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lunes, 15 de julio de 2013

Bruckner. Sinfonía nº 8. Carl Schuricht. Orquesta Filarmónica de Viena. 1963.


Queridos amigos esta tarde quisiera dejar para el disfrute de todos los amantes de la música clásica y en particular para aquellos que aman y gozan con la música del gran compositor Bruckner un disco realmente sorprendente y maravilloso. La excelsa y genial interpretación de la Octava Sinfonía del compositor austriaco realizada por el maestro Schuricht dirigiendo a una no menos increíble Orquesta Filarmónica de Viena.

Realmente me faltan calificativos para referirme a esta interpretación, desconocida por mi parte hasta hace pocos días, sin que llegue a resultar repetitivo, cosa que ya saben me suele pasar con frecuencia. Por ello he empleado en principio tan sólo dos: sorprendente y maravilloso. Y les intento explicar algo qué es difícil de hacer cuando te quedas corto en tu vocabulario y espeso en las ideas. Sorprendente, sí, realmente sorprendente que una vieja interpretación de los años 60 logre entusiasmar tanto como lo ha hecho esta, por su intensidad, su profundidad, su claridad de concepto, su limpieza de líneas y texturas y su enorme amplitud de detalles. Maravillosa, sí, por lograr hacerte descubrir un nuevo mundo de sonoridades, de colores, de detalles instrumentales y de sutilezas en las frases y en las texturas.

Sufro en muchísimas ocasiones al no tener el vocabulario adecuado en términos musicales para poder expresar todo aquello que percibo en la escucha de un disco. Por ello es habitual que los adjetivos sean poco apropiados a oídos de aquellos que sí manejan los conceptos teóricos de la música y sus términos. LA audición de este disco ha sido una de esas ocasiones en las que el dolor por carecer de capacidad técnica expresiva ha sido más intenso. Me disculparán por ello.

En una anterior entrada ya habíamos tenido ocasión de escuchar esta misma obra por el mismo Schuricht dirigiendo a la Orquesta de la NDR de Hamburgo en una increíble y bellísima interpretación. En esta ocasión podemos disfrutar si cabe aún más de la belleza innata de la magna Sinfonía nº 8 tanto por la maravillosa dirección del maestro alemán como por la soberbia aportación que supone la intervención de la Orquesta Filarmónica de Viena. Y en referencia a esta última no caben más que palabras de alabanza y de admiración por su insuperable sonido y su técnica depuradísima que realzan el registro de EMI elevándolo a una altura realmente difícil de alcanzar para cualquier otra orquesta. Sencillamente magistral.


Una interpretación realmente sorprendente en la que destaca la facilidad de Schuricht para dejar fluir la música de Bruckner sin intentar forzar su presencia ni su intensidad; una interpretación sorprendente en la magia de la delicadeza con la que nos deja trazados los pasajes y los bloques que van a servir de sostén al magno edificio sonoro bruckneriano; una interpretación en la que te puedes dejar llevar fácilmente por su línea melódica y su simple belleza que te enganchan desde el primer sonido que escuchas.

Intensidad en su justa medida, grandilocuencia contenida, exabruptos los justos. Todo es un bello movimiento continuado de armonía y belleza, de culto al preciosismo del detalle instrumental y de homenaje a la perfecta construcción de la obra. Es una interpretación viva, que sientes fresca, cercana y natural. Una interpretación en la que puedes disfrutar de una manera sorprendente de la idea sinfónica del maestro Bruckner, de su forma de construir el armazón sonoro de su obra que vas vislumbrando conforme te dejas mecer en la suavidad de sus vaivenes, que vas disfrutando y paladeando en sus momentos de máxima intensidad y hondura así como en aquellos más ligeros y líricos.

En definitiva una verdadera obra maestra de interpretación, impresionante, bellísima, de enorme profundidad y tremendamente visceral que podrán además degustar en los únicos e insuperables atriles de una Filarmónica de Viena en estado de verdadera gracia.

En la grabación presentada se habla de la Edición Nowak de la Versión de 1890 aunque en realidad según las propias notas de EMI, lo que se emplea es esa Edición Nowak de la Versión de 1890 a la que el propio Schuricht realiza sus modificaciones acercándose casi al completo a la Versión de 1887/1890 en la Edición Haas. En las discografías consultadas se da como empleada la Versión de 1887/90 en Edición de Robert Haas de 1939.

Queridos amigos, que disfruten de una Octava de Bruckner sencillamente magistral. Verdaderamente la Sinfonía de las Sinfonías. Algo realmente sublime.



Bruckner
Sinfonía nº 8
Carl Schuricht
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabación:
Viena, Musikerein Grosser Saal
9 al 12 de diciembre de 1963
Versión de 1887/90 en Edición de Robert Haas de 1939 









domingo, 14 de julio de 2013

Mahler. Sinfonía nº 1. Leonard Bernstein. Orquesta Filarmónica de New York. 1966.


Queridos amigos dejamos hoy, con el intento de proseguir en ello, el primer disco de la serie del ciclo integral de las Sinfonías de Mahler grabado por Leonard Bernstein con su orquesta de New York en los años 60 del pasado siglo XX y lo hacemos con la última edición en CD sacada por Sony con un nuevo procesado de sonido que nos ofrece un poquito más de brillo en el mismo, nada realmente significativo pero que nos da pie a empezar con este ciclo, el primer ciclo grabado completo de la obra sinfónica mahleriana, verdadero referente, ya histórico, en la fonografía de Mahler y realmente un ciclo de un valor musical incuestionable y que contribuyó de manera muy significativa a la popularización internacional de la obra del compositor.

Particularmente, me cuesta cada vez más cambiar de gustos, siempre he considerado este ciclo sinfónico como algo realmente maravilloso que me permitió el acercamiento fácil y suave a la totalidad de la obra sinfónica de Mahler. Claro está que hace ya varios años había tenido el placer de escuchar otras grabaciones de dicha obra de la mano de otros excepcionales directores y orquestas pero en la visión global como ciclo Bernstein y New York me permitían disfrutar de toda ella con facilidad, sin crispación.

La forma que tuvo Bernstein de aproximarse a la obra sinfónica mahleriana en aquellos años que referimos iba particularmente bien al ánimo que tenía en la época en la que comencé a descubrir su música. La audacia, la brillantez, la elocuencia y la enorme expresividad y vitalidad con la que Bernstein ofrece esta música me cautivó desde el primer momento.


Quizá influyó en todo ello la conjunción de emociones que se dieron en su día y que me hicieron reconocer en esta música, en este compositor y en este director algo que andaba buscando para mi propio disfrute y mi propia serenidad. Y en ellos lo encontré, no era otra cosa que simplemente la expresión de la vida misma, sus contradicciones y su polaridad.

Espero que puedan disfrutar de esta música, verdadero monumento sinfónico sin par, y de la particular visión de la misma de Leonard Bernstein, una visión muy peculiar que más de 50 años después sigue teniendo plena validez y quizá más riqueza aún que en los años de su creación.

A modo de resumen y retomando los datos de las entradas que dedicamos a su centenario dejamos un breve referente histórico musical a esta Primera Sinfonía de Mahler. Una obra de juventud concebida por Mahler a modo de un gran poema sinfónico y que experimentó diversas modificaciones de la mano del propio Mahler hasta adecuarla a su intención final. Obra enormemente rica y muy musical, de bellísimas sonoridades y amplio colorido, con un manejo de la masa orquestal poco visto antes de su presentación; rítmica, melódica, animada y sosegada a la par, vital y poderosa. Una música francamente directa al corazón y de audición fácil y emocionante.

La interpretación de Bernstein es realmente maravillosa. Llena de frescura y lirismo, con una sabia presentación de los matices serenos y delicados junto a los enérgicos y brillantes y con una perfecta recreación instrumental por parte de una Filarmónica de New York sensacional.

Historia:
  • Boceto: "Me Symphony " (1885).
  • Primera interpretación: "Poema sinfónico en dos partes", 20 de noviembre de 1889, Budapest, Mahler.
  • Primera revisión sin Blumine, enero de 1893.
  • Segunda revisión con Blumine, 16 de agosto 1893, "Sinfonía Titán" en cinco movimientos.
  • Segunda interpretación: "Titán" poema sinfónico en forma de una sinfonía dirigida por Mahler, 27 de octubre de 1893, Hamburgo.
  • Tercera interpretación: 3 de junio de 1894, Weimar, revisión final sin Blumine, Mahler.
  • Cuarta interpretación: "Sinfonía en Re mayor", 16 de marzo de 1896, Berlín, Mahler.
  • Última revisión; 1906-1907. Edición febrero de 1899, Weinberger y mayo de 1906, Universal Edition.



Movimientos:
  1. a. Langsam, Schleppend; gemchlich Imer sehr
  2. b. Andante Alegretto (sic) "Blumine" (16 de agosto 1893 renovatum) ed.Presser 1968
  3. c, Kräftig bevegt, doch nicht zu schnell (27 de enero 1893 renovatum)
  4. d. Feierlich und gemessen, ohne zu sleppen
  5. e. Bewegt Stürmisch; energisch (19 de enero 1893 renovatum)

Gracias a todos, espero que disfruten de estos discos.






domingo, 7 de julio de 2013

Recordando a Gustav Mahler. Felicidades Maestro. Sinfonía nº 3. Sir Adrian Boult. Orquesta Sinfónica y Coro de la BBC. 1947.


Mis queridos amigos dejamos en esta mañana de domingo 7 de julio de 2013 este precioso disco con el simple objetivo de recordar y festejar la fecha del nacimiento del gran compositor Gustav Mahler, un día como el de hoy de 1860.

Y lo hacemos con un disco realmente especial. No recuerdo en qué fecha fue pero algún amigo nos informó acerca de este registro, su valor y su deseo de poder escucharlo. Indicar que la grabación que dejamos no es la edición lanzada oficialmente por Testament pero no difiere mucho de ella quizá tan sólo en un mejor procesado del material original que hace menos audible el típico refrito de los antiguos discos y un poco más de amplitud dinámica. Salvando estas diferencias estamos ante un documento sonoro de enorme valor histórico. No podríamos decir con contundencia que estemos ante una de las interpretaciones de referencia pero con sinceridad es realmente bella, seductora, impactante y emocionante. Digna de conocer y escuchar.

Nos ponemos un poco en situación. Años 40. Adrian Boult director de la Orquesta y Coro de la BBC. Reino Unido. Poco tiempo después de la II Guerra Mundial. Una obra complicadísima de montar. Una obra de Mahler, nada más que la Tercera Sinfonía. Y entramos en detalles. Tengamos en cuenta que en el Reino Unido la obra no se estrena hasta la fecha del presente registro tomado de transmisiones radiofónicas de la BBC en fecha de 29 de noviembre de 1947. Y lo hace de la mano de Boult, uno de los músicos más admirados del Reino Unido y que tenía un cierto bagaje en lo referente a la música de Mahler habiendo participado incluso en los Festivales Mahler de Amsterdam de 1920, invitado por Mengelberg, y habiendo tenido vínculos cercanos con la música mahleriana que se interpretaba en Europa desde principios de siglo llevando en sus días de Birmingham a programar varias obras del compositor y llegando a realizar más adelante algunas grabaciones bastante significativas de su música.


Amén de este valor histórico no podemos desmerecer la interpretación por su calidad sonora, no es suficiente para ello, todo lo contrario hasta le añade un toque de "vejez" realmente precioso. La aproximación de Boult y sus músicos de la BBC está llena de matices, de pasajes realmente bien conducidos y llenos de expresividad. Se nos ofrece un Mahler lírico, apasionado, lleno de vitalidad, realmente conmovedor. Boult nos deleita con un recorrido musical pleno de sutilezas y  nos ofrece la posibilidad de degustar las contribuciones solistas de sus instrumentistas sin dejar de lado la visión global de la impresionante obra de Mahler.

Es evidente que no nos encontramos con la excepcional brillantez de las grandes orquestas alemanas ni con las sonoridades precisas e idiomáticas de las orquestas americanas, tampoco es la mejor orquesta británica del momento pero no defrauda. Afrontar por vez primera la Tercera Sinfonía de Mahler y salir airoso está al alcance de pocos y hemos de reconocer que los músicos de la BBC se entregan a las directrices claras, matizadas y frescas de Boult.

Añadamos un detalle más, importantísimo detalle, y tendremos un precioso resultado final. Este detalle no es otro que la maravillosa contribución de la contralto Kathleen Ferrier realmente portentosa, idiomática, sensible, cálida y de profundo poso anímico que da un valor añadido de majestuoso calado a su interpretación y a la ocasión general de la grabación. Sencillamente inconmensurable e irrepetible.


Me gustaría remarcar un movimiento final realmente logrado, conducido de forma enérgica y detallada, matizando los diversos claroscuros de la música que Mahler puso en él, intenso, profundo, concentrado y desarrollado con una habilidad constructiva realmente sorprendente para dejarnos saborear la delicadeza de los detalles y la intensidad emocional en ellos contenida.

Espero que puedan disfrutar tanto como yo de este hermoso disco. Siempre existe la posibilidad de sorprendernos ante algo nuevo. Para mí ha sido una verdadera sorpresa escuchar este disco, quitarme las ideas preconcebidas y sencillamente deleitarme con la música, la siempre increíble y hermosa música de Mahler y más con esta hermosísima Tercera, una obra conmovedora e intensa como pocas.

Gracias querido Mahler.




Mahler
Sinfonía nº 3
Boult
Orquesta Sinfónica y Coro de la BBC
Kathleen Ferrier, Alto
Grabación:
Estudios BBC, 29 de noviembre de 1947









sábado, 6 de julio de 2013

Recordando a Otto Klemperer. Bruckner. Sinfonía nº 6. New Philharmonia Orchestra. 1964.


Estimados amigos, rendimos esta noche un merecido homenaje a la memoria del gran director Otto Klemperer que fallecía un día tal como hoy del año 1973 en Zurich. 

Klemperer fue un hombre de amplísima cultura, de talla humana excepcional, de humor ácido y sarcástico y cuya vida y carrera estuvo marcada, al igual que la de oros muchos contemporáneos suyos, por los avatares históricos de la primera mitad del siglo XX. Nuestro querido maestro profundo conocedor y acérrimo defensor de la cultura alemana sufrió de manera muy particular los citados avatares. Su reconciliación con el pasado tardó mucho, quizá demasiado. Pero jamás perdió ese amor de juventud por lo que era su universo personal e histórico del que su separación forzada le dañó en lo más hondo de su ser.

Maestro de enorme repertorio fue en su juventud un punto fundamental para la difusión de la música moderna y de vanguardia de principios de siglo, música que amaba y respetaba y que impulsó de forma notable. Con la edad esa pasión se fue ocultando poco a poco dando paso a una mayor concentración del maestro en el gran repertorio clásico y romántico austro-germánico y a una forma menos fogosa e impulsiva de acercamiento a la interpretación de las mismas que contrasta con el ardiente, impulsivo y vitalista Klemperer de la juventud (no es desde luego el único director que ha tenido esa evolución, entiendo que la edad y las vivencias van haciendo reposar los ánimos de todos y confieren una visión diferente de universo conceptual, intelectual y emocional).


En el disco que hoy dejamos tenemos un ejemplo claro de lo que hemos comentado. La maravillosa y sorprendente interpretación de Klemperer de la hermosa y escueta Sexta Sinfonía de Bruckner nos deja ver la excepcional visión que de la partitura tiene el maestro. Una visión que transforma una obra de dimensiones moderadas para lo acostumbrado en Bruckner en una magistral obra de gran sinfonismo. Su acercamiento casi camerístico a la partitura es de una asombrosa genialidad; los matices que extrae de los instrumentistas son tan bellos que en muchos momentos te dejas embelesar tanto por ellos que te evades del fluir global sinfónico. Pero es sólo un instante, un pequeño despiste que rápidamente se retorna en asombro cuando sin percibirlo te vuelves a ver inmerso en la magna concepción estructural de la sinfonía y de manera particular cuando vas apreciando en su devenir su majestuosidad clásica, cuando te vas asombrando que con la plantilla instrumental propia de Beethoven se lleguen a producir sonidos tan embriagadores, majestuosos y magnos sin que por otra parte esos mismos sonidos dejen de sonar limpios, clarificados, con texturas suaves y con líneas de expresión sencillamente magistrales. 

La Sexta Sinfonía fue compuesta entre el 24 de septiembre de 1879 y el 3 de septiembre de 1881. Un estreno inicial de los dos movimientos centrales por el director Wilhelm Jahn y la Filarmónica de Viena y finalmente estrenada completa el 26 de febrero de 1899 (Bruckner ya fallecido) por Gustav Mahler dirigiendo una edición muy retocada en dinámica, estructura, tempos, etc. por el discípulo de Bruckner Cyrill Hynais. Finalmente Viena tuvo la suerte de ver el estreno de la edición original de la obra preparada por otro de los discípulos del maestro, August Göllerich, acontecimiento que tuvo lugar el 13 de diciembre de 1901.

Obra de enorme belleza en ella podemos admirar la excepcional capacidad compositiva de Bruckner, en su variedad y en su formalismo; motivos de ritmo asombroso, flujos incesantes de dinamismo musical; maravillosos temas entremezclados de carácter en general menos grandilocuente que en sus futuras obras; maravillosas intervenciones de las cuerdas y de los instrumentos solistas como las trompas o los oboes; adagio que es un verdadero remanso de calma y belleza combinado con un Scherzo luminoso y vitalista y un fina cuya resolución es un verdadero placer para nuestros oídos, calmo y reflexivo va adquiriendo cada vez mayor majestuosidad e intensidad con bellísimas intervenciones de maderas y trompas con yuxtaposiciones de temas previos y tonalidades y con la afirmación final surgida casi de la nada como una conclusión, si quieren no tan impactante como la de la Séptima u Octava, pero desde luego nada desmerecedora de una maestría para la sorpresa del gran Bruckner.


Espero que puedan disfrutar de verdad de esta hermosa recreación de una obra quizá poco valorada en el conjunto del repertorio de Bruckner, una recreación realmente soberbia, de enorme belleza, de un pulso vigoroso y de una maestría de trazos asombrosa. Una interpretación que toma además más valor en la maravillosa aportación de la New Philharmonia Orchestra que logra dar un color y unos matices realmente bellos principalmente en la parte instrumental y en los pasajes solistas sin que, ni mucho menos, defraude en el conjunto de la ejecución como agrupación sinfónica en la que destaca su sonido abierto, quizá no tan profundo como el de las orquestas alemanas, claro y nítido con unas cuerdas realmente magistrales y unos pasajes conmovedores en sus atriles en la ejecución del Adagio o del Scherzo. Maravillosa.

Muchas gracias querido Klemperer por mostrar como los años hacen madurar los conceptos. Muchas gracias por tanta buena música que nos regalaste y muchas gracias por tu contribución al universo bruckneriano al que dotas de un matiz especial: el matiz de un clásico.




Bruckner
Sinfonía nº 6
Otto Klemperer
New Philharmonia Orchestra
Grabación:
Kingsway Hall, Londres, noviembre de 1964
Versión de 1881 en Edición de Robert Haas de 1935









miércoles, 3 de julio de 2013

Bruckner. Sinfonía nº 8. Günter Wand. Orquesta Filarmónica de Berlín. 2001.


Queridos amigos, en la tarde de hoy dejamos este bellísimo disco con la inconmensurable interpretación de la Octava Sinfonía de Bruckner de la mano del maestro Wand dirigiendo a una no menos que genial y portentosa Orquesta Filarmónica de Berlín.

Con este disco finalizamos las entregas de las grabaciones berlinesas de Wand y Bruckner ya que, al menos por ahora y por desgracia, no tengo su interpretación de la Novena. En breve espero poder tener lista la grabación de la Octava en la catedral de Lübeck y poder ir procesando los registros de su integral para RCA con la WDR (una de los más bonitas, a mi parecer y en su conjunto, a la par que el de Jochum para EMI y el de Skrowaczewski para Arte Nova). 

Wand es un maestro que siente devoción por Bruckner y su trayectoria fonográfica deja testimonio de ello. Unos registros que nos muestran a un perfecto conocedor del fondo de las obras brucknerianas y un servidor de las mismas a través de su visión ligeramente apartada de un falso transcendentalismo religioso sin que por ello deje a sus interpretaciones vacías de espíritu y alma y ni mucho menos de fuerza e intensidad expresivas como reflejo de la profunda fuerza motriz que impulsa la obra bruckneriana.

Y en esta Octava es donde con mayor claridad se pueden observar y saborear esos matices que el viejo Wand quiere dejar expuestos. En esta magna y colosal obra, verdadero monumento sinfónico musical y espiritual emocional es donde el arte de Wand y su concepción del deber como traductor de la música de Bruckner se deja vislumbrar de forma más clara y siempre acompañándose de sus peculiaridades artísticas excelsas como son la pulcritud, la fidelidad al concepto sonoro, el respeto a la monumentalidad a través de los tempos, las proporciones, la proporcionalidad interna, la relación entre movimientos y dentro de los movimientos, la arquitectura musical y sonora.

Con los años las interpretaciones del maestro Wand han ganado en calidez, en profundidad emocional, en luminosidad y en particular en viveza y en dinámica, en esa preciosa frescura que ofrece el mágico devenir del tempo, sus pausas, ceses, diminuendos y crescendos mágicamente articulados por la sabia mano de Wand.

Unas interpretaciones sencillas, que no aturden al auditor, frescas y claras, intensas sin sobrecargas, articuladas de manera tal que dejan ver el monumento arquitectónico del bloque sinfónico y un algo de más: la pasión de un alma entregada a esta música y al deber inexcusable de poner Bruckner al alcance de todo ser humano.


Esta noche he escuchado varias veces este disco, me apetecía saborear el inmenso placer de la magnitud de la Octava. Y creo con sinceridad que sentirán al menos un placer similar cuando la escuchen. Es un verdadero monumento musical y un regalo para el corazón del hombre de hoy. Intensa, penetrante, poderosa interpretación que nos dejará en un estado de calma y serenidad realmente increíble. Es la Octava una de las obras de Bruckner en las que tu sentimiento más profundo se ve tocado, la que quizá te llega a impresionar de forma más intensa y directa, la que te conmueve todo tu ser de manera que es imposible resistir su influjo. Un misterio y una maravilla.

Que disfruten queridos amigos de una de las mayores obras de la historia de la composición sinfónica: la Octava de Bruckner. Interprete y orquesta de máximo nivel. Homenaje a un músico irrepetible, excepcional y a un director que ha logrado cosas de incuestionable belleza a través de su entrega y su arte.

Bruckner
Sinfonía nº 8
Günter Wand
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación:
19-22 de enero de 2001
Philharmonie de Berlín.
Versión 1887/90 en Edición de Robert Haas de 1939