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lunes, 11 de febrero de 2013

Bruckner. Sinfonía nº 7. Karl Böhm. Orquesta Filarmónica de Viena. 1976.


Querido amigos para esta noche propongo un disco mágico, realmente único y lleno de sorpresas. LA bellísima interpretación del maestro Böhm de la Sinfonía nº 7 de Bruckner al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena. Una interpretación llena de belleza y que emana sabiduría interpretativa en cada compás. Pocos directores se han acercado de forma tan hermosa a esta muy famosa obra de Bruckner, pocos.

En este espacio ya hemos dejado muestras del arte de Böhm dirigiendo a Bruckner con dos ejemplos que pueden considerarse están en la cumbre de las interpretaciones de esas obras. Sus aproximaciones realizadas para Decca de las Sinfonías nº 3 y nº 4 son excelsas, mágicas y bellas donde las haya.

Ya en aquellas entradas comentaba que: "La maestría de Böhm, formado en las fuentes clásica de la dirección, y su dominio de la obra de Mozart o Strauss está intachablemente traspasada a la lectura de la obra de Bruckner." Y añadíamos "...logra extraer de todo el conjunto de la orquesta un empaste, una unidad y un sonido increíblemente bello así como de todos y cada uno de los solistas de la misma un virtuosismo y unos matices sonoros espectaculares. Es como si realizara una disección artística de la obra, una disección de artesano no una autopsia sino una taxidermia preciosa y llena de vida."



Repetiría las mismas palabras a pesar de parecer pesado. Pero es cierto queridos amigos, Böhm logra una traducción de los pentagramas de Bruckner realmente asombrosa y llena de delicadeza, cuajada de detalles, amplia y seductora, con recreación en los matices y en el discurso global de la obra acentuando los más bellos detalles que puedan existir en ella y exprimiendo todo su valor musical y emocional. No hay opulencia marcada, existe la justa para dar la intensidad que la partitura requiere; no sobrecarga los oídos con un volumen estridente y chirriante; es lo contrario, manipula el mismo con suavidad de terciopelo, acariciando cada nota, cada frase, cada tema con un aceite mágico que pareciera dar vida y alma a la música; escuchen como simple muestra el maravilloso Adagio (sin desdeñar para nada el sublime y mágico inicio del primer movimiento), sencillamente sobrecogedor y realmente impresionante. Y en el Scherzo nos muestra un Böhm ágil, fresco, dinámico y poderoso. Nada de enlentecimientos gratuitos, desarrolla la música a ritmo sensacional, sacando a relucir la brillantez de los instrumentistas vieneses de forma prodigiosa (señores, unos instrumentistas para quitase el sombrero, realmente únicos). Música juguetona, vivaz, ágil y preciosa en una estructura proverbialmente bella. Como decíamos entonces sobre el maestro "logra un sonido contundente, masivo, catedralicio, pero no sólo eso, es delicado, sutil, elegante, cantabile. Es un sonido justo a cada momento y si es fascinante escuchar el desarrollo y crecimiento progresivo de los temas de cada movimiento, su enorme majestuosidad, su dinamismo y su belleza, también lo es apreciar la delicadeza instrumental de sus pasajes más ligeros, juguetones o sencillos". Plenamente aplicable al soberbio scherzo. Y rendirmos ante el majestuoso y bellísimo desarrollo del cuarto movimiento, lleno de fuerza, intensidad, armonía, delicadeza y majestuosidad.

En definitiva una interpretación realmente digna de tener en cuenta, de las más bellas que puedan escuchar. Digno homenaje a un maestro que supo dar a Bruckner un sentido ligeramente distinto al de todos sus contemporáneos, su propio sentido y al que llenó de honda expresividad, sentimiento intenso y sabiduría en el manejo de la orquesta. Una recreación maravillosa.

Böhm interpreta la Versión de 1885 en la Edición de Nowak que mantiene la mayor parte de los cambios de la edición de 1885 de Gutmann, incluyendo la percusión en el tiempo lento y en su caso sin omitir el golpe de platillo del movimiento lento.

De forma muy resumida y para aclarar un poquito esto de las ediciones de la Séptima y en cuanto a las tres ediciones de la Versión de 1885:

Edición Gutmann (publicada en 1885)

Tras el estreno en 1884 se hicieron algunos cambios, antes de esta publicación. Está aceptado que Nikisch, Franz Schalk y Ferdinand Löwe influyeron significativamente en esta edición, pero es discutible hasta qué punto tales cambios fueron autorizados por Bruckner. Fundamentalmente, estas modificaciones se refieren a tempo y orquestación.

Edición Haas (publicada en 1944)

Robert Haas intentó eliminar las influencias de Nikisch, Schalk y Löwe, para recuperar el concepto original de Bruckner. Para ello, utilizó material procedente del autógrafo de 1883, aunque este ya incluye cambios posteriores. El cambio más evidente en esta edición es la ausencia de platillos, triángulo y timbales en el clímax del movimiento lento: Haas argumentó que Bruckner había decidido posteriormente eliminar la percusión en este punto, lo cual ha sido ampliamente discutido.

Edición Nowak (publicada en 1954)

Leopold Nowak mantuvo la mayor parte de los cambios de la edición de 1885, incluyendo la percusión en el tiempo lento. Incluyó las indicaciones de tiempo de la edición de Gutmann, pero poniéndolas entre corchetes. Aunque se incluyen en la partitura impresa, algunos directores omiten el golpe de platillos en el tiempo lento, siguiendo los criterios de Haas.

Que la disfruten.

En breve la Octava por Böhm. Otro ejemplo de lo que es hacer bella la música. Esta Séptima es un pequeño regalito en especial a Manuel José que nos habrá permitido tener en breve esa maravillosa octava de DG.



Bruckner
Sinfonía nº 7

Karl Böhm
Orquesta Filarmónica de Viena
Versión de 1885 en Edición de Leopold Nowak de 1954

Grabación, Viena, septiembre de 1976