Retomamos en esta entrada una de las últimas entregas que nos quedan del ciclo grabado por Leonard Bernstein para DG y editado en formato DVD. Otra de las cositas pendientes que nos quedaban por solocar.
En esta ocasión una preciosa y magnífica aproximación a esta bella sinfonía, a la altura de las más grandes y sinceramente creo que más lograda que la de sus ciclos en CD de Sony y DG.
La sinfonía se estrenó, bajo la dirección del compositor, en Munich el 25 de noviembre de 1901 con escaso éxito posiblemente por su dificultad técnica, su novedosa incorporación de esa voz solista final con ese carácter apacible y sereno tan diferente al resto de la obra.
En su composición Mahler aprovechó para el cuarto movimiento “Das himmlische Leben” (la Vida Celestial) que ya tenía elaborado y debía formar parte de la tercera y compuso alrededor de él el resto de esta corta pero genial obra sinfónica. Última de sus aventuras sinfónicas con los Des Knaben Wunderhorn y su mundo poético es también una de sus primeros ejemplos de simplicidad, claridad, estilo refinado y casi neoclásico en la obra de Mahler. Esto como decíamos quizá sorprendió a los oyentes viendo en ese tiempo una vuelta a los valores clásicos musicales de su Imperio Austro-Alemán.
La aproximación de Bernstein a la obra resulta francamente bonita, desde el movimiento inicial donde no encontramos un Lenny impetuoso sino muy próximo al estilo suave y sencillamente melodioso y clásico del movimiento pasando por los movimientos intermedios preciosamente interpretados con un amor inmenso, una delicadeza sublime, un tempo exacto para desgranar toda la belleza que encierran y una claridad instrumental maravillosa que permite disfrutar de cada uno de los instrumentos, de su sonoridad propia, de una manera soberbia (maravillosos solistas de esa fantástica Orquesta Filarmónica de Viena). La emoción y la profundidad de sentimiento de ese magnífico tercer movimiento es asombrosa, pone los vellos de punta, eriza tu piel y estremece el corazón. Finaliza la obra con ese cuarto movimiento genial, bellísima combinación de música, idealismo y poesía, dulcemente cantado, infantilmente enfocado y perfecto en la dicción de una magistral Edith Mathis, sublime, perfecta en el canto, en la emoción y sensibilidad necesaria transmitida a la música.
Edith Mathis-Leonard Bernstein-Orquesta Filarmónica de Viena
Una bellísima aproximación que espero disfruten con toda su alma.
Mahler
Sinfonía nº 4
Bernstein
Edith Mathis, soprano
Viena, mayo de 1972
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