Mis queridos amigos hoy quisiera celebrar con todos vosotros el cumpleaños de un enorme artista, un músico que me ha hecho disfrutar como pocos de la música, del piano en particular, de Bach y un poquito más allá de sus concepciones acerca del acto musical en sí mismo.
Y que mejor manera de hacerlo que con este disco, un disco ya histórico en la fonografía, un disco del que mucho se ha hablado y que en su momento levantó muchas controversias. Hoy con el paso de los años se ve en la distancia como un acto musical más, poco habitual entonces, pero que no pasa de ser el reflejo de un momento histórico curioso y ejemplo de la bondad de la música al hermanar personalidades, puntos de vista, ideas y concepciones dispares permitiendo que a través de ella se pueda lanzar una visión armonizada de un acto cualquiera, en este caso un acto interpretativo musical.
Muchas críticas generó en su momento la alocución previa al concierto de Bernstein, generalmente críticas torticeras y malintencionadas que no supieron entender el valor del fenómeno musical al que asistieron. Qué cosa más bella el acoplamiento, el respeto, el placer de colaborar, la capacidad de adaptación de dos personalidades, intensas personalidades, musicales cuyo fin final fue ofrecer al público lo que consideraron era un deber por la fuerza, la variedad de matices, las elecciones de fraseo, las articulaciones y los detalles que un pianista quiso "imponer" (en el mejor sentido positivo de esta palabra) en la total creencia que era la idea adecuada al momento interpretativo que ofrecería. Y qué enorme gesto de personalidad el de Lenny al adaptar su también intensa personalidad y su concepción de la obra a una exploración nueva que se le ofrecía por alguien a quien respetaba y admiraba y del que siempre aprendía.
Un verdadero manjar musical, con todas las reservas que se puedan encontrar en una interpretación realmente poco "ortodoxa" del magno concierto brahmsiano, una delicia que permite apreciar el arte inconmensurable de un pianista como pocos han existido y el de un director que pese a todas las críticas supo hacer una "Música" adecuada a cada momento. Y en aquel momento que deberíamos escuchar sin reparos previos, con alma abierta y oídos nuevos, en aquel momento había fascinación por la aproximación novedosa de Gould, había expectación por sentir las ideas que aportaría Gould a su Brahms, porque como el propio Lenny decía cada interpretación de Gould era un momento que emanaba frescura, que convencía poderosamente y del que se aprendía más y más cuanto más te acercabas a él.
Y en este Gould nos vamos a encontrar con un Brahms que se calificó por mucho tiempo de lento pero un Brahms espectacular, realmente de una técnica insuperable, de una enorme fuerza imaginativa, pleno de detalles líricos y encantadores, intuitivo y fresco, enmarcado todo él por una idea de unidad global de la interpretación impulsada desde el piano. Una concepción que es fielmente seguida por una batuta plegada a la idea y a la intención innovadora de Gould y que sabiamente conduce a la orquesta por los caminos pensados en la mente siempre inquieta de Gould. Hay tempis lentos pero intensos y sabiamente puestos de manifiesto en beneficio del desarrollo global, hay seguridad, intensidad y pasión, hay matización técnica y colorido precioso.
Espero que puedan disfrutar de este precioso disco que encierra un maravilloso concierto, espero que aprecien el talento de Lenny y de la Orquesta de New York y espero de todo corazón que disfruten de ese piano tan bello, particular y sincero de Gould.
Felicidades Glenn.
Seguirás siendo por siempre un genio.Brahms
Concierto Piano nº 1
Leonard Bernstein
Glenn Gould
Orquesta Filarmónica de New York
Grabación, Carnegie Hall, 6 de abril de 1962, grabación de la emisión de radio de la Orquesta Filarmónica de New York
Magnífico Julio. Un beso
ResponderEliminarGracias querida Susa. ME alegra muchísimo tu comentario y el poder saber de tu disfrute.
EliminarEstimado Julio:
ResponderEliminarSi la memoria no me engaña, nunca he escuchado un disco grabado por Glenn Gould, debido a las críticas tan dispares y exaltadas que he alcanzado a leer sobre este pianista al que unos consideran un genio, otros un fenomenal bromista y otros... Pero considero que ya es hora de hincarle el diente sin prejuicios (al menos, intentarlo), y este Brahms a lo Gould/Bernstein que ahora nos presentas con tanto cariño, es una excelnte ocasión, antes de afrontar, si se tercia, retos mayores (por ejemplo, Bach y sus Variaciones Goldberg).
Un fuerte abrazo
mi bien estimado Esteban. Espero que tras lanzarte con este disco te vayas sin dudarlo a sus Variaciones. Ni te van a defraudar. Seguro.
ResponderEliminarEstimado Julio:
EliminarEn efecto, me he lanzado a por este Brahms gouldiano con sumo interés, incluyendo las palabras introductorias de Bernstein. El único defecto que le encuentro es el coro de ruidos y toses que acompaña al primer movimiento, pero se perdona por tratarse de una grabación en vivo y ser un documento histórico. Por lo demás, después de la escucha hice lo propio con una interpretación de Emil Gilels con la Berliner Philharmoniker bajo la dirección de Eugen Jochum; en comparación, la interpretación de Gould es algo más lenta en el primer y tercer movimientos (poco más de 1 minuto en ambos), mientras que el adagio, por contra, se acelera en proporción más o menos igual. Así que es cierta la crítica que en su momento se le hizo, pero no lo percibo como un problema, sino como otra manera de leer una partitura (dicho esto desde mi supina ignorancia musical).
Por otra parte, seguí tu consejo y me puse con las Variaciones Goldberg del canadiense, primero la versión de 1955 (precisamente extraída de tu blog), luego la de 1981. También entre una y otra se perciben diferencias, pero, en cualquier caso, las dos me parecen magníficas. Tanto, que me he decidido a probar con otras grabaciones de este controvertido pianista, sin ánimo de empacho, sino de degustarlo poco a poco.
Como ves, tus comentarios, consejos y la música que seleccionas en este tu estupendo blog no son el balde, sino que a muchos -quiero pensar- nos anima a seguir profundizando, a nuestro ritmo y dentro de nuestras posibilidades, en el vasto mundillo de la música clásica.
Un abrazo
Querido Esteban me alegra leer este comentario tuyo. Como bien indicas perdonamos esos defectos propios de una grabación en vivo y de radio asumiendo incluso su valor como algo testimonial del acto musical del momento. Igualmente cierto resulta el tema de los tiempos elegidos. Con el paso de los años muchas grabaciones se acercan a ellos y las del propio Bernstein con DG las superan ampliamente. Es más bien como se dice en la alocución inicial un tema de planteamiento a la hora de afrontar a Brahms. Planteamiento de Gould que realmente bien secundado resulta maravilloso y diferente.
EliminarCon Gould suele pasar algo semejante a Celibidache, Karajan o el propio Bernstein. O te gusta o no llegas a encajar bien con él. Particularmente yo encajo y aunque no es propio de los grandes conocedores de Bach a mi me hace comprenderlo como ningún otro pianista.
Disfruta poco a poco de este genio.
Procuraré ir colocando más cosillas de él.
Es maravilloso, Julio.
ResponderEliminarDe casualidad ¿logras ver el crédito de la imagen?
Querida Alma, ciertamente precioso.
EliminarNo entiendo tu pregunta sobre la imagen.
¿Qué necesitas?