, con amor y pasión sin olvidar su enorme calidad instrumental y de conjunto.

Un disco excepcional, magnífico, precioso. Digno de escuchar para apreciar el valor de un músico de altura, para disfrutar de unos sonidos que acompañaban a grandes películas de época, a clásicos del cine de historia y de aventuras.

Querida Tita Pilar que disfrutes las aventuras de la Warner con estas cuatro maravillosas muestras de lo que llegó a lanzar para el placer de todos. Un gran beso, de Inma grande, los nenes y mío.


Navidad 2010


Algunos carteles de las películas de la Warner








Korngold
Música para el Cine de la Warner Bros

The Sea Hawk, El Halcón del Mar, Warner Bros 1940
The Private Lives of Elizabeth and Essex, La vida Privada de Elizabeth y Essex, Warner Bros 1939
Captain Blood, Capitán Blood, Warner Bros 1935
The Prince and the Pauper, El Príncipe y el Mendigo, Warner Bros 1937

Erich Wolfgang Korngold
André Previn
Orquesta Sinfónica de Londres

Grabaciones: Londres, Abbey Road Studios, julio de 2001











Visitar también Día del Pilar 2011 aquí.


lunes, 8 de octubre de 2012

Bruckner. Sinfonía nº 9. Carlo Maria Giulini. Orquesta Filarmónica de Viena. 1988.


Estimados amigos si no me equivoco hoy es el primer disco que dejamos de Carlo Maria Giulini en este nuestro espacio. Les debo confesar que simplemente es porque tengo poco material del maestro italiano (desgraciadamente). He escuchado bastantes obras del mismo tanto en DG como en Sony principalmente pero en general no me he decantado casi nunca por la adquisición de sus CD. Y repito es una pena.

No obstante creo que no hay mejor entrada posible para su estreno aquí que esta inmensa, enorme, grandiosa e inconmensurable interpretación de la Novena Sinfonía de Bruckner al frente de una portentosa y sencillamente magistral Orquesta Filarmónica de Viena. La grabación aquí presentada es generalmente tenida por una de las mayores cumbres de la discografía de la Novena Sinfonía de Bruckner y sencillamente no voy a discutir yo esa apreciación. Tal es su intensidad, su concentración espiritual, su expresividad y su portentosa ejecución musical que sería imposible rebatir lo dicho y más que imposible, totalmente injusto. Giulini logra traducir esta obra como quizá nadie haya intentado hacerlo desde la música hacia el corazón. Quizá, al menos para mí, sólo Furtwängler, Jochum y Bernstein lo han logrado.


En esta hermosa obra, este hermoso testamento vital de Bruckner ya en el final de su vida, queda reflejada toda la vida del compositor. Es su esencia, su sentido profundo, su deseo manifiesto de alzarla al Gran Dios lo que la hace una de las obras más monumentales y de contenido más profundo en lo espiritual que se hayan escrito. Bruckner se va, es inminente; deja un legado que con muchos quebraderos de cabeza ha sido más o menos aceptado (no era su hora todavía), pero Bruckner se va y deja este monumento a su creador a aquél por el que ha vivido en forma y fondo. 

Aún en estas circunstancias dedica tiempo, quizá demasiado querido maestro, a revisar ¡de nuevo esos consejos querido Bruckner! la Octava Sinfonía; tiempo que quizá le impidió finalizar esta magna obra o quién sabe, tu Dios igual la prefería así con ese inmenso, profundísimo y bello Adagio final, igual no necesitaba más de un viejo compositor que le había entregado todo.

La obra está cargada de una dimensión espiritual jamás alcanzada por el maestro, una intensidad de tempo de meditación intensísima, un lenguaje musical complejísimo y un tempo maravilloso para poder reflejar esos cambios de ritmo del Universo con sus inmensas respiraciones, profundas respiraciones, largas frases y testimoniales silencios. Una obra que sin dejar de lado la tradicional forma bruckneriana de grupos temáticos usa aquí y allá referencias a obras anteriores como si quisiera dar una unidad final y globalizadora a su vida. 


En el primer movimiento, grupos temáticos de enorme dramatismo que alcanzan una solemnidad sin parangón y que en el primer movimiento contrastan abiertamente con el ardor y fuego del lirismo pasional de otros temas que reflejan la enorme belleza de este su todavía mundo. Estos temas juegan y se elaboran de una manera tan sabia que sin darte cuenta van reelaborándose, se vuelven a exponer, se trabajan hasta llegar a disonancias aterradoras, inquietantes, sombrías. 

Y finalizando así un primer movimiento impactante que es traducido por Giulini con una verdadera mano mágica, con un perfecto equilibrio en la matización y el detalle de cada uno de ellos, con un marcado carácter e intención expositiva, pasamos a ese vehemente Scherzo de carácter a veces casi salvaje o primitivo con deformaciones que nos llegan a aturdir y a pensar en la disolución del mismo en buscas o por la presencia de las disonancias rompedoras de la tonalidad, fantasmas furtivos que aparecen, presagios. 

Giulini de nuevo atentísimo a estos detalles, sabio conocedor del profundo significado de la obra marca su estilo, impone su sello, quiere decir algo, quiere que no sea sencillamente un Scherzo. Es música elaborada y disuelta, elevada y luego desmoronada. Impresionante su manejo de los grupos instrumentales de los vieneses, impulsando toda su belleza y su energía, toda esa capacidad expresiva de la que son capaces y que no siempre dan a cualquiera.

Y finalizamos con ese Adagio, quizá junto al de Mahler el más bello adagio conclusivo jamás escrito. Meditación, profunda meditación del maestro, fe enfrentada a destino, serenidad que impregna su desarrollo, serenidad ardiente, enérgica plena de fuerza, bella, enormemente bella. Canto coral a la vida, canto de amor a ella, reflexivo pero no hundido el maestro refleja su creencia, su profunda Fe lo que no le aparta de mostrar su profunda lucha. ¿Irónico verdad? Quizá no. La Fe es la Fe pero no quita que amén de la resignación no pueda ser expresada de forma contundente como un enorme adiós a la vida de alguien que en ella vivió y con ella creció. Lucha como ser humano que es y hay duda, por supuesto, pero esa duda no impide dasarrollar el amor profundo por lo que fue. Quizá un leve desliz maestro...su vida estaba finalizando pero ya sabía usted que la vida de una parte de la música, aquella que usted trabajó como nadie también finalizaría pronto. 

En suma una obra monumental, con una intensidad fuera de lo común y con un Giulini y unos músicos vieneses entregados en cuerpo y alma a ella. Un verdadero prodigio de sentido, de transparencia, de respeto, de intencionalidad y de soberana interpretación. 

Un placer musical único. uno de los más grandes disco jamás grabados. Espero que sientan al menos tanto como yo con su escucha. Mis disculpas por la redacción de la entrada, sinceramente ha sido de una vez y sin repaso, no a lo loco, sí con el corazón dictando conforme escuchaba el disco.

Me disculparán si a alguien le puede parecer "agresiva" esta foto que quiero dejar. No es ese el sentido de hacerlo. Simplemente me parece tan, tan humana...que mirándola soy capaz de sentir un profundo amor y es más diría que puedo ir más allá a través de esos ojos cerrados, ese gesto plácido de los labios, ese rostro cansado pero sereno. Gracias maestro..



Anton Bruckner




Bruckner
Sinfonía nº 9
Carlo María Giulini
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabación: Viena, Musikverein, Grosser Sal, junio de 1988
(el 11 de junio de 1988 tuvo lugar concierto público grabado que difiere levemente en el minutaje)
Versión Original de 1894 en Edición de  Leopold Nowak de 1951












sábado, 6 de octubre de 2012

Fritz Wunderlich. 26 de septiembre de 1930 - 17 de septiembre de 1966. Nuestro más Cariñoso Homenaje. Último Recital. Schubert. Schumann. Edinburgh. Extras de Salzburgo. Beethoven. Schubert. 1966. 1965.


Querido Fritz, mi muy querido y añorado Fritz. Te debía este pequeño homenaje. Había pasado ya septiembre ese mes a la vez alegre en que podíamos celebrar tu cumpleaños y a la vez triste, demasiado triste, que no lo permitiría más. Un pequeño retraso por mi parte que no se justifica y que aún así no va a impedir que todos nuestros amigos disfruten de este hermosísimo testimonio de tu arte. 

Un arte supremo, un don de Dios que aprovechaste y entregaste a corazón abierto y aparte de ello un logro de tu personalidad y de tu esfuerzo el haberlo llevado a las cotas más altas que se podían imaginar para alguien que andaba en la treintena.

Muchas cosas hiciste en ese corto periodo de tiempo en que estuviste aquí junto a nosotros. Llegaste de la mano de tus padres; de tu profesora, invidente ella pero no sorda desde luego, que te impulsó hacia el terreno del canto; de tus amigos de profesión (que bello gesto verdad esa confabulación entre Josef Traxel que fingió enfermar y que estaba confabulado con el primer reemplazo, el enorme Wolfgang Windgassen, para darte la oportunidad de estrenarte en Sttutgart y nada menos que con tu amado Mozart); de muchos y muy buenos músicos que te ayudaron en tus bajos momentos (Giesen, maravilloso y honorable, Karajan, único y conocedor de la excelencia, Hermann Prey, humilde y humano, y otros muchos).


Por supuesto no podemos olvidar a esa "Señora" en palabras marcadas y en mayúscula inicial, esa gran Señora que fue tu mujer, Eva Jungnitsch, y no sólo tu mujer sino tu referencia absoluta en la vida como lo fue tu familia. ¡Ah! importante como tu decías, no debemos olvidar tu tierra, tus amigos, tus reuniones de caza, charla, canto, alegrías y placer humano que tanta vida te dieron y que pe permitían llevar de manera más soportable el ritmo del éxito, del trabajo, del esfuerzo que por aquellos años tenías.


Todos ellos pusieron un poquito de ellos mismos para que esa gran persona, ese gran ser humano, alcanzara el nivel que esa voz prodigiosa y ese talento artístico global creciera. Tu decías que te quedaba poco para llegar al nivel de madurez deseado..."los cuarenta, los cuarenta..." pero no pudiste llegar. Tampoco te hizo falta. Giesen te decía "...ya está Fritz, ya está...". Dejaste un legado que pocos han podido dejar. y no sólo en fríos términos numéricos que no me importan. Dejaste un legado de amor, de entrega, de pasión, de belleza, de sutileza y encantadora magia musical.

Nos dejaste tu ser, porque tus interpretaciones tenían un poquito de ti en ellas. Y eso, querido Fritz, se nota cuando uno te escucha años después a través de los discos, testimonio de ello. Fíjate si se nota que sueles tener esa difícil habilidad de transmitir sentimientos, todos y cada uno de ellos, en esos discos a través de esa voz tan maravillosa, tan modulada, tan bien manejada, tan increíblemente bien transmitida y tan generosamente llena de expresividad y corazón. Y siempre, siempre logras que o bien sonriendo o bien emocionándonos de una manera profunda sepamos que sigues aquí. Y seguirás para siempre.


Gracias Fritz, las mereces, estas y muchas más. tu regalo es un regalo no sólo sonoro, es mucho más es un regalo de tu propia vida y de tu propia alma. Y eso es un regalo impagable. Tu aparente juvenil entrega es nuestra alegría y bálsamo para muchas penas; tu profunda pasión es un camino abierto por el que podemos llegar a experimentar las mayores y más intensas emociones que la música puede proporcionar; tu fuerza y tu entrega es acicate para nuestra ilusión y entrega. Sencillamente no sólo eras bueno sino que encandilabas a todos. Y sigues haciéndolo Fritz.

Descansa en Paz


Al escuchar este disco que nos deja el último recital de Wunderlich, yo al menos no puedo evitar llorar de emoción. Me traslado al momento mágico del concierto y me siento en el cielo del placer musical. Me quedo atrapado en la belleza, riqueza y expresividad del mismo. Una joya de la música, una verdadera joya.


Wunderlich
The last Concert

Fritz Wunderlich, tenor
Hubert Giesen, piano

Grabaciones
Edimburgo, Usher Hall, 4 de septiembre de 1966, último recital en vida
Extras en Salzburgo, 19 de agosto de 1965