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jueves, 22 de mayo de 2014

Stravinsky. Petrouchka. La Consagración de la Primavera. Ansermet. Orquesta de la Suisse Romande. 1957.


Segundo disco con las obras mayores del periodo inicial, primitivo o ruso de Stravinsky. Las magníficas aproximaciones del maestro Ansermet a Petrouchka y a La Consagración de la Primavera.

Petrouchka, ballet en un acto y cuatro escenas, con coreografía de Michel Fokine, libreto de Stravinsky y Alexandre Benois y decorados y vestuario también de Alexandre Benois, fue compuesto durante el invierno de 1910-11 y estrenado en París en el Théâtre du Chatelet por los Ballets Rusos de Sergéi Diágilev el 13 de junio de 1911 bajo la dirección musical del gran maestro Pierre Monteux. Emplea de manera novedosa para la época la música popular y mitológica del folclore ruso. Las marionetas de la obra, las polichinela del mundo latino, cobran vida y desarrollan la capacidad de sentir; la fuerza emotiva, los colores orquestales, el ritmo de la obra resultan ser impactantes.

La interpretación que ofrece Ansermet y su Orquesta de la Suisse Romande, no deja de emocionarme en cada audición; parecen revivir, sonoramente, cada uno de las escenas con una intensidad sencillamente digna de admiración.



Tamara Karsavina, la Bailarina en el estreno de la obra en 1911.


La Consagración de la Primavera fue una de las primeras obras musicales que escuché. He de confesar que me abrumó, sobrepasó mi capacidad de escucha. No era capaz de asimilar esos sonidos tan impactantes, esos ritmos y timbres tan diferentes a lo que había escuchado hasta ese momento. Digamos que yo era un poco como los románticos franceses del día del estreno ¡aunque sin participar en la trifulca eh! Poco a poco fue entrando en mi esa violencia rítmica y pude enterderla algo más y sobre todo pude escucharla entera sin abandonar. Hoy en día es una de mis composiciones favoritas y una magnífica oportunidad de sentir fuerza emotiva pura y tranquilidad emocional como en ninguna otra obra.

La Consagración es un ballet en dos actos basado en la Rusia pagana (L'adoration de la terre y Le sacrifice), con coreografía de Vaslav Nijinsky creado para los Ballets Rusos de Sergéi Diágilev. Fue estrenada en París en el Théâtre des Champs-Élysées el 29 de mayo de 1913 con Pierre Monteux como director de orquesta. El rechazo en su época fue monumental provocando que en el segundo acto se tuviera que contener al público (¡aquello tuvo que ser impresionante!).



Decorado original de La Consagración. Adoración de la Tierra (diseño de Nicholas Roerich).

Nuevamente la aproximación de Ansermet y su orquesta es bellísima, la transcripción rítmica, de los colores, la plasticidad que logran, la belleza pura del sonido, la sensación de imprevisto, el impulso, el desorden, etc. es transmitido de una manera bellísima. Una interpretación genial.




Stravinsky
Petrouchka
La Consagración de la Primavera
Ernest Ansermet
Orquesta de la Suise Romande
Victoria Hall, Ginebra, 1957











Stravinsky. El Pájaro de Fuego. Le Chant du Rossignol. Ansermet. Orquesta de la Suisse Romande. 1955. 1956.


Precioso disco el que os dejo ejemplo de una aproximación espiritual y de un entendimiento profundo basado en la experiencia directa de un director con unas obras musicales de un compositor excepcional.

El encuentro entre Stravinsky y Ansermet tuvo lugar a principios del siglo XX sobre final del año 1911. Stravinsky compositor célebre ya por sus obras El Pájaro de Fuego y Petrouchka comenzaba a escribir La Consagración. Ansermet comenzaba su dedicación completa y profesional a la dirección y a la música (sus primeros pasos en la dirección fueron en el año 1910 con orquestas poco conocidas de Lausanne y Montreux). Su aprendizaje no tuvo mejor prueba de fuego que el encargo de la dirección musical de la gira americana de los Ballets Rusos de Diaghilev en el año 1916. La asociación con dichos ballets se prolongó varios años y fueron notables los estrenos de varias obras de Falla, Prokofiev y Stravinsky.



La fidelidad de Ansermet y la defensa de la música de Starvinsky que realizó el maestro fueron dignas de alabanza. Fundador en 1918 de la Orquesta de la Suisse Romande, su espíritu analítico, su profunda curiosidad musical, su enorme intelecto, la pasión por la fidelidad a la partitura y su sensacional forma de traducir la fortaleza corporal y escénica que tiene la obra de Stravinsky hace que (para mí) sea uno de los mejores traductores de su música.

Las obras presentadas en este primer CD correesponden a El Pájaro de Fuego (1910) y Le Chant du Rossignol (1917). Preciosas obras y a la par fáciles para el acercamiento al difícil mundo musical de Stravinsky.

La dirección de Ansermet y la ejecución de la Orquesta son dignas de admiración: preciosas, precisas, con una sonoridad bellísima, un ritmo impresionante y una ejecución instrumental soberbia. Preciosa aproximación a estas partituras atrevidas e innovadoras y de requisitos orquestales enormes.



Espero que disfruten de ellas.


Stravinsky
Ernest Ansermet
Orquesta de la Suisse Romande
El Pájaro de Fuego
Le Chant du Rossignol*
Victoria Hall, Ginebra, 1955, 1956*












domingo, 11 de mayo de 2014

Debussy. Obras Orquestales I. La Mer. Prélude à l'après-midi d'un Faune. Jeux. Nocturnes. Bernstein. Orquesta Filarmónica de New York. 1960. 1961.


Mis queridos amigos dejamos esta tarde un precioso disco, que en breve será complementado con un segundo, dedicado a la música orquestal de Debussy de la mano de mi admirado Bernstein al frente de su orquesta de New York. Espero que nuestro amigo Scotch pueda saborear plenamente las delicias musicales en ellos contenida.

Del maestro Debussy hay enormes registros fonográficos, verdaderas preciosidades. No es concretamente un compositor del que pueda presumir tener conocimiento, no ya profundo, si no que me conformaría con asomarme a su superficie y poder apreciar toda la belleza que en su interior tiene. No es por ello un compositor del que posea una amplia colección fonográfica. Las piezas que tengo me dan suficiente y hasta el momento no he sentido una mayor necesidad de ampliar la discografía.


Entre la que poseo, aparte Boulez, me quedo con el gusto exquisito de las interpretaciones de Bernstein de los años 60. Su acercamiento fuertemente colorista, poderoso, sensual, enormemente transparente y luminoso a la par que con texturas densas sabiamente expuestas con un regusto sonoro realmente precioso y cargadas de colorido, sonoridad exquisita y ritmos mágicamente elaborados.

En el caso concreto de este disco me quedo con una interpretación de La Mer realmente soberbia con una aproximación genial a las texturas y juegos de luces y sombras, plena de colorido, luminosidad y evocación sonora, inquietante y abrumadora y con unos Juegos realmente maravillosos, increíbles en su plasticidad y en la facilidad con la que esta difícil partitura se expone y con el aprovechamiento que hace Lenny del refinado y exquisito motivo y de la preciosa melodía, ligera y transparente melodía que se condensa alrededor del tema principal con preciosas acentuaciones rítmicas que son manejadas como pocos por un director que de exquisiteces y ritmo algo sabía. Realmente precioso.

Las otras dos piezas que completan el disco son también preciosas recreaciones de obras de enorme dificultad, expresivas, coloristas y plenas de una magia envolvente que te hace disfrutar de los sonidos y de las combinaciones instrumentales como pocas obras pueden lograrlo. El Preludio y dos de los Nocturnos nos llevan a un mundo de sensaciones realmente indescriptibles, una combinación maravillosa de delicadeza, ritmicidad, sensibilidad, luminosidad y sonoridades realmente alucinantes. Una música llena de plasticidad, de insinuaciones, de evocaciones, de alternancias entre claridades y sutilezas, con insinuaciones fascinantes.

Espero que disfruten de este precioso disco.

En la próxima entrega dejaremos un disco de igual calidad con Images y la Rapsodia para Clarinete acompañadas de dos verdaderas maravillas de Ravel: Ma mère y Pavana. Un acoplamiento que nos mostrará las mismas cualidades de un enorme director, Bernstein, que sabe manejar la belleza y sutileza de la música francesa a un nivel equiparable al de los más grandes valedores de la misma.



Debussy
Obras Orquestales

La Mer
Prélude à l'après-midi d'un Faune
Jeux
Nocturnes

Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York

Grabaciones:

La Mer, 16 de octubre de 1961, Manhattan Center, New York
Prélude à l'après-midi d'un Faune, 28 de septiembre de 1960, Manhattan Center, New York
Jeux, 2 de mayo de 1960, Manhattan Center, New York
Nocturnes, 28 de septiembre de 1960, Manhattan Center, New York

PD: la entrega procede del CD más moderno de la Edición Bernstein Century con idéntico contenido a la que corresponden estas fotos de la Royal Edición.









sábado, 10 de mayo de 2014

Giulini: recordando a un gran Maestro. Bruckner. Sinfonía nº 7. Giulini. Orquesta Filarmónica de Viena. 1986.


Mis queridos amigos, con un poquito de retraso, en parte por mi cabeza y en parte por temas informáticos, publicamos esta entrada dedicada a celebrar el cumpleaños de uno de los grandes, muy grandes, directores del pasado siglo XX, Carlo María Giulini, que nacía un día como el de ayer del año 1914 en Barletta. 

Un maestro dotado de una capacidad técnica de una enorme altura que apoyada en una exquisitez humana, musical y emocional como pocos más han tenido para ofrecernos recreaciones que han pasado a la historia discográfica en forma de monumentos sonoros difícilmente olvidables y superables. Entre ellos se encuentra esta fantástica, luminosa, sensual y delicada Séptima Sinfonía de Bruckner, una de las más bellas jamás realizada y a la par de las geniales de Böhm, Celibidache o Jochum.

La preciosa Séptima Sinfonía de Bruckner fue comenzada a componer poco tiempo después de finalizada la Sexta y su trabajo se extendió desde el 23 de septiembre de 1181 hasta el 5 de septiembre de 1883 siendo una obra "perfecta" desde el momento de su finalización. El estreno tuvo lugar en Leipzig el 30 de diciembre de 1884 bajo la dirección de Arthur Nikisch y resultando un éxito extraordinario de público y crítica, el punto de partida para iniciar el reconocimiento de Bruckner como gran sinfonista. De esta versión original del estreno no se ha conservado el contenido exacto de la misma siendo la versión de 1885 la empleada en las ejecuciones de esta imponente obra sinfónica. 


De esta versión de 1885 se tienen tres Ediciones:

Edición Gutmann (publicada en 1885). Tras el estreno en 1884 con algunos cambios, antes de esta publicación. Posiblemente Nikisch, Franz Schalk y Ferdinand Löwe influyeron significativamente en esta edición, siendo discutible hasta qué punto tales cambios fueron autorizados por Bruckner. Las modificaciones se refieren principalmente a tempo y orquestación.

Edición Haas (publicada en 1944). Robert Haas intentó eliminar las influencias de Nikisch, Schalk y Löwe, para recuperar el concepto original de Bruckner. Para ello, utilizó material procedente del autógrafo de 1883, que ya incluye cambios posteriores. El cambio más evidente en esta edición es la ausencia de platillos, triángulo y timbales en el clímax del movimiento lento argumentando Haas que Bruckner había decidido posteriormente eliminarlos.

Edición Nowak (publicada en 1954). Leopold Nowak mantiene la mayor parte de los cambios de la edición de 1885, incluyendo la percusión en el tiempo lento; las indicaciones de tiempo de la edición de Gutmann, pero poniéndolas entre corchetes. Algunos directores omiten el golpe de platillos en el tiempo lento, siguiendo los criterios de Haas. No es el caso de esta recreación del maestro Giulini que conserva platillos, triángulo y timbales en el clímax del movimiento lento dotándolo así de un empuje y fuerza realmente impresionantes.

Una recreación musical realmente maravillosa y asombrosa, con un tratamiento sencillamente insuperable de los bloques temáticos del primer movimiento con su imponente energía y tensión, su luminosidad y su precioso melodismo, su ritmicidad y su precioso figuralismo. En el imponente Adagio Giulini nos construye una monumental e intensa oda fúnebre, sublime, con unas cuerdas graves poderosas y unas tubas evocadores y profundamente bellas enlazando dos temas que conforme son re-expuestos van aumentando en su intensidad por su desarrollo y amplificación hasta llevarnos a momentos realmente sublimes de emoción. En este segundo movimiento la personalidad de Giulini, su carácter, su humanidad y su arte se despliega en todo su esplendor acompañando a una Filarmónica de Viena realmente indescriptible. una hermosa página musical queridos amigos. El Scherzo se nos presenta como un verdadero ejercicio de ritmo, con una dinámica robusta, intensa y poderosa compensada de manera sencilla con la dulzura y danzabilidad lírica con un sencillo tema pleno de nostalgia inmerso en su desarrollo. El movimiento final es una verdadera maravilla de poder inmenso de conmover. Preciosos temas mantenidos en unas cuerdas bellísimas, un ritmo imponente, unas referencias preciosas al tema inicial del primer movimiento, un coral cromático soberbio, unos tuttis plenos, poderosos, dinámicos e impactantes y un final a modo de peroración maravillosa de ambos temas constructivos que nos deja un punto de majestuosidad difícilmente superable.

Una verdadera delicia de obra y de recreación por parte de Giulini, sencillo, con sabio manejo de la masa de cuerdas vienesa, por otro lado maravillosa, con detalles marcados en momentos realmente sublimes y con algo más y especial, con un discurso global que nos lleva de principio a fin por senderos luminosos y claros de belleza musical expuesta con una simplicidad y transparencia como pocas veces se ha logrado.

Espero que disfruten de este hermoso disco y pequeño homenaje a la par a un maestro que aportó a la música su propia vida. 



Bruckner
Sinfonía nº 7
Carlo María Giulini
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabación: Viena, Musikverein, Grosser Sal, junio de 1986
Versión de 1885 en Edición de Leopold Nowak, 1954








jueves, 1 de mayo de 2014

Bruckner. Sinfonía nº 4. Haitink. Concertgebouw Orchestra Amsterdam. 1965.


Queridos amigos, retornamos Sentidos con esta preciosa entrada dedicada al que, lo reconozco, cada vez más me parece uno de los más grandes genios musicales de la historia, Anton Bruckner. Y lo hacemos con la que quizá, y decirlo es algo realmente difícil y complicado, es la más bella de sus obras sinfónicas, la hermosa, limpia, luminosa, majestuosa y emotiva Cuarta Sinfonía.

Una obra de no tan magno tamaño o complejidad como las sinfonías séptima u octava pero que al igual que me pasa con la sexta, cada vez que la escucho siento un vuelco en el corazón, un remolino de pasiones y emociones se desata y me deja tocado en lo más profundo de mi ser. Es una obra que tiene un poder de seducción increíble, una obra con la que acercarse a la música del maestro austriaco resulta no ya sólo fácil sino atractivo y emocionante.

Obras escrita en 1874 y revisada por el maestro en sucesivas ocasiones hasta 1888; fue dedicada al Príncipe Konstantin de Hohenlohe-Schillingsfürst y su estreno tuvo lugar en Viena, bajo la dirección del maestro Hans Richter, con gran éxito. Hoy sigue siendo una de las sinfonías más populares y conocidas de nuestro querido Bruckner.

Y en el disco que hoy dejamos podremos disfrutar de una hermosa forma de plasmar la música bruckneriana. Por la excelsa dirección del maestro Haitink, verdadero genio en esto de Bruckner, y por esa orquesta portentosa, de una sonoridad embriagadora, dulce y exquisita que es el Concertgebouw. Una asociación que ha dado verdaderos monumentos fonográficos y que quizá en Mahler y Bruckner sea donde más se puede expresar la magia de dicha unión. 

La música fluye de manera realmente ágil, de un sólo trazo, sin fisuras, en un discurso claro, continuado, repleto de sencilla hermosura y pleno de algo realmente complejo que no es más que la facilidad en el desbrozar la arquitectura musical bruckneriana. Si a ello queridos amigos le sumamos un especiado delicioso en forma de exquisitas sonoridades en las cuerdas, en los metales, en las mágicas maderas, sonoridades que quizá pocas orquestas en el mundo puedan ofrecer, estamos ante un verdadero placer musical.

Espero que disfruten de esta recreación de la Cuarta Sinfonía del maestro Bruckner. Una preciosa obra para deleitarse en el inmenso mundo de sonoridades y sentidos brucknerianos. Un registro maravilloso. PAra el corazón y el goce del alma.



Bruckner
Sinfonía nº 4
Bernard Haitink
Concertgebouw Orchestra Amsterdam

Grabación:
Concertgebouw, Amsterdam, 10 a 12 de mayo de 1965
Versión de 1881 (1878/80) en Edición de Robert Haas de 1936