Queridos amigos, esta noche dejamos este hermoso disco con dos de los conciertos para violonchelo más bellos jamás escritos, los escritos por Dvorák y Elgar. Dos verdaderos monumentos musicales y dos joyas de la escritura para el instrumento quizá más bello y hermoso de toda la orquesta.
Dos conciertos que se escuchan por simple placer, dos sensacionales composiciones que suscitan las más variadas y profundas emociones. Dos verdaderas joyas.
El Concierto para Violonchelo de Dvorák es quizá uno de los más interpretados y registrados de todo el repertorio para el instrumento. Obra riquísima en su estructura, instrumentación, orquestación, colorido y ritmo contiene algunos de los pasajes más exquisitos escritos para este instrumento. Fue compuesto entre los años 1894 y 1895 y fue dedicado al violonchelista Hanuš Wihan, que encargó la obra y que debía estrenarlo en Londres. Finalmente se estrenó por Leo Stern como solista bajo la dirección del propio Dvorák en un concierto en el Queen's Hall de Londres el 19 de marzo de 1896.
El Concierto para Violonchelo de Elgar fue compuesto por el maestro en el año 1919 y tuvo un estreno realmente horrible del que se indica siempre fue un desastre por la falta de preparación de la orquesta (la excepcional Sinfónica de Londres) debido a los excesos de tiempo empleados por el director Albert Coates en la preparación de la segunda parte programada del concierto (El Poema del Éxtasis de Scriabin) de manera que la orquesta prácticamente no tuvo ensayos de la obra de Elgar. El citado estreno tuvo lugar el 27 de octubre de 1919 por la Orquesta Sinfónica de Londres, la dirección del propio Elgar y el magnífico chelista Félix Salmond que en palabras del propio Elgar puso la calidad y profesionalidad suficiente para salvar la interpretación de la quema. Una lástima aquello porque la obra de Elgar es una verdadera maravilla, un prodigio de simplicidad compositiva pleno de sabiduría, emoción, profundidad, carácter contemplativo y emociones sabiamente interiorizadas con un chelo exquisito y profundamente melancólico. Sublime.
El disco nos deja unas preciosas interpretaciones de la mano de la magnífica chelista alemana María Kliegel que dota a ambas composiciones de un sentimiento intenso, una sonoridad exquisita, clara y limpia, y una profunda sensibilidad. El maestro húngaro Michael Halász conduce a una fantástica Royal Philharmonic Orchestra (una orquesta sensacional a la que habría que rendir un verdadero homenaje por lo que ha realizado por la música) con enorme sabiduría y perfecto manejo de la masa orquestal, logrando un perfecto empastamiento, unos preciosos y delicados marcados de los temas y una sensacional claridad en las exposiciones instrumentales solistas.
Un disco para disfrutar de la música.
Dvorák
Elgar
Conciertos para Violonchelo
Maria Kliegel, chelo
Royal Philharmonic Orchestra
Michael Halász
Grabación:
Henry Wood Hall, Londres, 8 al 10 de noviembre de 1991
Muchas gracias por tus aportaciones. Yo no soy una conocedora de este tipo de música y espero, gracias a ti, poder conocerla un poco mejor.
ResponderEliminarBesitos guapa.
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