Queridos amigos, sin otro deseo que satisfacer el ansia bruckneriana que se palpa en estos últimos meses en este nuestro espacio y para satisfacción de todos los amantes de la música de nuestro bien querido y estimado Bruckner les quiero dejar esta tarde un doble disco de una categoría asombrosa. La excepcional interpretación realizada por el ya anciano maestro Jochum al frente de su muy querida y estima Orquesta del Concertgebouw, una de sus últimas grabaciones comercializadas al menos hasta la fecha de hoy, seguida por la ya célebre y realmente genial Quinta con la misma orquesta grabada en Amsterdam que les recomiendo escuchen (Bruckner-Quinta Sinfonía-Jochum-Amsterdam).
El disco nos ofrece además la oportunidad de escuchar un Mozart muy en la línea del maestro, clásico, de trazada clara, precioso en su ejecución, fresco y de líneas suaves bien marcadas y expuestas y aunque nos centremos fundamentalmente en la obra de Bruckner, les recomiendo encarecidamente que escuchen esta interpretación sublime y clásica en todas sus líneas de la obra mozartiana.
Poco vamos a poder añadir a las virtudes ya reseñadas en las diferentes entradas que hemos dedicado a la música de Bruckner y a las interpretaciones de Jochum. Este no es más que un nuevo ejemplo de cómo ofrecer belleza musical, de claridad conceptual en la ejecución de una obra, de amor por la música que se interpreta. Y es realmente asombroso como este concepto ha variado muy poco en el devenir de los años, muy poco. Tan sólo perfeccionar detalles, pulir matices, ofrecer nuevos timbres y colores, dibujar nuevos sonidos en el espacio, degustarse en la recreación de una música realmente amada.
Jochum expone la Séptima de Bruckner con su claridad habitual, desentrañando toda la compleja estructura de la obra y ofreciéndola limpia de complejidades que pueden ensombrecer su discurso. Las armonías, los colores, la paleta tímbrica de la maravillosa orquesta se ponen al servicio de algo superior, la presentación de una música sencillamente bella, de estructura compleja y a la par delicada en sus trazos que en manos del maestro resulta aún más bella de lo habitual. Es realmente increíble lo bellísima que suena la orquesta holandesa. Y no debe ser sólo por su enorme calidad, que es por todos conocida, hay algo más. Hay regusto en la ejecución, hay profundo conocimiento de lo que se va a interpretar, dónde se está interpretando y quién les está guiando en esa interpretación.
¡Asombrosas cuerdas llenas de calidez y a la par sedosas y sutiles, impresionantes y bellas maderas de preciosa claridad y sonoridad, metales nobles y poderosos con una intensidad y fuerza justas, con brillo y presencia! Fraseo elegante del director que hace mecer los sonidos que emergen de los atriles de esa orquesta realmente divina, se percibe alegría en la ejecución, libertad expresiva, integración perfecta con las ideas de su director. Se percibe vida, mucha vida, un deseo intenso de exponerla, de dar al público un adiós con amor profundo, de entregarle una música que no se desea finalice pero que de una u otra forma ha de hacerlo. Hay alma, amor, sensaciones, sentimientos, profundidad, gusto, un gusto pleno por lo que se está dando.
Toda ella es un puro placer, nada especial a destacar, quizá eso sea lo más increíble de la ejecución, la escucha fácil y sencilla que se puede hacer de ella sin que llegue a producirte cansancio o pesadez. Disfrutas a cada minuto de mágicos sonidos y te sumerges en un precioso mundo sonoro que te llena desde el inicio. Y una vez sumergido en él no deseas más que seguir buceando en esa corriente de belleza, armonía, sensibilidad, monumentalidad y espacialidad tan particular de la música de Bruckner. Una verdadera delicia, una delicia que desearías no terminara jamás.
Les deseo de todo corazón que disfruten de la hermosura de este doble disco, testimonio del arte de uno de los más grandes directores del pasado siglo, realmente grande.
Gracias querido Eugen. Gracias por darnos este ejemplo de una música del alma, para el alma y desde tu alma. Es un bellísimo testimonio, sí señor. Y así lo refleja tu cara querido maestro. Es parte de mi adiós, un adiós feliz, he cumplido mi tarea, con corazón, entrega y amor profundo en lo que he realizado.
Si quieren disfrutar un poquito más con el concierto en imágenes vean:
Gracias Javier por tu comentario.
Bruckner
Sinfonía nº 7
Mozart
Sinfonía nº 33
Eugen Jochum
Concertgebouw Orchestra Amsterdam
Grabación, 17 de septiembre de 1986, Tokio, Showa Women's University, Hitomi Memorial Hall
Versión de 1885 con algunas modificaciones de Bruckner en la Edición de Albert Gutmann
Esta actuación es verdadera soberbia. No voy a entrar en matices porque no sé describirla, simplemente que esa morosidad, más que morosidad aquí, diría delectación en todas y cada una de las notas, es de un magisterio, de una madurez propia de quien ha llegado al máximo conocimiento de la obra; adquiriendo todo ello pleno sentido, llegándome mucho más que lo que hace Celibidache.
ResponderEliminarEstaba en mi poder esta versión, toda vez que circula en un vídeo que se puede bajar de la red (emule, 3,5 gigas aproximadamente). Podría estar en Youtube pero no lo he mirado.
Saludos
Querido Javier, has añadido una palabra realmente definitoria, delectación. Fantástica, fantástica palabra. Gracias Javier.
EliminarEl vídeo está en You Tube y es totalmente impactante. Nunca me canso de ver ese final, ese adiós con felicidad y cariño del maestro Jochum.
Añadiré el enlace a la entrada.
Es indiscutiblemente una de las mas grandes septimas que existen
ResponderEliminarDE las máyores proposiciones de esta obra, ciertamente.
EliminarSublime Bruckner...
ResponderEliminarSalud, paz, sonrisas y cordiales saludito.
Elgatosierra
Gracias querido Gato. Sublime de verdad. Verdaderamente bonita.
EliminarComo ultimamente estamos de un bruckneriano subido, fui a buscar la septima por Klemperer. Y en ello que me tropecé con la 9ª de Dvorak, del cual tambien se ha hablado aqui ultimamente. Y se me encaprichó reoirla, que es lo que estoy haciendo. Y como esta casa de Julio casi que la hemos convertido entre tres en un "carajal", pues se me ocurre escribirlo, y llamar una vez mas la atención sobre el tratamiento de Klemperer de los vientos (ya que tambien se habló de vientos/Dvorak/Kubelik). Merece prestarle atención, como siempre en Klemperer.
ResponderEliminarContinuando con el "carajal" (con permiso del amigo Julio)me encanta la 9ª de Dvorak por Klemperer. Versión muy original donde Klempeer impone su estilo, y que la va muy bien a la obra. Claro que los que distinguen entre versiones checas, universales y no sé de donde más, esta la podríamos calificar de grandiosa e intemporal.
ResponderEliminarPor cierto, hablando de séptimas de Bruckner, ¿alguien ha escuchado la de Welsert- Most/ Cleveland, editada en DVD y Bluray? Me gusta esa versión. Nada que ver, por supuesto, con esta de Jochum. Es un mundo distinto, dentro de una línea objetiva, claridad máxima de todas las voces, con unos tempi mas bien ligeros. Si tuviera que buscarle algún defecto la calificaría ligeramente de fría, pero en líneas generales me gusta.Mención especial para la orquesta de Cleveland que no parece mucho peor que cuando la dirigía Szell.
ResponderEliminarNo conozco esa interpretación, Claro que lo de "fria" no me estraña tratandose de Welser-Möest. Y en cuanto a Cleveland, no olvidemos que ha tenido muchos años a Donhanyi al frente.
ResponderEliminarJULIO, intentaste "desengrasar" esto con Gershwin, pero parace que no ha sido suficiente y el personal parece agorado con Bruckner. Tendrás que hacer un nuevo intento.
ResponderEliminarO tendre tal vez que lanzar otra de mis "clasificaciones", que parece que animan un poco el cotarro
Querido Alejandro, tienes toda la razón, y lo siento profundamente porque el disco de Gershwin merece la pena la verdad, es fantástico.
EliminarLo malo es que hoy, nuevo Bruckner con dedicatoria especial a mi querido amigo Manuel José que mañana podrá disfrutar de un día precioso de lluvia y música.
Maravillosa versión de Jochum, seguramente su 7 más hermosa, redonda e íntima. ¡Muchas gracias por compartir esta joya con nosotros, Julio! Además de la conocida 5 del 86, ¿sabes si existen más grabaciones jochumianas de la cosecha de ese año? Y también, como favor, ¿podrías compartir con nosotros la mítica 8 de Wand en Lübeck, creo recordar que del 88? Muchas gracias de nuevo, Martin
EliminarQuerido Martín en proceso está. Aparte de eso revisaré algo de información sobre lo que pueda existir de esas fechas querido amigo.
EliminarEstimado amigo:
ResponderEliminarA esta altura solo recuerdo la hermosa versión de Steimberg con la Sinfónica de Pittsburgh... claro, sobra decir que la Concertgebouw es punto y aparte y marca la diferencia... Gracias por este platillo que ya se antoja manjar!!!
Pasando a otra cosa, me atrevo a sugerir que experimente Usted con el servidor Zyppyshare... es rápido, permite descargas paralelas y no tiene gran problema en su uso... Ojo, es solo una opinión y de ninguna manera conlleva ánimo de hacer propaganda.
Un gran saludo desde México capital!!!
Gabriel Ramírez
Es la mejor versión que haya escuchado nunca, sin duda
ResponderEliminarMuchisimas gracias!!!
ResponderEliminarGracias a Gabriel, Anónimo y Guiller. No había visto los comentarios antiguos.
ResponderEliminarСПАСИБО!!!!!! Julio, ваш Блог прекрасен!!!!! Muchisimas gracias!!!
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