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domingo, 9 de septiembre de 2012

Glenn Gould. Recital de Salzburgo de 1959. Obras de Jan Pieterszoon Sweelinck, Arnold Schönberg, Mozart y Johann Sebastian Bach. 1959.


Queridos amigos, esta noche damos un ligero cambio de tercio al estilo de música que venimos aportando en los últimos días y nos alejamos un poco de las grandes obras sinfónicas para recrearnos en el bellísimo y particular piano de Glenn Gould. Un poco de bálsamo y de serenidad después de los avatares de los últimos días, nunca viene mal.

Y lo hacemos con un disco precioso. La interpretación ofrecida por el pianista canadiense, tras más de una anulación y algún que otro contratiempo,  en el Mozarteum de Salzburgo en el verano de 1959. El programa preparado para la ocasión es un verdadero clásico del artista canadiense con obras queridas y amadas por él: Sweelinck, Arnold Schönberg, Mozart y Johann Sebastian Bach.

Un programa musical que, para ser sincero, he de decir que Gould borda con hilo de oro. Unas interpretaciones frescas, plenas de naturalidad, de enorme brillantez estilística, de sensualidad y de sentimiento desbordantes acompañadas de un temperamento artístico controlado mágicamente por la técnica y el deseo musical de Gould.

Su piano claro y perfilado, a veces monocromático, sutil, como pulsado dedo a dedo, resalta la belleza de la música elegida. 

Una Fantasía del compositor holandés Sweelinck genial, maravillosa, fresca, con un habilísimo manejo del teclado que es capaz de dar la profundidad de voz y sonido que la Fantasía requiere. Una Fantasía que te transmite un profundo sentimiento de recogimiento y que si cierras los oídos sientes como viajas en el tiempo hasta la gran época previa al barroco ya establecido, a la época de los grandes organistas holandeses, a una época en la que el maestro Sweelinck dominada la fuga y el contrapunto. Una sonata preciosa, de una enorme delicadeza y de un profundo sentido humano.


La Suite para Piano de Schönberg es un deliciosa muestra de cómo puede acercarse al oyente una obra de una dificultad para el sentido auditivo humano de calibre ciertamente considerable. Gould consigue que por sus dedos fluyan unas notas que aún conservando su extraña sonoridad general resulten de un atractivo importante al que la escucha. Incluso se enamora uno de su sutileza, de su bella simplicidad (es un decir), de sus acordes, de su ritmo o de su preciosa y milimétrica majestuosidad jugada con un arte sensacional de variaciones e intercambios que resultan sorprendentes pero nunca objeto de rechazo automático de nuestro oído.


Como sorprendente es su preciosa interpretación de la Sonata KV 330 de Mozart. Una sonata de enorme belleza, frescura, sensibilidad, ligereza y lirismo. Una sonata tocada a punta de dedos por unas manos ágiles y frescas de Gould, como limpiando la pátina de polvo de años de tradición. Gustará o no pero desde luego es musicalmente una gozada escucharla así. Obra compuesta por Mozart durante el verano de 1778 en su estancia en París y coincidiendo, antes o después no está del todo clarificado, con el fallecimiento de su madre es una obra todavía llena de algunos detalles por estudiar sobre las partes que faltan de sus dos últimos movimientos (reemplazando los fragmentos que faltan con ideas previas del maestro). Las manos de Gould dan a esta hermosa y sencilla sonata un aire celestial, de levedad casi etérea, de sencilla y limpia pulsación al teclado son capaces de ofrecer un sonido mágico y encantador. Deliciosa de verdad.


Y para finalizar el disco, nos debemos quitar el sombrero queridos amigos. Gould y las Variaciones Goldberg del genio Bach. Una asociación histórica de la música grabada. Maldecida por unos y venerada por otros entre los que me encuentro. Simplemente ninguna otra interpretación de esta obra consigue alterar mi espíritu de la forma que lo hace Gould. Será poco académico, tendrá errores aquí y allá, su piano quizá no suene como "hubiera querido Bach" (u otras personas), pero poco importa.cuando empiezas a escuchar las notas iniciales del Aria, todo, todo, se olvida y desconectas en automático de cualquier pensamiento. Rápidamente quedas atrapado en la red maravillosa de sonidos preparada por Bach y tejida por las delicadas manos y el pensamiento libre de un gran pianista, Gould. Poco puedo añadir más. Simplemente se debe escuchar y disfrutar de ella, es más incluso, es necesario gozar de los sonidos parásitos que se cuelan en la grabación: los dedos, la silla, los sonidos guturales de Gould y cosa importantísima, disfrutar del silencio, un silencio estremecedor y que ofrece un escenario impactante para el mejor disfrute de esta hermosura de la música.


En definitiva queridos amigos, les dejo con un monumento musical en su conjunto, una parte de la historia de Salzburgo y un poquito de la esencia de Gould. Hay discos que reconfortan el alma humana y este es uno de ellos. Me gustaría compartir con todos un simple deseo: disfruten de la hermosura de la Música.




Glenn Gould
Recital de Salzburgo de 1959

Obras de:
Jan Pieterszoon Sweelinck, Fantasía
Arnold Schönberg, Suite para Piano op. 25
Wolfgang Amadeus Mozart, Sonata para Piano nº 10 KV 330
Johann Sebastian Bach, Variaciones Goldberg 

Grabación
ORF Radio, 25 de agosto de 1959, Salzburgo, Mozarteum









Visitar también:



Actualizaciones de enlaces. 9 de septiembre de 2012. 10. Entradas con Visitas Frecuentes. Sibelius. Integral Sinfónica. Lorin Maazel. Orquesta Filarmónica de Viena. 1963 a 1968.


Queridos amigos, dejamos hoy una segunda actualización importante en la página de Nuevas Actualizaciones. 

La Integral Sinfónica de Jean Sibelius realizada por el maestro Maazel y la Filarmónica de Viena en los pasados años 60 del siglo XX.

Una excepcional muestra del arte de la dirección orquestal de Maazel y una maravillosa manera de escuchar un Sibelius de conjunto precioso, sin altibajos, uniforme de criterio e interpretación.

Excepcional la Filarmónica de Viena, absolutamente maravillosa.



Enlaces:





Grabaciones:



Sibelius
Sinfonía nº 1 y nº 4
Lorin Maazel
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabaciones, Viena, Sofiensaal. Sinfonía nº 1, septiembre de 1963 y Sinfonía nº 4, abril de 1968.

Sibelius
Sinfonía nº 2 y nº 3
Lorin Maazel
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabaciones en Viena, Sofiensaal, Sinfonía nº 2, abril de 1964, Sinfonía nº 3 marzo y abril de 1968.

Sibelius
Sinfonías nº 5, nº 6 y nº 7
Lorin Maazel
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabaciones en Viena, Sofiensaal, Sinfonía nº 5 y nº 7, marzo de 1966; Sinfonía nº 6, marzo y abril de 1968


Se actualizan las entradas anteriores de nuevo a fecha 21 de enero de 2015.

Actualizaciones de Enlaces. 9 de septiembre de 2012. Entradas con Visitas Frecuentes. 9. Tchaikovsky. Integral Sinfónica. Igor Markevitch. Orquesta Sinfónica de Londres. 1962 a 1966.


Queridos amigos, en la página Nuevas Actualizaciones dejamos hoy esta imponente integral de las Sinfonías de Tchaikovsky.

Markevitch al frente de una inspirada y perfecta Sinfónica de Londres nos ofrece su visión de la obra sinfónica del compositor ruso. Una visión marcada de matices, de detalles maravillosos y de sentido profundo muy en la línea del alma tchaikovskiana de estas obras. 

Una Orquesta infónica de Londres realmente sorprendente, maravillosa y perfecta.

Que las disfruten. Grabación maravillosa. Una integral para disfrutar.







Tchaikovsky
Integral de las Sinfonías
Igor Markevitch
Orquesta Sinfónica de Londres
Grabaciones:
Sinf. nº 1 - 16 al 25 de febrero de 1966
Sinf. nº 2 - 3 al 12 de marzo de 1965
Sinf. nº 3 - 3 al 12 de marzo de 1965
Sinf. nº 4 - 19 al 21 de octubre de 1963
Sinf. nº 5 - 16 al 25 de febrero de 1966
Sinf. nº 6 - 9 al 12 de enero de 1962
Wembley Town Hall, Londres


sábado, 8 de septiembre de 2012

Actualizaciones de Enlaces. 8 de septiembre de 2012. Entradas con Visitas Frecuentes. 8. Beethoven. Integral de las Sinfonías. Herbert von Karajan. Orquesta Filarmónica de Berlín. Primera Edición Integral para DG. 1961. 1962.




Queridos amigos hoy en la página de Nuevas Actualizaciones, dejamos una de las mayores referencias en las grabaciones integrales de las sinfonías de Beethoven. 

Karajan al frente de la Filarmónica de Berlín en una época dorada y fantástica de la relación entre ambos. Una Filarmónica esplendorosa, deslumbrante, magnífica y un Karajan joven, vitalista, perfecto en la ejecución, preciosista, detallista y excepcional en su marcaje de tiempos, en su colorido y en su visión de la obra de Beethoven.

Que la disfruten. Admiren a uno de los más grandes directores de la historia de música y disfruten de una orquesta que ofrece un Beethoven excepcional.











Beethoven
Integral Sinfónica
Herbert von Karajan
Orquesta Filarmónica de Berlín
Primera Edición DG
Grabaciones:
Berlín, Jesus-Christus-Kirche
Sinf. nº 1: 12 de 1961. Sinf. nº 3: 11 de 1962
Sinf. nº 2: 12 de 1961 y 1 de 1962. Sinf. nº 4: 11 de 1962
Sinf. nº 5: 3 de 1962. Sinf. nº 6: 2 de 1962
Sinf. nº 7: 3 de 1962. Sinf. nº 8: 1 de 1962
Sinf. nº 9: 10 y 11 de 1962. Gundula Janowitz, soprano; Hilde Rössel-Majdan, alto; Waldemar Kmentt, tenor; Walter Berry, barítono. Wiener Singverein, Reinhold Schmid, director


viernes, 7 de septiembre de 2012

Mahler. Sinfonía nº 2. Klemperer. Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. 1965.


Queridos amigos, preciosa entrada para disfrutar el fin de semana y para mantener en el recuerdo a nuestro querido Javier. Una obra hermosa, cargada de significado y de profundo mensaje. Una obra que siempre cala en tus sentimientos y que jamás te deja indiferente. La magna Segunda Sinfonía de Mahler en esta ocasión en manos de un mago de la dirección orquestal y un músico particularmente afecto a esta obra: Klemperer.

Klemperer, el joven Klemperer que allá por el año 1905 era el encargado de los ensayos de coro y de la orquesta en segundo plano para el concierto de la Segunda Sinfonía que daría Oskar Fried; aquel joven Klemperer que tras el disgusto inicial que se llevó de mano, o mejor de las palabras, del propio Mahler quién dijo no a la calidad de la prestación coral y del propio Klemperer tras los ensayos iniciales y que poco después, en la sala de descanso de los artistas, al recibir el elogio sincero del compositor cambió su vida para ser un representante, un testimonio vivo y un apasionado defensor de su música; aquel Klemperer está presente en este precioso registro de la obra. El Klemperer apasionado, intenso, muy intenso y enormemente profundo de sus años jóvenes emerge de nuevo en esta genial recreación al frente de los músicos bávaros pero cargado de sabiduría, de experiencia y de experiencias vitales de gran calado. Un Klemperer podemos decir que revitalizado y con una profundidad de corazón enorme.


Mahler y Fried. 8 de noviembre de 1905.

Su colaboración con la orquesta de Baviera es quizá una de las máximas alegrías que tuvo Klemperer en los años posteriores a la finalización de la II Guerra Mundial (junto a su encuentro con Legge de EMI, persona ala que jamás podremos agradecer su tarea en la música del pasado siglo XX). Una orquesta preciosista, de una formación por manos prestigiosas (querido Jochum, querido Jochum), una orquesta suntuosa y de cálido sonido capaz a la vez de ofrecer un juego instrumental individual digno de la mejor formación con la que se quiera comparar. Esa orquesta sirve a los propósitos de Klemperer para conseguir una recreación de la obra plena de vitalidad, de enorme belleza sonora, de verdadero espíritu celestial, de magia y encanto, de precisión sin frialdad y sobre todo de un fantástico y audible sentido musical y espíritu mahleriano.

Es una interpretación vitalista, de un ritmo frenético, sin suspiros, impactante. Lejos de la recreación sonora de Bernstein en el pensamiento mahleriano, lejos de la visión particular de Walter, distante también de la maravillosa profundidad de un Abbado o de un Giulini. Lejos de todos ellos pero quizá con un poquito de cada uno (aunque no coincidan en el tiempo). Klemperer consigue aquello que Mahler decía de la música. Consigue estampar en su interpretación el mundo. Llenar de experiencia y vivencia el desarrollo de la música  de Mahler, llenarla de vida.Y hacerlo de una forma sorprendentemente ágil, fresca, directa, sin compromisos efectistas de cara a la galería. Traduce la música y conforme es traducida ya va plena de amor, de sentimiento y de carga emocional.


Klemperer al igual que Walter eran maestros dados a la libertad, a la expresividad, al reforzamiento del sentimiento oculto en las notas. Pero Klemperer cuyo devenir personal fue digamos que algo más complicado que el del venerado Walter y que tenía una personalidad afecta de transtorno psicológico bipolar tenía una enorme capacidad, como todos los bipolares, de impregnar de sentimiento y de alma lo que ejecutaba, de poner todo su corazón en la música que trasladaba al espacio de la creación. Un verdadero y profundo alquimista del sonido y de la pasión.

Y todas estas virtudes y particularidades de Klemperer asoman aquí y allá en esta vibrante, vital, profunda y etérea recreación de la sinfonía. Todo está puesto de manifiesto. Desde la vida hasta la muerte y la resurrección final de todo. Del hombre, de la persona, de la humanidad. Todo es vivo y vibrante, bello, alegre y hermoso pero gracias a Dios todo es finito y emocionalmente bello en su despedida. Despedida que no debe ser un fin, más bien un inicio, un bello canto al más allá, al lugar donde iremos y donde reposaremos de las ansias y pesares de este mundo. No hay medias tintas en la increíble percepción de este universo de sentimientos por parte de Klemperer.


Seguirán absolutamente entusiasmados y anodadados esta maravillosa visión de Mahler de la mano de Klemperer. Experimentarán sensaciones únicas, placenteras y de una capacidad reconciliadora sin par.

Una verdadera obra maestra, un monumento discográfico, un puntal de la música, una experiencia irrepetible. No puedo y no debo olvidar cuatro piezas fundamentales de esta marvilla: la Orquesta y Coro de Baviera, las increíbles voces e interpretaciones profundas de Harper y Baker, ambas monumentales, sublimes y la excepcional y sorprendente grabación de EMI, una joya de grabación.

Disfrútenla por favor.

Disfruta de ella querido Javier. Estás allá, seguro, allá en la armonía celestial.




Mahler Sinfonía nº 2
Klemperer
Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera
Heather Harper, soprano
Janet Baker, mezzo
Coro Sinfónico de la Radio de Baviera, Wolfgang Schubert
Grabación: Herkulessaal, Munich, 29 de enero de 1965