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miércoles, 16 de octubre de 2013

Bernstein...de "Aquí a la Eternidad". Concierto en el Carnegie Hall. 14 de noviembre de 1943. Schumann. Rósza. Strauss.


Mis queridos amigos, con un poquito de retraso esta noche me gustaría rendir homenaje a aquel que considero uno de los más grandes directores de toda la historia y particularmente a aquel que me ha dado la oportunidad de disfrutar más de ella que cualquier otro. Leonard Bernstein (25 de agosto de 1918/14 de octubre de 1990). Un músico y una personalidad por la que siempre he sentido pasión y respeto. Un verdadero artista, un excelente comunicador, un maravilloso educador y un hombre vital y apasionado en todo lo que emprendió.

Y si bien todo arranca un poquito antes qué mejor homenaje y testimonio que este disco que nos deja tres interpretaciones realmente asombrosas de un jovencísimo Bernstein, 25 añitos, al frente de la que sería su orquesta unos años más tarde. El inicio de su carrera profesional a gran escala, la difusión de su nombre en todos los círculos musicales de EEUU, lo que podemos llamar el encendido de su luz, arranca el 14 de noviembre de 1943 cuando debe sustituir al gran Bruno Walter en el concierto programado para esa noche ante la indisponibilidad por enfermedad del mismo y la también indisponibilidad por motivos climatológicos del director titular Rodzinski.


Bernstein y Rodzinski

Apuesta arriesgada de Bruno Zirato, miembro del consejo ejecutivo de la Filarmónica de New York, por el jovencísimo director asistente que pocos tiempo antes había tomado posesión del cargo.

Unos días previos al evento, creo que el día anterior, Lenny había tenido un importante éxito en la representación junto a Jennie Tourel (maravillosa cantante y maravillosa mujer, figura importantísima en la vida de Lenny) de algunas de sus canciones de "I hate Music", una serie de cinco Canciones de Niños. Bernstein al piano acompañó a su querida amiga y el éxito fue celebrado en casa de Jennie con unos amigos, hasta altas horas de la madrugada...bastante altas y bulliciosas. Estaba avisado de la enfermedad de Walter y de la casi segura imposibilidad de la asistencia de Rodzinski.

A primera hora de la mañana, Bruno Zirato telefoneó. El mal estado de Bruno Walter hacía imposible que pudiera dirigir el concierto de la tarde. Bernstein tenía que dirigir sin posibilidad de realizar un ensayo. Sus palabras simples: vas a dirigir. 


Bernstein y Bruno Zirato

Golpe de suerte desde luego para Lenny pero momento de tremenda intensidad y preocupación que pasado el concierto se transformó en alegría, felicidad y deber cumplido con un éxito arrollador. Un éxito de público, de crítica y de músicos, directores amigos y miembros de la orquesta.

El camino estaba iniciado. Había nacido una figura de un valor importantísimo en el panorama musical americano. Luego vendrían años todavía duros para Lenny, pero su estrella ya estaba en génesis. A partir de ese día, y permitiéndome usar el título de una bellísima película de Zinnemann (con uno de los besos más bellos y apasionados de toda la historia del cine)...de Aquí a la Eternidad.

Muchas gracias querido Lenny. Desde tu sitio privilegiado que ocupas allá donde estés estarás feliz de lo conseguido. Haz hecho disfrutar de la música a muchas personas, muchas. Y eso te ha compensado todo.

Queridos amigos que disfruten de esta bella grabación procedente de la difusión radiada a todo EEUU del concierto (no se recoge por motivos de tiempo disponible de la CBS para la emisión de la interpretación del Preludio de Die Meistersinger de Wagner). Un momento histórico en la música clásica norteamericana y de ello derivado de la música internacional. 

Para mi y creo que para muchos, un merecido homenaje querido Lenny.


Bernstein
New York Philharmonic Concert
CBS Radio broadcast, 14 de noviembre de 1943
Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
Francis Scott Key: The Star Spangled Banner
Robert Schumann: Manfred Overture
Miklos Rósza: Theme, Variations & Finale
Richard Strauss: Don Quixote
Joseph Schuster, chelo
William Lincer, viola
Grabación en directo en Carnegie Hall, 14 de noviembre de 1943


Joseph Schuster, chelo


William Lincer, viola









lunes, 14 de octubre de 2013

Beethoven. Integral de las Sinfonías. George Szell. Orquesta de Cleveland. 1957 a 1963.


Mis queridos amigos. Hoy quisiera dejarles para disfrute de todos un hermoso estuche de discos, un verdadero clásico de la discografía beethoveniana y una de las mayores referencias en cuanto a las grabaciones de su obra sinfónica. No es otra que la excepcional serie de registros que el maestro Szell realizó al frente de su orquesta de Cleveland a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta para CBS. 

Un verdadero placer es poder compartir con todos estos discos, unos discos que nos acercan a un Beethoven verdaderamente mágico e intenso que realmente pocos directores han logrado plasmar con tal belleza, fuerza, rigor y expresividad.

Desde mi humilde punto de vista una integral, entendida y valorada como tal, no igualada a día de hoy por director alguno. De la misma manera que Szell lograba un verdadero milagro con su acercamiento al ciclo de conciertos para piano del maestro de Bonn en esta su aproximación a la obra sinfónica alcanza un nivel si cabe aún mayor. Una total transparencia de líneas, una pulcritud extraordinaria, una precisión milimétrica, una endiablada energía, una intensidad que impacta. Su siempre recordada exigencia por la precisión que tantas veces llevó a la crítica por considerarse demasiado fría deja en esta ocasión paso a una precisión igual de exigente que se traduce de forma mágica en un torrente de sonidos reveladores y embriagadores sin lugar alguno para nada más que belleza.


No sabría destacarles una u otra obra. Quizá sólo la Novena sorprenda un poco por su concepción un tanto extraña y alejada de las interpretaciones habituales pero el resto, todas y cada una de ellas, son sencillamente maravillosas. Como maravillosa es ese grupo de músicos que dirige, esa Orquesta de Cleveland increíble, de un sonido compacto, uniforme, impresionante en su conjunto y en las preciosas intervenciones de sus solistas que salpican de hermosura acá y allá la escucha de cada obra.

Queridos amigos no me extiendo más. Disfruten de esta joya. Merece la pena.

Muchos quizá ya la conozcan y hayan tenido el placer de degustarla. Para ellos un simple ruego: vuelvan a ella. Es como una cura espiritual. Para los que no la hayan podido disfrutar, decirles que no van a sentirse defraudados. Van a descubrir un Beethoven único e irrepetible, uno de los más bellos que se hayan realizado jamás.



Beethoven
Integral Sinfónica

George Szell
Cleveland Orchestra
Cleveland Choir
Adele Addison, Soprano
Jane Hobson, Mezzo-Soprano
Richard Lewis, Tenor
Donald Bell, Barítono
Director Cleveland Choir, Robert Shaw

Grabaciones:

Sinfonía nº 1. Severance Hall, Cleveland, 2 de octubre de 1964
Sinfonía nº 2. Severance Hall, Cleveland, 23 de octubre de 1964
Sinfonía nº 3. Severance Hall, Cleveland, 22 y 23 de febrero de 1957
Sinfonía nº 4. Severance Hall, Cleveland, 5 de abril de 1963
Sinfonía nº 5. Severance Hall, Cleveland, 11 y 25 de octubre de 1963
Sinfonía nº 6. Severance Hall, Cleveland, ¿19?, 20 y 21 de enero de 1962
Sinfonía nº 7. Severance Hall, Cleveland, 29, 30 y ¿31? de octubre de 1959
Sinfonía nº 8. Severance Hall, Cleveland, 15 de abril de 1961
Sinfonía nº 9. Severance Hall, Cleveland, ¿15?, 21 y 22 de abril de 1961
Obertura Egmont. Severance Hall, Cleveland, 8 de octubre de 1966
Obertura Rey Esteban. Severance Hall, Cleveland, 29 de octubre de 1966
Obertura Fidelio. Londres, Abbey Road Studios, 25 de agosto de 1967




Las fotos, tapas, contraportadas, etc. van en los archivos de cada disco.




Disco 1 Mp3 / FLAC




Disco 2 Mp3 / FLAC




Disco 3 Mp3 / FLAC




Disco 4 Mp3 / FLAC




Disco 5 Mp3 / FLAC




domingo, 29 de septiembre de 2013

Disfrutando de una Obra de Arte. West Side Story. Original Broadway Cast. Danzas Sinfónicas. Leonard Bernstein. Orquesta Filarmónica de New York. 1957. 1961.


Mis queridos amigos estaba estos días repasando algunas de las páginas favoritas de Facebook y leyendo los comentarios de una buena amiga en ellos me percaté de un detalle que mi memoria no había retenido, cosa ya de la edad y de una cabecita más preocupada de lo habitual. Este detalle que creo merece una entrada en nuestro espacio no era otro que las celebraciones por el cumpleaños de un estreno musical que marcó el antes y después de la vida de muchos de los que en él participaron y me atrevería a decir que en la historia de los musicales de Broadway. 

Un 26 de septiembre de 1957 se estrenaba en el Winter Theater de New York uno de los mejores musicales de la historia: West Side Story. Un musical en el que sus creadores pusieron toda su sabiduría y su buen hacer. Lenny como compositor aporta la frescura de una música hasta entonces no escuchada de esa manera, el precioso libreto de Arthur Laurents y las no menos preciosas canciones de Stephen Sondheim arropan a una excelente producción del director y coreógrafo Jerome Robbins. La dirección musical está a cargo del maravilloso Max Goberman que eleva a un grado de excelencia la bellísima partitura de Bernstein bien arropada por una orquestación de lujo de Sid Ramin e Irwin Kostal. ¡Qué nombres queridos amigos! historia pura de una parte de la música del siglo XX que hizo un poquito más feliz la vida de muchos.

Estos son los mimbres básicos sobre los que se monta una de las producciones musicales de mayor transcendencia de la historia de Broadway marcada por esa conjunción que de vez en cuando se produce de canciones bellísimas, música difícil y genial, impulsividad, amor, lirismo, danzabilidad y ritmo. En palabras del propio Lenny un año antes de ver materializada su obra "...un recorrer el camino entre ópera y Broadway, entre el realismo y la poesía, el ballet y el simplemente bailar, lo abstracto y lo real....todo va por ese camino, camino que a veces es estrecho, muy estrecho y en el que hay que andar con mucho tiento para diferenciarlo...". Un camino que nos va a unir lo popular y lo culto, la danza, la ópera, el drama, la comedia, el amor, el romance, la tragedia y la felicidad. 

La idea de West Side Story viene de bastantes años atrás, de 1949, cuando Robbins, que ya había colaborado con Lenny en la creación de Fancy Free, luego On the Town, le sugiere crear una versión moderna del Romeo y Julieta. Pronto se une el dramaturgo Laurents para formar el equipo que iba a desafiar al convencionalismo de Broadway y que de triunfar cambiaría para siempre la esencia del mismo. 

La puesta en marcha del proyecto se retrasó debido a los compromisos de los tres autores hasta que en 1955 se retoma con la variante de transformar los dos bandos inicialmente concebidos, judíos y católicos, en dos más acordes a la realidad de la ciudad elegida, la cosmopolita New York. Serían norteamericanos y latinos. Lenny ve el cielo abierto: pulsación, vitalidad, frescura, ritmos y algo muy importante, la realidad misma de la ciudad y de su sociedad.

En pocos meses se incorpora al equipo el letrista Sondheim en una de sus iniciales intervenciones en el mundo del musical. El cuarteto avanza rápidamente en los trabajos de manera que se puede realizar un primer ensayo en julio de 1957 preparatorio del pre-estreno posterior de Washington del que se esperaba muchísimo como piedra de toque para valorar la obra y pulir detalles finales.


Sondheim, Laurents a la izquierda con Bernstein y Robbins a la derecha
enmarcando a los productores Hal Prince y Robert Griffith (sentado)

Algo de gran importancia a la hora de montar la obra fue la decisión clara, por parte de los paderes de la criatura, de confiar la actuación a jóvenes intérpretes dejando de lado las "tablas" que tendrían cantantes más cualificados pero que posiblemente harían perder el toque mágico de juventud, descaro, sencillez y verosimilitud en una obra que nace en la calle, que se vive en la calle y que a ella va dirigida (algo que por desgracia no se hizo en la, por otra parte excelente, grabación de estudio de 1985 de DG, en la que esa frescura no está presente, quizá debido a la no muy adecuada elección del reparto de cantantes).

En esta grabación realizada solamente 3 días después del estreno y con el elenco original de las representaciones del teatro se puede vivir la magia de la realidad, la chispa de los diálogos, la emoción de las pasiones, la bajeza y la altura de los sentimientos, la vitalidad de la juventud. Y el mensaje caló de forma directa en el auditorio como los creadores esperaban. 


La obra tuvo un pre-estreno como indicábamos arriba el 19 de agosto de 1957 en Washington siendo su estreno formal el 26 de diciembre de 1957 en el Winter Garden Theater de New York siendo un extraordinario éxito que ni los más osados soñaban siendo además punto de inflexión en la carrera de muchos de los participantes en la creación de esta joya de musical.


¡Éxito!

Breves palabras para describir someramente la génesis de una de las obras musicales más bellas que jamás se hayan escrito. Y breves también para intentar remarcar la importancia política y social que en su momento tuvo la misma. Pero como pasa en esto de la música, muchas veces las palabras sobran o mejor dicho simplemente sirven para animar un poquito a la escucha de la obra musical.

Y les animo a ello, a que disfruten de una hermosa música, una música alegre, genial, llena de encanto, de melodía, de ritmo, de energía, de fuerza y de vitalidad.

Una excepcional obra que verán complementada con la preciosa interpretación de la Suite Sinfónica de West Side Story de la mano de su creador al frente de una deliciosa Orquesta Filarmónica de New York.

Amigos míos: a disfrutar de la música.







West Side Story
Original Broadway Cast Recording 1957
Dirección Musical, Max Goberman
Grabación, Columbia 30th Street Studio, New York City, 29 de septiembre de 1957
Danzas Sinfónicas de West Side Story
Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
Grabación, Manhattan Center, New York City, 6 de marzo de 1961












martes, 24 de septiembre de 2013

Feliz Cumpleaños mi querido Maestro Gould. Brahms. Concierto para Piano nº 1. Leonard Bernstein. Orquesta Filarmónica de New York. 1962.


Mis queridos amigos hoy quisiera celebrar con todos vosotros el cumpleaños de un enorme artista, un músico que me ha hecho disfrutar como pocos de la música, del piano en particular, de Bach y un poquito más allá de sus concepciones acerca del acto musical en sí mismo. 

Y que mejor manera de hacerlo que con este disco, un disco ya histórico en la fonografía, un disco del que mucho se ha hablado y que en su momento levantó muchas controversias. Hoy con el paso de los años se ve en la distancia como un acto musical más, poco habitual entonces, pero que no pasa de ser el reflejo de un momento histórico curioso y ejemplo de la bondad de la música al hermanar personalidades, puntos de vista, ideas y concepciones dispares permitiendo que a través de ella se pueda lanzar una visión armonizada de un acto cualquiera, en este caso un acto interpretativo musical.

Muchas críticas generó en su momento la alocución previa al concierto de Bernstein, generalmente críticas torticeras y malintencionadas que no supieron entender el valor del fenómeno musical al que asistieron. Qué cosa más bella el acoplamiento, el respeto, el placer de colaborar, la capacidad de adaptación de dos personalidades, intensas personalidades, musicales cuyo fin final fue ofrecer al público lo que consideraron era un deber por la fuerza, la variedad de matices, las elecciones de fraseo, las articulaciones y los detalles que un pianista quiso "imponer" (en el mejor sentido positivo de esta palabra) en la total creencia que era la idea adecuada al momento interpretativo que ofrecería. Y qué enorme gesto de personalidad el de Lenny al adaptar su también intensa personalidad y su concepción de la obra a una exploración nueva que se le ofrecía por alguien a quien respetaba y admiraba y del que siempre aprendía.


Un verdadero manjar musical, con todas las reservas que se puedan encontrar en una interpretación realmente poco "ortodoxa" del magno concierto brahmsiano, una delicia que permite apreciar el arte inconmensurable de un pianista como pocos han existido y el de un director que pese a todas las críticas supo hacer una "Música" adecuada a cada momento. Y en aquel momento que deberíamos escuchar sin reparos previos, con alma abierta y oídos nuevos, en aquel momento había fascinación por la aproximación novedosa de Gould, había expectación por sentir las ideas que aportaría Gould a su Brahms, porque como el propio Lenny decía cada interpretación de Gould era un momento que emanaba frescura, que convencía poderosamente y del que se aprendía más y más cuanto más te acercabas a él.


Y en este Gould nos vamos a encontrar con un Brahms que se calificó por mucho tiempo de lento pero un Brahms espectacular, realmente de una técnica insuperable, de una enorme fuerza imaginativa, pleno de detalles líricos y encantadores, intuitivo y fresco, enmarcado todo él por una idea de unidad global de la interpretación impulsada desde el piano. Una concepción que es fielmente seguida por una batuta plegada a la idea y a la intención innovadora de Gould y que sabiamente conduce a la orquesta por los caminos pensados en la mente siempre inquieta de Gould. Hay tempis lentos pero intensos y sabiamente puestos de manifiesto en beneficio del desarrollo global, hay seguridad, intensidad y pasión, hay matización técnica y colorido precioso.


Espero que puedan disfrutar de este precioso disco que encierra un maravilloso concierto, espero que aprecien el talento de Lenny y de la Orquesta de New York y espero de todo corazón que disfruten de ese piano tan bello, particular y sincero de Gould.

Felicidades Glenn. 
Seguirás siendo por siempre un genio.



Brahms
Concierto Piano nº 1
Leonard Bernstein
Glenn Gould
Orquesta Filarmónica de New York
Grabación, Carnegie Hall, 6 de abril de 1962, grabación de la emisión de radio de la Orquesta Filarmónica de New York











sábado, 21 de septiembre de 2013

Beethoven. Sinfonía nº 9. Ode an die Freiheit "Libertad". Bernstein. Varias Orquestas y Coros. 25 de diciembre de 1989.


Mis queridos amigos hoy la entrada va a ser muy cortita.

Sencillamente tenía el placer de escuchar el precioso disco con la grabación de un momento histórico y musical ojalá irrepetible que no es sino la soberbia grabación de la Novena Sinfonía de Beethoven en manos de mi querido Bernstein con ocasión de las celebraciones por la caída del muro de Berlín. 

Tenía ganas de Beethoven, tenía ganas de sentir pasión, belleza, fuerza, emoción, energía.

Tenía ganas de vida.

El Muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989. Bernstein aceptó el hermoso ofrecimiento de Justus Frantz para dar dos conciertos a ambos lados del muro con la Novena Sinfonía de Beethoven como obra elegida.


Se interpretaron con instrumentistas y cantantes de varios países diferentes que formaron parte de los dos bandos enfrentados en la II Guerra Mundial y en los sucesivos años de postguerra (manía muy propia del ser humano esta de establecer diferencias y separaciones). A los miembros de la Orquesta de la Radio de Baviera se le sumaron miembros de la Staatskapelle Dresden, la Orquesta del Teatro Kirov de Leningrado, la Sinfónica de Londres, la Filarmónica de Nueva York y la Orquesta de París. Los coros eran los de la Radio de Baviera, la Radio de Berlín DDR y el Coro de Niños de la Filarmónica de Dresde. Los solistas eran June Anderson (soprano, americana), Sarah Walker (mezzo, británica), Klaus König (tenor, alemán) y Jan-Hendrik Rootering (bajo, holandés).

El primero de los dos conciertos, que se celebró en Berlín del Oeste, terminó a la medianoche 23 de diciembre, en el mismo momento que el Muro de Berlín se convirtió en algo permanente y totalmente abierto, y el segundo tuvo lugar dos días después, en la mañana de Navidad, en el este de Berlín.

Es este concierto del día de Navidad de 1989 en el Schauspielhaus del antiguo Berlín Este el recogido en este disco y fue transmitido a todo el mundo (al igual que el de la noche del 23) y disfrutado por la multitud de personas, felices y realmente libres, que se agolpaban en la plaza exterior del Schauspielhaus y a la largo y ancho de ambos lados de Berlín (hermosísimo el recuerdo de la Puerta de Brandemburgo).


Un momento único e irrepetible de reconciliación, paz, alegría, júbilo y esperanza. Precioso detalle el de Bernstein de cambiar la palabra de Schiller "Freude" ("Alegría") por "Freiheit" ("Libertad") de manera que el excepcional y majestuoso cuarto movimiento de la sinfonía se convirtió en un "Himno a la Libertad".

Un Bernstein que da lo máximo de su pasión, un Bernstein ya enfermo y muy cansado pero un Bernstein que adoraba esta música y sabía el significado que el acto que recreaba tenía para la humanidad. Un Bernstein que nos conduce de manera pausada a través de la hermosa música de Beethoven, insuflando en ella su pasión y su alma, dándole un significado aún más humano del que ya posee. Lento y cansado sí, pero sabio y emotivo como nunca.


Nada más quiero añadir. Simplemente disfruten de la hermosura y del profundo sentimiento que está en esta irrepetible obra.

Que Beethoven les llene de alegría, amor, humanidad y libertad.


Beethoven
Sinfonía nº 9
Ode an die Freiheit 

Leonard Bernstein
June Anderson, soprano
Sarah Walker, mezzosoprano
Klaus König, tenor
Jan-Hendrik Rootering, bajo

Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera
Miembros de las Orquestas del Teatro Kirov de Leningrado, Staatskapelle Dresden, Sinfónica de Londres, Filarmónica de New York y Orquesta de París

Coro de la Radio de Baviera
Miembros del Coro de la Radio de Berlín DDR
Kinderchor der Philharmonie de Dresden
Director: Wolfgang Seeliger

Grabación en vivo del 25 de diciembre de 1989, Schauspielhaus, Berlín, DDR