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sábado, 30 de noviembre de 2013

Recordando a Wilhelm Furtwängler (25 de enero de 1886, Berlín – 30 de noviembre de 1954, Baden-Baden). Wagner. Furtwängler. Orquesta Filarmónica de Viena. Philharmonia Orchestra. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1938 a 1954.


Mis queridos amigos. Hoy me gustaría dejar este doble disco en homenaje a mi querido y admirado Wilhelm Furtwängler del que se cumplen años de su fallecimiento.

Un director que para mí representa la esencia de la música, la forma más elegante, intensa, expresiva, grande y emotiva de transmitir su profundo contenido musical y humano. Una persona intensa, compleja, de profundo poso humano y emocional al que le tocó vivir, igual que a otros muchos, una de las peores etapas de su país y de la historia de la humanidad.

Pasados los años cada vez es mayor mi pasión ante su arte directorial, mi admiración al finalizar la escucha de cualquiera de sus discos, mi profunda conmoción emocional con sus interpretaciones de mis más admirados compositores, Beethoven y Bruckner.

En este nuestro espacio ya hemos ido dejando pinceladas variadas sobre su arte, sus interpretaciones, alguna de sus obras y su vida. Hoy es momento de rendir un humilde homenaje recordando a quien defendió la Música por encima de cualquier otra cosa y a quien entregó a la música su cultura, conocimiento y humanidad para hacer de ella un instrumento cultural, social y humano de un valor extraordinario. Los años no pueden con su fuerza, su maestría, su pasión, su intensidad o su expresividad. Los años le dan valor, más y más valor conforme van pasando tanto en el devenir temporal como por nuestras vidas.

Muchas gracias Maestro. Es único, irrepetible e incomparable. Es la expresión más cercana de lo que para mí representa el acto único de la creación musical. 

Siempre lo recordaremos, siempre.

Aprovechemos hoy para recordar al gran Furtwängler llevando de la mano la bellísima música de su muy estimado Wagner. Música sobrehumana, incandescente, superior, intensísima, de otra dimensión. Música para un gran momento.

Que disfruten.



Wagner
Wilhelm Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Viena (OFV)
Philharmonia Orchestra (PO)
Orquesta Filarmónica de Berlín (OFB)
Kirsten Flagstad, soprano *

CD 1

1. Tannhäuser , Obertura.
2. Lohengrin, Acto 1º, Preludio.
Die Walküre:
3. Acto 3º, Walkürenritt (Cabalgada de las Walkyrias).
4. Götterdämmerung, Preludio, Siegfrieds Rheinfahrt (Viaje de Siegfried sobre el Rhin).
5. Acto 3º, Siegfrieds Trauermarsch (Marcha Fúnebre de Siegfried).
6. Acto 3º, Starke Scheite schichtet mir dort (Brünnhilde), (Inmolación de Brünnhilde).*

OFV, 1 a 5.
PO, 6.


CD 2

1. Der fliegende Holländer, Obertura.
Tristan und Isolde:
2. Acto 1º, Preludio.
3. Acto 3º, Liebestod (Muerte de Isolde).
Die Meistersinger von Nürnberg:
4. Acto 1º, Preludio.
5. Acto 3º, Preludio.
6. Acto 3º, Tanz der Lehrbuben (Danza de los Aprendices).
Parsifal:
7. Acto 1, Preludio.
8. Acto 3º, Karfreitagzauber (Encantamiento del Viernes Santo).

OFV, 1, 4, 5 y 6.
OFB, 2, 3, 7 y 8.

Grabaciones

CD 1:

1, Viena, Musikvereinssaal, 2 y 3 de diciembre de 1952.
2. Viena, Musikvereinssaal, 4 de marzo de 1954.
3. Viena, Musikvereinssaal, 31 de marzo de 1949.
4 y 5. Viena, Musikvereinssaal, 8 y 2 de marzo de 1954.
6. Londres, Kingsway Hall, 23 de junio de 1952.

CD 2:

1, Viena, Musikvereinssaal,  30 y 31 de marzo de 1949.
2 y 3, Berlín, 11 de febrero de 1938.
4, Viena, Musikvereinssaal, 1 al 4 de abril de 1949.
5, Viena, Musikvereinssaal, 1 de febrero de 1950.
6, Viena, Musikvereinssaal, 4 de abril de 1949.
7 y 8, Berlín, 15 de marzo de 1938.













miércoles, 27 de noviembre de 2013

27 de noviembre de 2013. Mi cumpleaños. Un "Disco Fantástico" para un "Día Fantástico". Liszt. Transcripción para Piano de la Sinfonía Fantástica de Berlioz. Idil Biret. Piano. 1992.


Mis queridos amigos. Se me permita este pequeño acto de orgullo para celebrar con todos ustedes un día, ayer lo recordaba nuestro amigo Jose, especial. Mi cumpleaños. 48 añitos.

Un día el de hoy con muchísimos motivos de felicidad pues he podido apreciar algo que no tiene forma de medirse. El cariño.

Les dejo a todos un disco que merecería más comentarios por mi parte pero que cuando lo escuchen los podrán hacer, estoy convencido de ello, con una sensación de enorme placer.

Muchas gracias a todos.

Esperemos seguir celebrando más días como el de hoy. Aumentaremos el numerito pero eso será buena señal, jejeje.

Que disfruten de esta "Fantástica". Hoy es el calificativo que tengo que dar a lo vivido.



Liszt
Sinfonía Fantástica de Berlioz
Transcripción para Piano de Liszt de 1833
Idil Biret, piano

Grabación:
Auditorio Clara Wieck, Heidelberg, junio de 1992







lunes, 25 de noviembre de 2013

En Memoria de un Pianista. Wilhelm Kempff. Schubert. Piano Sonata D 960. Impromptus D 899, nº 3 y nº 2. Momentos Musicales D 780, nº 2 y nº 5. Impromptus D 935, nº 3. 1965 y 1967.


Mis queridos amigos, en el día de hoy nada más que rendir un sencillo homenaje a uno de los más grandes pianistas del pasado siglo XX: Wilhelm Kempff. 

Un pianista de la generación de los grandes pianistas objetivistas germánicos nacidos en las postrimerías del siglo XIX, ni más ni menos que nombres como el austriaco Artur Schnabel (1882-1951), el alemán Wilhelm Backhaus (1884-1969) y el suizo Edwin Fischer (1886-1960).

Nombres que han dado a la música en general y al piano en particular un valor incalculable y que hoy es justo apreciar, por su musicalidad, su entrega a la fidelidad de la obra, su estudio permanente de las formas interpretativas, su pasión, su amplísimo bagaje humano e intelectual. Un poquito más joven que ellos Kempff representa un ejemplo claro de autoexigencia en la interpretación, de claridad en la expresión, de suavidad y cantabilidad de la misma lo que llevó no muchas veces a calificarlo de "excesivamente" prudente en sus aproximaciones a las obras. 


Pero nada más lejos de la realidad, Kempff interpreta con el corazón, con pasión y con cierto grado de contención expresiva para evitar los excesos que no van con su carácter ni su formación. Un pianista apolíneo, centrado en la búsqueda de la limpieza y pulcritud del toque y en el intento permanente de evitar los extremos tanto en las dinámicas como en la elección de los tempi. Muchas veces nos puede parecer lento o poco poderoso, pero mis queridos amigos cuando uno se adentra en su mundo sonoro escucha un piano de una prodigiosa técnica que es percutido con cincel de maestro artesano que sabe pulir las aristas hasta lograr la belleza suprema y siempre, al menos a mí me pasa en cada escucha, es capaz transmitir un sentido profundo, místico o hasta “religioso” a cada una de las obras que interpretaba llevándote a un absoluto estado de placer que difícilmente podrán escuchar en algún otro intérprete.

Enorme pedagogo, gran compositor, persona de amplia cultura y formación humanística, todas esas facetas las llevó a cabo a lo largo de su dilatada vida y todas ellas en mayor o menor medida tienen su pequeña influencia en su interpretación, una interpretación intimista, cálida, elocuente, lírica y espontáneamente hermosa.

No les quiero aburrir más. Comentarles simplemente que el disco que dejamos esta noche es una verdadera joya. Quizá sea uno de los pocos disco de piezas musicales de piano que haya logrado impactarme y emocionarme de manera tan profunda. Serán las obras de mi amado Schubert la que lo hacen posible, desde luego, pero la vida de las mismas las da un caballero del piano, un señor de la emoción. Sólo basta escuchar la impresionante recreación de esa maravillosa Sonata D 960 para que puedan entenderlo (absolutamente irrepetible e inconmensurable, capaz de llevar tu corazón y emoción a un estado de casi coma emocional). Y si con ella no han tenido bastante carga emocional sigan con esos Impromptus maravillosos y esos Momentos Musicales de excepción.



Un festival de piano, de vida, de emotividad y de enorme carga sentimental; de belleza absoluta y de arte en su más puro significado.

Que disfruten del maestro Schubert de la mano de ese otro gran caballero y maestro que fue Wilhelm Kempff.


Schubert 

Piano Sonata D 960
Impromptus D 899, nº 3 y nº 2
Momentos Musicales D 780, nº 2 y nº 5
Impromptus D 935, nº 3

Wilhelm Kempff, piano

Grabaciones:

Hannover, Beethovensaal

Piano Sonata D 960, enero de 1967
Impromptus D 899, nº 3 y nº 2, septiembre de 1965
Momentos Musicales D 780, nº 2 y nº 5, agosto de 1967
Impromptus D 935, nº 3, septiembre de 1965










domingo, 24 de noviembre de 2013

Un Disco para soñar y emocionar. Grieg. Piezas Líricas. Gilels. 1974.


Mis queridos amigos, esta noche quisiera dejar para disfrute de todos un precioso disco lleno de verdaderas joyas musicales en miniatura, lleno de belleza, ensoñación, lirismo, frescura y emotividad. 

Un disco grabado por ese genio del piano que fue Emil Gilels, uno de los más grandes de toda la historia, un pianista que aunaba la fuerza y la intensidad con la delicadeza y dulzura todo ello unido en un ser humano de altura enorme y de sentimiento aún mas grande. Un verdadero titán del piano que en estas piezas, elegidas por él mismo para la grabación del disco nos deja ver su lado más fino, intuitivo, fresco y delicado de su arte.

Gilels amaba esta música, que por otra parte descubrió siendo ya un pianista de renombre y fama. Las adoraba y respetaba y las trabajaba como verdadero orfebre del piano que busca en cada una de ellas sacar su máximo valor expresivo, su mayor intensidad poética, su más profunda intimidad emocional y lírica y llevar con ellas al ideal de expresar la voz íntima del deseo de Grieg inmerso en estas preciosas piezas.

Grieg fue trabajando en ellas a lo largo de los años y fue adaptando a ellas sus nuevas ideas y sus nuevos conocimientos, desde las inspiraciones iniciales en Schumann, conocimientos y experiencias derivados de la misma esencia de su patria, de sus encuentros con las novedades de Liszt, de Fauré o de Debussy. Logra así Grieg unas piezas que amén del lirismo que les da título, nos llena de belleza sencilla, de cromatismo, armonía, frescura y diversidad sin perder de vista su capacidad de impresión sonora, de conmover y de entusiasmar.


Un disco verdaderamente bonito para soñar, pensar, evadirse u relajarse y fundamentalmente para disfrutar de una hermosísima música. Gilels, sencillamente lo borda y como curiosidad indicarles que para este proyecto el mismo Gilels exigió de seis a siete sesiones de grabación hasta lograr la perfección buscada en su mente que no era otra que la verdad de los sentimientos, de los del propio Grieg y los del mismo Gilels.

Un verdadero regalo desde las manos y el corazón de un pianista de excepción.

Que lo disfruten mis queridos amigos.



Grieg
Piezas Líricas
Emil Gilels, piano

Grabación:
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, junio de 1974

Contenido:

1. Arietta. Lyric Pieces, Op.12 nº 1
2. Berceuse. Lyric Pieces, op.38 nº 1
3. nº 1. Schmetterling (Mariposa). Lyric Pieces III, Op.43
4. nº 2. Einsamer Wanderer (Viajero solitario). Lyric Pieces III, Op.43
5. nº. 2. Albumblatt. Lyric Pieces IV, Op.47
6. nº. 3. Melodie. Lyric Pieces IV, Op.47
7. nº 4. Norwegischer Tanz: Halling. Lyric Pieces IV, Op.47
8. nº 4. Notturno. Lyric Pieces, Op.54
9. nº 5. Scherzo. Lyric Pieces, Op.54
10. nº 6. Heimweh (Nostalgia). Lyric Pieces, op.57
11. nº. 4 Bächlein (Riachuelo). Lyric Pieces VII, Op.62
12. nº. 6 Heimwärts (De vuelta a Casa). Lyric Pieces VII, Op.62
13. nº 5. Im Balladenton (Balada). Lyric Pieces, op.65
14. nº 2. Grossmutters Menuet (Menuet de la Abuela). Lyric Pieces, op.68
15. nº 3. Zu deinen Füssen (A tus pies). Lyric Pieces, op.68
16. nº 5. An der Wiege (En la Cuna). Lyric Pieces, op.68
17. nº 1. Es war einmal (Érase una vez). Lyric Pieces Op.71
18. nº 3. Kobold (Duende). Lyric Pieces Op.71
19. nº 6. Vorüber (Pasado). Lyric Pieces Op.71
20. nº 7. Nachklänge (Recuerdos). Lyric Pieces Op.71











viernes, 22 de noviembre de 2013

¡Feliz Día de Santa Cecilia! Beethoven. Integral Sinfónica. Jochum. DG. 1952 a 1961.


Mis queridos amigos, hoy Día de Santa Cecilia celebramos la festividad de la Música. Un día precioso para felicitarnos todos, ni más ni menos (que es mucho) por poder celebrar algo tan hermoso y que a todos nos llena de vida y energía, celebrar nuestra afición y nuestra pasión, celebrar la Música. 

Con ella podemos sentir todo, podemos imaginar todo, podemos expresar todo. Algo tan etéreo y complejo que cuando recibe vida es capaz de entregarnos todo. Variada y universal, de todos y para todos. 

Gracias a todos aquellos que nos han dado música, a los que trabajan en ella y a los que disfrutan con ella. Todos ellos son parte de este precioso tesoro del que podemos gozar. 

Espero que esta entrega sirva para que disfrutemos hoy un poquito más de nuestra vida, una vida que para los que amamos la música estaría incompleta sin ella.

Feliz Día de Santa Cecilia. Por la Música, para todos y por todos.

Que disfruten de esta hermosísima entrega, un pequeño regalo que merece la pena saborear con paciencia y atención. Un músico, Beethoven, que quizá sea el más reconocido de todos los que hayan existido, unas obras que las mires por donde las mires siempre te sorprenden y te dan nuevas y diferentes sensaciones y emociones. Un director, Jochum, que quizá represente como pocos la pasión por un arte al que entregó su vida.

Realmente memorable y sensacional. Un todo en el que se pueden experimentar todas las sensaciones posibles, una música que tiene siempre un lugar y un momento en nuestro corazón y en nuestra vida, un monumento musical y humano con el que siempre nos podemos reconfortar y reconciliar con nosotros mismos y con lo que nos rodea. Belleza, sensibilidad, dulzura, energía, ímpetu, serenidad, fuerza, tristeza, humor, lamento, esperanza, confianza. 

Disfruten de todos sus detalles, matices y sensaciones y háganlas suyas cuando y como les apetezca. Siempre las tendrán ahí, junto a sus corazones y pensamientos.

Dedicado en especial y con todo mi amor a un músico muy especial que sabe dar y entregar todo a través de este arte al que quiere y con el que "quiere". Un músico que por encima de cualquiera otra cosa tiene dentro de él todo lo que la Música le ha dado y que entrega de manera permanente y que además seguirá, poco a poco como las cosas buenas, entregando de manera cada vez más desinteresada, libre, sencilla y de manera inapreciable para él e indescriptible para todos los que le rodean, le quieren, le respetan y le aman de corazón.

Para él, que en la fuerza arrolladora de la juventud no reposada aún en el tiempo se impulsa con descaro y atrevimiento; para él que impulsado por sus ideales es capaz de plantar cara a cualquier entidad, poder o situación que se presente; para él que una vez pasado lo anterior se siente lanzado por la energía incontenible de una madurez por llegar y que sigue adelante en el viaje de sensaciones poderosas de su ya fuerte personalidad; para él que descansa apaciblemente con la conciencia tranquila de la labor cumplida, para él que merece el reposo y la serenidad de un espíritu atormentado o cansado; para él, que con renovados bríos se lanza de nuevo a defender su posición y a demostrar que la vida sigue siendo preciosa y merecedora de las mayores festividades y alabanzas; para él, que ya libre se siente capaz de dar de nuevo todo lo que simplemente le apetece, porque sí y por supuesto para él que da a los demás su ser, su amor, su entrega, su corazón, su confianza y su interior con el pleno y cierto conocimiento de decir la verdad y con fe ciega, a veces obnubilada por su profundo ser interior, en aquello que le rodea y con lo que convive, eso que se llama Humanidad y que no son más que personas.




Beethoven
Intergal Sinfónica
Oberturas

Eugen Jochum
Grabaciones DG

Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera (OSRB)
Coro Sinfónico de la Radio de Baviera (CRB)
Orquesta Filarmónica de Berlín (OFB)

Clara Ebers, soprano
Gertrude Pitzinger, contralto
Walther Ludwig, tenor
Ferdinand Frantz, bajo

Grabaciones:

1: OSRB, Münchner, Herkules-Saal, 3 y 5 de abril de 1959
2: OFB, Berlín, Jesus-Christus-Kirche, 27, 28 y 31 de enero de 1958
3: OFB, mono, Berlín, Jesus-Christus-Kirche, del 1 al 5 y 7 de febrero de 1954
4: OFB, Berlín, Jesus-Christus-Kirche, 26, 30 y 31 de enero de 1961
5: OSRB, Münchner, Herkules-Saal, del 25 al 27 de abril de 1959
6: OFB, mono, Berlín, Jesus-Christus-Kirche, 9, 10, 12, 13 y 16 de noviembre de 1954
7: OFB, mono, Berlín, Jesus-Christus-Kirche, del 12 al 14 de noviembre de 1952
8: OFB, Berlín, Jesus-Christus-Kirche, 30 de abril, 2 y 5 de mayo de 1958
9: OS y Coro RB, mono, Münchner, Himmelfahrtskirche, 24 al 26 y 29 de noviembre y 1 y 2 de diciembre de 1952


Fidelio: OSRB, Münchner, Herkules-Saal, 27 de abril de 1959
Leonore II: OFB, Berlín, Jesus-Christus-Kirche, 25 y 26 de enero de 1961
Die Ruinen von Aten: OSRB, Münchner, Herkules-Saal, 3 de octubre de 1958
Die Geschöpfe des Prometheus: OSRB, Münchner, Herkules-Saal, 3 de octubre de 1958














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martes, 19 de noviembre de 2013

Felicidades Maestro Ormandy. 18 de noviembre de 1899. Brahms. Sinfonía nº 4. Strauss. Don Juan. Webern. Im Sommerwind. Dmitri Kabalevsky. Obertura Colas Breugnon. Rachmaninov. Sinfonía nº 2. Sibelius. Lemminkäinen's Return. Ormandy. Philadelphia Orchestra. Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. 1967. 1959. 1963. 1965. 1973. 1978.


Mis queridos amigos, esta noche es especial. Una noche en la que sencillamente quiero rendir homenaje, un humilde pero sentido homenajes, a uno de los más grandes directores del pasado siglo XX y de la historia de la música en general: Eugene Ormandy.

Un señor músico que me enseñó a apreciar la belleza del sonido, a disfrutar con la inmediatez de sus interpretaciones, a gozar del placer sencillo de una audición fresca, viva y dinámica. Un director dotado de un extraordinario sentido del equilibrio musical, de un talento innato para la transmisión de sensaciones a través de sus recreaciones musicales. Recreaciones siempre vívidas, impactantes, llenas de energía, de fuerza y de vitalidad sin dejar de lado la precisión, la extraordinaria atención al detalle instrumental para lograr un conjunto empastado, unificado, de una sóla voz.

Educado en esa fuente extraordinaria de músicos que fue el conservatorio de Budapest, Ormandy emigró muy joven a EEUU donde tras sus trabajos iniciales como violinista, su paso por la dirección de la Capitol Theater Orchestra (agrupación dedicada a poner música a as películas mudas) y su enorme trabajo en la Orquesta Sinfónica de Minneapolis en la que permaneció hasta 1936 pasa a ocupar el puesto de director, de la Orquesta de Filadelfia, en principio compartiendo tarea con otro de los grandes, Leopold Stokowski, y posteriormente nombrado único director titular de la misma hasta el año 1980. 44 años de dedicación a una formación a la que, si bien gozaba ya de un peculiar y preciso sonido "Stokowski", dotó de su peculiar forma de interpretar la música: precisión, viveza, franqueza, agilidad, sencillez, calidez y brillantez. Con "su" orquesta ya había comenzado a trabajar desde 1930 en que dirigió los conciertos de verano de la Orquesta y al año siguiente, 1931, tuvo la oportunidad de reemplazar en tres ocasiones al director italiano Arturo Toscanini al frente de la citada agrupación hasta que poco después pasa como decíamos a acompañar a Stokowski en las tareas de la agrupación.


Ormandy fue gran director sinfónico, un elegante, preciso y sensible acompañante en los conciertos con solista. Logró mantener estrecha colaboración con artistas de la talla de los pianistas Arthur Rubinstein, Emil Gilels, Van Cliburn, Robert Casadesus y Rudolf Serkin; los violinistas David Oistrakh, Isaac Stern y Itzhak Perlman y los violonchelistas Leonard Rose y Emanuel Feuermann, entre otros muchos. Siempre les conducía con finura, saber estar, decisión, plasticidad y adaptabilidad al concepto musical propio de cada uno de ellos sin dejar de tener en mente la obra interpretada.

Director franco e impulsivo, combinaba virtuosismo y perfeccionismo en sus recreaciones musicales y siempre las dotaba de un impulso enormemente atractivo, un impulso que se siente en sus grabaciones de inmediato. Y en la muestra que se recogen en este doble disco podemos admirar muchas de estas virtudes.


Un Brahms desprovisto de exceso de peso, ligero y fresco, de interpretación perfecta, fascinante y profundo. Nunca en el sentido de los grandes maestros germanos, franceses o austriacos pero muy en la línea de los "compatriotas" europeos exiliados en USA. Un Brahms lírica, relativamente ligero, bien articulado con enorme flexibilidad y dotado de un intenso poder de convencimiento.

Un Strauss realmente para quitarse el sombrero, extraordinario, de dinámica intensísima, con una tensión asombrosa, de enorme expresividad y por supuesto de una brillantez musical realmente incomparable (no dejen de apreciar la maravillosa dirección que Ormandy hace a los extraordinarios músicos bávaros).


Igualmente podemos decir que incomparable y bellísima resulta la preciosa obra, llena de matices postrománticos e impresionistas de un Webern desconocido, maestro extraordinario que crea una orquestación de enorme poder de seducción en una obra de "fácil" audición (hablamos de Webern). Realmente impresionante, bella, riquísima de matices, sonoridades y colores. Una verdadera maravilla. 

Igualmente sensacional se nos deja la oportunidad de escuchar esa pequeña obertura del maestro Kabalevsky, obra espectacular, impresionante, sencillamente bella que en la época tuvo escasa repercusión quitando las interpretaciones locales y las de los maestros Toscanini o Reiner.

Y finaliza esta pequeña recopilación de obras con dos verdaderas joyas. La preciosa, sublime y mágica recreación de la partitura completa sin revisiones de la Segunda Sinfonía de Rachmaninov, un tesoro, una verdadera caja de sorpresas, una interpretación llena de poder, de enorme capacidad de seducción, pasión a raudales, magia y sensibilidad.

Mismos calificativos y palabras podemos hacer extensivas a la maravillosa recreación de la pequeña obra de Sibelius, un compositor por el que Ormandy, al igual que por Rachmaninov sentía pasión y debilidad. Una interpretación sibeliana fantástica, bellísima, preciosa.

Mis queridos amigos, poco más puedo añadirles para que puedan valorar este doble disco. Disfruten de él, es una maravilla, un tesoro que nos muestra una mínima parte del arte del gran maestro Ormandy. Ese maestro que me enseñó a disfrutar de la música sin prejuicios, con libertad de espíritu y con sencillez y humildad. A disfrutar por el mero placer de escuchar algo bello y directamente tocado desde y para el corazón. Realmente creo que van a disfrutar enormemente.

Muchas gracias maestro Ormandy. Permanecerá siempre en mis recuerdos como alguien que dotó a la música de vida y que hizo la misma más placentera.



Great Conductors - Ormandy

CD 1

Brahms, Sinfonía nº 4, Philadelphia Orchestra. Grabación, Town Hall, Philadelhia, 25 de octubre de 1967.

Strauss, Don Juan, Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. Grabación en vivo en la Kongressaal, Deutsches Museum, Munich, 12 de junio de 1959.

Webern, Im Sommerwind, Idilio para gran orquesta, Philadelphia Orchestra. Primera grabación mundial realizada en Town Hall, Philadelhia, 17 de febrero de 1963.

CD2

Dmitri Kabalevsky, Obertura Colas Breugnon, Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. Grabación en vivo en el Studio P1 de la Radio de Baviera, Munich, 15 de noviembre de 1965.

Rachmaninov, Sinfonía nº 2, Philadelphia Orchestra. Grabación, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 18 y 19 de diciembre de 1973.

Sibelius, Lemminkäinen's Return, Philadelphia Orchestra. Grabación, The Old Met, Philadelphia, 20 de febrero de 1978.








CD 1



CD 2




jueves, 14 de noviembre de 2013

Felicidades Maestro Copland. 14 de noviembre de 1900. Copland. Sinfonía nº 3. Sinfonía para Órgano y Orquesta. Bernstein, Orquesta Filarmónica de New York. 1966. 1967.


Mis queridos amigos, esta noche tengo el placer, verdadero placer, de dejar para disfrute general un precioso disco con el que aprovechamos para rendir un pequeño homenaje a uno de los mayores músicos del pasado siglo XX, mi bien querido, respetado y adorado Aaron Copland.

Copland representó para mí en mis inicios a la apreciación de la música clásica una verdadera piedra de toque para mis sentidos y mis capacidades de escucha. En esa aventura de la que ya se van a cumplir bastantes años, su música ha estado asociada casi siempre a su buen discípulo y amigo Leonard Bernstein cosa que logró que mi acercamiento al entendimiento y disfrute de la misma fuera bastante más fácil de lo esperado. Cuando no era Lenny el que interpretaba sus obras me remitía siempre a las interpretaciones del propio Copland que aún no siendo de la misma profundidad emocional ni del mismo valor técnico eran de un enorme atractivo musical.

Siempre he mantenido esa asociación y quizá he perdido la posibilidad de escuchar otras aproximaciones a la música de ese gran revolucionario norteamericano que fue Copland. Poco a poco aprendí a disfrutar de su música de cámara y fundamentalmente de su piano, un pianos realmente hermoso, bello y difícil, pero por encima de todo dotado de un enorme poder de seducción.

Y algo semejante pasa con las obras presentadas en este soberbio disco, un disco realmente referente en la discografía de Copland (bastante más fresco, vital, desgarrado y libre que el posterior que el mismo Lenny grabó para DG). Un Copland al que muchos califican de Gran Padre de la música norteamericana, yo quizá no me atrevo a tanto pues en su época destacaba o empezaba a despuntar una pléyade de figuras inquietas, radicales, como las de Roy Harris, William Schuman, Peter Mennin, David Diamond, Walter Piston o el propio Lenny. Figuras todas ellas que pretendían crear un nuevo y propio lenguaje musical americano. Quizá de entre todas ellas la de Copland destaca por su inquietud permanente desde sus años parisinos, su disconformidad con la "simplificación" que se hacía con la música en el ámbito francés, la complacencia con la que se trataban las enormes posibilidades de la polirritmia del jazz o su concepción profunda de una música que debía cambiar para aprovechar todas las posibilidades que se habrían en su país alejado de las corrientes algo anquilosadas de las leyes francesas, alemanas o italianas en la música.


Con todo ello en mente es en el año de 1924 cuando Nadia Boulanger,que había sido su maestra durante un período de dos años en Francia, quien le pide que escriba una obra para órgano y orquesta que debía ser
estrenada en su próxima gira por América del Norte. Copland a su regreso a EEUU se pone a trabajar duro en una composición en la que tiene una difícil tarea y unas elevadas complejidades. Se enfrenta a un camino tortuoso y difícil de recorrer. No conocía ni había escuchado escuchado su propia forma de orquestar, ni tampoco, como confiesa, conocía el órgano más allá de una forma superficial. No había trabajado las grandes formas sinfónicas ni se había enfrentado a la rígida disciplina de una composición de tal envergadura. Copland eligió quizá el camino más difícil: adoptar el papel de "enfant terrible" de la música nacional. A pesar de todo ello su composición que se estrenó el 11 de enero de 1925 con la misma Nadia Boulanger al órgano acompañada por la Orquesta Filarmónica de Nueva York bajo la dirección de Walter Damrosch fue calificada por el mismo director como algo "demencial" (en tono sarcástico, vino a decir que quien compone algo así con 23 años en un periodo de cinco años más podrá cometer un crimen) y tuvo una acogida que podemos calificar de "sorprendente" para el público de aquella época. Pero como indicaba para el mismo Copland seguía siendo una obra demasiado clásica y atada a las normas imperantes. En el año 1928 era revisada y transformada en su Sinfonía nº 1 con la eliminación de la parte de órgano.

En cualquier caso y sirviendo estas notas como simples pinceladas de lo que la mente de Copland tenía en su recámara, debemos decir que resulta una composición chocante pero manteniendo un tono europeo que resulta realmente bello y en la que ya se pueden vislumbrar las ideas ulteriores de Copland en cuanto a la generación de su propio lenguaje y de un lenguaje más propiamente americano.


La Sinfonía nº 3 de Copland tiene su génesis en el encargo realizado por la Fundación Koussevitzky en el año 1946. Copland ya ha madurado bastante su lenguaje y nos da una muestra realmente impresionante de una composición que aglutina las grandes fuentes folclóricas americanas, los ballets musicales del propio compositor, los secretos del jazz, los preciosos juegos de citaciones de microtemas, las referencias a Mahler o Shostakovich en amplitud temática y en la elaboración general de la obra como un monumento único, amplio, poderoso y brillante. Un tono general de de heroísmo, magnificiencia, dignidad, majestuosidad y una pizca de revolución y agitación recorren la obra. Una obra amplia, colosal en instrumentación en la que vamos descubriendo diversos y bellos temas sabiamente armonizados y enlazados (precioso tema retomado y modificado el de su Fanfarría para un Hombre corriente), temas y ánimos que van desde lo feliz y animado del folclore a lo ensoñador y delicado de los pasajes más "europeos" pasando por la majestuosidad y la ruptura de la misma con estridencias sorprendentes. Una obra realmente sensacional, sorprendente, revolucionaria e impactante. Una verdadera obra de arte que se estrenó el 18 de octubre de 1946 , por la Orquesta Sinfónica de Boston bajo la dirección de su titular Serge Koussevitzky.


Queridos amigos, quizá esta entrada les pueda parecer extraña y diferente pero no es más que la pasión y la maravillosa concepción y opinión que tengo de las obras presentadas, obras que siempre me han procurado un placer, difícil sí pero enorme, un estado de serenidad y de pasmosa tranquilidad tras su escucha y que siempre me han maravillado por la ejecución primorosa de Bernstein, su orquesta, una maravillosa Filarmónica de New York, y por esa intervención realmente mágica del órgano de Power Biggs.

Un disco realmente maravilloso al que siempre le tendré un particular cariño por su fácil manera de hacerme ver una música diferente de manera clara, sencilla y preciosa. Permítanme finalizar esta entrada con esta foto que ella sirva para reflejar, creo que de manera preciosa, una relación realmente maravillosa entre dos grandes genios de la música.

Va por Aaron, va por Lenny, va por su obra y su labor. Gracias a ambos. 



Copland
Sinfonía nº 3
Sinf. para Órgano y Orquesta

Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
E. Power Biggs, órgano

Grabaciones:

Sinfonía nº 3, 16 y 17 de febrero de 1966, Philharmonic Hall, now Avery Fisher Hall, Lincoln Center, New York

Sinfonía para Órgano y Orquesta, 3 de enero de 1967, Philharmonic Hall, now Avery Fisher Hall, Lincoln Center, New York