Queridos amigos, preciosa entrada para disfrutar el fin de semana y para mantener en el recuerdo a nuestro querido Javier. Una obra hermosa, cargada de significado y de profundo mensaje. Una obra que siempre cala en tus sentimientos y que jamás te deja indiferente. La magna Segunda Sinfonía de Mahler en esta ocasión en manos de un mago de la dirección orquestal y un músico particularmente afecto a esta obra: Klemperer.
Klemperer, el joven Klemperer que allá por el año 1905 era el encargado de los ensayos de coro y de la orquesta en segundo plano para el concierto de la Segunda Sinfonía que daría Oskar Fried; aquel joven Klemperer que tras el disgusto inicial que se llevó de mano, o mejor de las palabras, del propio Mahler quién dijo no a la calidad de la prestación coral y del propio Klemperer tras los ensayos iniciales y que poco después, en la sala de descanso de los artistas, al recibir el elogio sincero del compositor cambió su vida para ser un representante, un testimonio vivo y un apasionado defensor de su música; aquel Klemperer está presente en este precioso registro de la obra. El Klemperer apasionado, intenso, muy intenso y enormemente profundo de sus años jóvenes emerge de nuevo en esta genial recreación al frente de los músicos bávaros pero cargado de sabiduría, de experiencia y de experiencias vitales de gran calado. Un Klemperer podemos decir que revitalizado y con una profundidad de corazón enorme.
Mahler y Fried. 8 de noviembre de 1905.
Su colaboración con la orquesta de Baviera es quizá una de las máximas alegrías que tuvo Klemperer en los años posteriores a la finalización de la II Guerra Mundial (junto a su encuentro con Legge de EMI, persona ala que jamás podremos agradecer su tarea en la música del pasado siglo XX). Una orquesta preciosista, de una formación por manos prestigiosas (querido Jochum, querido Jochum), una orquesta suntuosa y de cálido sonido capaz a la vez de ofrecer un juego instrumental individual digno de la mejor formación con la que se quiera comparar. Esa orquesta sirve a los propósitos de Klemperer para conseguir una recreación de la obra plena de vitalidad, de enorme belleza sonora, de verdadero espíritu celestial, de magia y encanto, de precisión sin frialdad y sobre todo de un fantástico y audible sentido musical y espíritu mahleriano.
Es una interpretación vitalista, de un ritmo frenético, sin suspiros, impactante. Lejos de la recreación sonora de Bernstein en el pensamiento mahleriano, lejos de la visión particular de Walter, distante también de la maravillosa profundidad de un Abbado o de un Giulini. Lejos de todos ellos pero quizá con un poquito de cada uno (aunque no coincidan en el tiempo). Klemperer consigue aquello que Mahler decía de la música. Consigue estampar en su interpretación el mundo. Llenar de experiencia y vivencia el desarrollo de la música de Mahler, llenarla de vida.Y hacerlo de una forma sorprendentemente ágil, fresca, directa, sin compromisos efectistas de cara a la galería. Traduce la música y conforme es traducida ya va plena de amor, de sentimiento y de carga emocional.
Klemperer al igual que Walter eran maestros dados a la libertad, a la expresividad, al reforzamiento del sentimiento oculto en las notas. Pero Klemperer cuyo devenir personal fue digamos que algo más complicado que el del venerado Walter y que tenía una personalidad afecta de transtorno psicológico bipolar tenía una enorme capacidad, como todos los bipolares, de impregnar de sentimiento y de alma lo que ejecutaba, de poner todo su corazón en la música que trasladaba al espacio de la creación. Un verdadero y profundo alquimista del sonido y de la pasión.
Y todas estas virtudes y particularidades de Klemperer asoman aquí y allá en esta vibrante, vital, profunda y etérea recreación de la sinfonía. Todo está puesto de manifiesto. Desde la vida hasta la muerte y la resurrección final de todo. Del hombre, de la persona, de la humanidad. Todo es vivo y vibrante, bello, alegre y hermoso pero gracias a Dios todo es finito y emocionalmente bello en su despedida. Despedida que no debe ser un fin, más bien un inicio, un bello canto al más allá, al lugar donde iremos y donde reposaremos de las ansias y pesares de este mundo. No hay medias tintas en la increíble percepción de este universo de sentimientos por parte de Klemperer.
Seguirán absolutamente entusiasmados y anodadados esta maravillosa visión de Mahler de la mano de Klemperer. Experimentarán sensaciones únicas, placenteras y de una capacidad reconciliadora sin par.
Una verdadera obra maestra, un monumento discográfico, un puntal de la música, una experiencia irrepetible. No puedo y no debo olvidar cuatro piezas fundamentales de esta marvilla: la Orquesta y Coro de Baviera, las increíbles voces e interpretaciones profundas de Harper y Baker, ambas monumentales, sublimes y la excepcional y sorprendente grabación de EMI, una joya de grabación.
Disfrútenla por favor.
Disfruta de ella querido Javier. Estás allá, seguro, allá en la armonía celestial.
Mahler Sinfonía nº 2
Klemperer
Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera
Heather Harper, soprano
Janet Baker, mezzo
Coro Sinfónico de la Radio de Baviera, Wolfgang Schubert
Grabación: Herkulessaal, Munich, 29 de enero de 1965
Muchas gracias por el archivo, siempre estoy buscando versiones de esta impresionante sinfonía de Mahler. He escuchado la otra versión de Klemperer (con la Philharmonia), pero esta no la conozco.
ResponderEliminarQuerido Luis, un placer que puedas apreciar esta hermosa grabación. Me elegro, me alegro. Ya nos dices qué te parece. Un fuerte abrazo.
EliminarSiempre he experimentado una profunda atracción por el océano inmenso de la personalidad de Gustav Mahler, sobria, melancólica, incluso atormentada, repleta de una incesante búsqueda de sentido y profundidad en el torbellino vital de la existencia. No hay duda, fue un hombre cuyo contacto cercano con la más íntima amiga del hombre -la Muerte- le hizo conocer su rostro, bebiendo de su esencia para descubrir los caminos del trascendentalismo. A sus veinte años ya sorprendía a sus interlocutores quienes se admiraban de su estilo sombrío y adusto. Y el propio Mahler, sabedor sólo él de sí mismo, así se lo hizo saber a Alma muchos años después, antes de su matrimonio: "Soy un hombre libre. Y ante todo, debo seguir siéndolo".
ResponderEliminarMe pregunto si Alma, una de las más bellas mujeres que ha puesto los pies en Viena, algún día comprendió realmente a su esposo.
Coincido contigo mi querido Julio: la Segunda de Mahler no deja indiferente a nadie. Desde los primero poderosos y agresivos acordes de la cuerda baja, nos internamos en un mundo gigantesco pero a la vez íntimo, repleto de luces y sombras, de grandeza que nace de lo pequeño. No es una simple Resurrección; es la Resurrección del Héroe.
Excelente combinación de intérpretes para una obra realmente monumental, uno de los puntos más altos de toda la Historia de la Música. Pero alabo aún más, la exquisitez de tus palabras en esta muy hermosa entrega.
Abrazos, querido Julito, de tu amigo VON PAIXAO.
Querido y estimado Paixao. Como siemre, un placer leer tus comentarios en este espacio común dedicado a intentar saciar la sed de sentimientos a través de la música. Para mi, Mahler es uno de los grandes, muy grandes. Quizá mi propio es`´iritu sea dado a captar sus sentimientos expuestos en su música, música que por otro lado me costó muchísimo asimilar. Y esta obra siempre ha sido una referencia para mi corazón y una obra unida para siempre con mi vida y muerte por circunstancias pasadas de a la vez triste y feliz recuerdo.
ResponderEliminarLas palabas, surgen del corazón. Sabes que estos medios como son los espacios, las redes, internet, dan lugar a uniones verdaderamente sinceras y profundas. Y tal y como son sentidas son colocadas aquí.
Un fuerte abrazo. spero que la disfrutes.
Klemperer siempre fue mi favorito en esta sinfonía (pero con la Philarmonia). Despues, puedo citar a Metha/Fil.Viena, Tennstedt/LPO live, Fisher/Budapest, Bernstein/NewYork en DG, Chailly/RCO.......
ResponderEliminarKlemperer aqui en Munich..... Pues siempre he sentido curiosidad ( y nunca lo he hecho) de comprobar partitura en mano si muchas de las cosas que suenan aqui y allá verdaderamente Mahler las puso en la partitura.
Klemperer, normalmente ultraobjetivo y "granítico", como buen bipolar tenia sus cosas, algunas sorprendentes, como esa de cambiarle la coda a la tercera de Mendelssohn, tambien en Munich. Sería la ciudad la que le inducía estas cosas raras??
Je,je,je estimado Alejandro, seguro que tu curiosidad se saciaría. PEro las sorpresas siempre suelen ser agradables ¿no? Vamos a dejarlo en que cada maestrillo, tiene su librillo. Desconozco qué cosas pudo poner o quitar nuestro querido Klemperer, pero bien puestas o quitadas están pues el conjunto final es soberbio.
EliminarUn abrazo.
Could you please give me the pw? (Sorry, I don't find it, though I'm very interested in this recording and rgeatful for the post.)
ResponderEliminarDear friend Mcluhan, thank you very much to all.
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Where is the problem?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVaya tonterías que se dicen aquí... Recomiendo que dejéis de chuparos las pollas y busquéis la información allí donde es más fiable. Aun así una gran versión, claro.
ResponderEliminarAdoro Mahler desde su primera hasta su fatídica novena. Pero su musica no es mas que un galimatías de momentos sublimes. Carece de orden y de estructura. De lo contrario reinaria junto a Mozart y unos pocos en el olimpo de los músicos. mahler elaboro nueve gigantescos collages. Gran versión la de Klemperer no la había escuchado. Un saludo gracias por tus opiniones
ResponderEliminarDear Sir, would it be possible to reupload the flac file please [the mp3 file is working fine]. Many thanks
ResponderEliminarOf course dear friend Len. Today are updated. Thanks for following this blog.
EliminarActualizada la entrada/Updated the entry: Mahler. Sinfonía nº 2. Klemperer. Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. 1965
ResponderEliminarFantastico! Muchas gracias, caro Julio!
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