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sábado, 11 de septiembre de 2010

Encuentro



Desconocida eras, tan sólo una lejana voz envuelta en tristeza y pena.

El pesar y el llanto permanentes eran en ti
cuando siempre decías que merecerlos no podía ser justo,
que tanto sufrir y llorar, mella en tu corazón hicieron, en tu corazón y en tu vida
antes de felicidad llena.

Dejaste de ser desconocida, y aunque a la vuelta de ese breve encuentro,
con tu tristeza y pena quedaste,
no vi pero intuí una leve sonrisa en tu cara,
una chispa de alegría en tu corazón sentí que hizo saltar en el mío la emoción.

¡Eras guapa morena! de tez pálida, rostro fino y delicado, apenado sí,
pero aún con chispa de vida,
vida en esos ojos miel que entre lágrimas dejaban ver un alma buena,
y un deseo de amar y ser amada tan profundo como nunca vi.

¿Se cumplió el sueño? Yo creo que sí, que la sonrisa fue puesta de nuevo en ti,
tus ojos brillaron, sin lágrimas,
tu corazón regaló amor y fue llenado de amor,
pasajero amor, pero amor profundo.

Tan sólo por eso mereció la pena, el encuentro y la despedida,
cruel despedida necesaria para ti.
Sé que eres libre, sonríes, vives, y amas; a otro, pero amas.
Lo merecías morena guapa.

Bartók. Concierto para Orquesta. Música para Cuerdas, Percusión y Celesta. Bernstein. Orquesta Filarmónica de New York. 1959. 1961.


Música preciosa de Bartók la que os propongo escuchar hoy. Dos piezas fundamentales en su catálogo y de las más ampliamente interpretadas y reconocidas: el Concierto para Orquesta y la Música para Cuerdas, Percusión y Celesta.

El Concierto para Orquesta de Bartók fue compuesto en 1943 poco tiempo después de que adoptara la nacionalidad americana y fue un encargo (bendito encargo) de la Koussevitzky Music Foundation en memoria de la esposa del maestro Serge Koussevitzky, Natalie.

El estreno de la obra, en presencia del propio compositor, tuvo lugar en Boston en el Boston Symphony Hall el 1 de diciembre de 1944 teniendo un gran éxito de público y quedando ya como una de las obras habituales en los repertorios orquestales. En su composición emplea todos los recursos compositivos incluyendo muchas referencias a las formas clásicas, a la música popular europea (fundamentalmente húngara), instrumentos y ritmos populares, etc. El resultado es una obra preciosa, rica en colorido, instrumentalmente bellísima, juegos instrumentales maravillosos en toda ella, movimientos lentos sedosos y hermosísimos, referencias humorísticas a otras obras (Shostakovich y su séptima) y fugas maravillosas y arrebatadoras. Una obra con una brillantez, energía y pasión sencillamente impresionantes.


Bartók fallecería el 26 de septiembre de 1945 de leucemia y según sus propias referencias a la obra, esta se presenta sin ser una verdadera muestra de desesperación, más bien evoluciona desde la austeridad del primer movimiento, la alegría del segundo movimiento, lo lúgubre del tercero a un movimiento final donde se afirma, simplemente, la vitalidad (que no es poco dado el momento de la vida de Bartók en que fue compuesta).

La Música para Cuerdas, Percusión y Celesta compuesta en el año 1936 fue un encargo de Paul Sacher para celebrar el décimo aniversario de su Orquesta de Cámara de Basilea. Su estreno tuvo lugar en Basilea el 21 de enero de 1937 por la Orquesta de Cámara de Basilea dirigida por el propio Sacher.

En conjunto la obra presenta una enorme belleza rítmica y cromática e incluye el uso de fuentes folklóricas e impresionistas. La disposición de los elementos orquestales, los dos grupos de cuerda y el central de percusión, enfrentados, espaciados en el escenario musical, las réplicas entre ellos, etc. consigue una maravillosa impresión musical, con fuerza, ritmo, danzabilidad, espacialidad y belleza sonora única.

En esta ocasión os dejo una interpretación de ambas obras por Leonard Bernstein y la Filarmónica de Nueva York. Acercamientos bellísimos por intensidad, fuerza, impulso, sonoridad, sentimiento, ritmo, precisión, construcción de las obras y por un juego orquesta e instrumental delicioso. Para mí, de las más bonitas junto a las de Fricsay (excepcionales) y Solti.

Bernstein y la Orquesta Filarmónica de New York grabando.


Os dejo esta interpretación, espero que disfruten de ella. En breve subiré la de Fricsay como homenaje a esta bellísima música.


Bartók
Concierto para Orquesta
Música para Cuerdas, Percusión y Celesta

Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York

Grabaciones: 
New York
Concierto para Orquesta, 30 de noviembre de 1959, St. George Hotel , Brooklyn
Música para Cuerdas, Percusión y Celesta, 20 de marzo de 1961, Manhattan Center











viernes, 10 de septiembre de 2010

Sibelius. Sinfonías nº 2 y nº 5. Celibidache. Swedish Radio Symphony Orchestra. 1965. 1971.


Queridos amigos míos el disco que os dejo es una joya.

La aproximación de Celibidache a Sibelius en dos de sus más famosas e interpretadas obras, las Sinfonías nº 2 y nº 5, que tienen numerosísimas grabaciones excecionales (Szell, Barbirolli, Bernstein, Colin Davis, etc.) supone para mí un descubrimiento musical todas y cada una de las veces que escucho esta preciosa grabación.


La forma en que Celibidache consigue transmitir la fuerza motriz y el impulso de estas dos sinfonías, cómo logra que florezcan y renazcan todos y cada uno de los motivos, como si estuvieran vivos; como es capaz de mantener el fondo místico, descriptivo, sin dejar de lado los afectos, las emociones, la intuición o la sorpresa, resultan bellísima e impresionante.

La Segunda Sinfonía, maravillosamente lograda, con su sonoridad, su transparencia, su naturalidad sin corsés, su belleza sobria; la monumentalidad expansiva, el tempo logrado en su desarrollo es increíblemente bello. Los detalles aparecen frescos, matizados, perfectos en su unión global en la obra. Y el movimiento final se desarrolla hacia su apogeo final construyéndose con una fuerza indescriptible. El resultado global es una excepcional aproximación a esta maravillosa obra de Sibelius. Sin desperdicios, abrumadora, imponente y sencillamente genial.

La Quinta Sinfonía, una de las más maravillosas obras sinfónicas escritas por Sibelius (para mí junto a Segunda, Tercera y Séptima) fue interpretada en los años finales de la colaboración entre la orquesta sueca y el maestro rumano. La calidad del conjunto formado, su madurez orquestal y musical y el hecho de tener un conjunto orquestal entregado al maestro logra una tensión, una belleza y una sonoridad de un carácter sublime redondeando una obra que mantiene una emotividad y una sensibilidad de alto voltaje en una obra perfectamente unida e integrada. Perfecta.


Les dejo que disfruten de este disco y en particular les animo a enviar comentarios con su parecer. Yo la tengo en el altar de las grabaciones imprescindibles. Lo voy a escuchar de nuevo esta noche para relajarme y sentir emociones que sólo Sibelius puede darme. que descansen.

Sibelius
Sinfonías nº 2* y nº 5
Swedish Radio Symphony Orchestra
Celibidache
Estocolmo, Konserthus, noviembre de 1965* y marzo de 1971









jueves, 9 de septiembre de 2010

Shostakovich - Sinfonía nº 11 "El Año 1905". Mravinsky. Orquesta Filarmónica de Leningrado. 1959 (1967).


Volvemos a retomar a un compositor y a un director a los que teníamos algo olvidadillos y por los que siento una especial predilección: Shostakovich y Mravinsky.


Os dejo un disco con la Sinfonía nº 11 obra de la que ya hemos dejado una anterior muestra absolutamente maravillosa en manos de la Sinfónica de Houston y Stokowski (http://juliosbv.blogspot.com/2010/02/shostakovich-sinfonia-n-11-leopold.html) que recomiendo escuchen y si pueden lean los comentarios.

A modo de breve recordatorio la sinfonía fue compuesta en 1957 para conmemorar el 40 aniversario de la Revolución Soviética y se creó por vez primera el 30 de octubre de1957 en el Conservatorio de Moscú por la Orquesta Sinfónica del Estado de la URSS dirigida por Nikolai Rakhlin.

En esta ocasión corresponde el honor de interpretar esta obra soberbia al gran Mravinski. Y como en él es habitual no defrauda. Una interpretación bellísima, directa, fuerte, que transmite todos los sentimientos de la partitura de forma maravillosa. Fuerte y acerada como es habitual en el maestro pero suave y delicada cuando lo precisa (el tercer movimiento por ejemplo es una delicia en su escucha y desarrollo). Le acompaña además una absolutamente inconmensurable Orquesta Filarmónica de Leningrado de una musicalidad, una calidad instrumental y una sonoridad orquestal increíble.


En cuanto al disco que os dejo hay en él una pequeña controversia al comparar con los datos de la discografía del maestro Mravinsky. En el propio CD y en otros semejantes que ofrecen esta obra dan como fecha y lugar de grabación 1967 en la radio de Praga. Consultando otras fuentes parece ser que en realidad se trata de una grabación en la radio pero el 2 de febrero de 1959 en el Large Studio of Moscow Radio. La toma sonora, sea cual sea, es maravillosa, monoaural pero impresionante, permitiendo captar todos los detalles con una calidad increíble.

Disfruten de esta interpretación, creo sinceramente que merece la pena. Es un bellísimo ejemplo de la maravillosa forma de entender a Shostakovich que tenía el gran maestro Mravinsky. Un Shostakovich acerado, musicalmente perfecto, sin gestos a la grandilocuencia ni de cara a la galería. Un Shostakovich sencillamente soberbio.


Shostakovich
Sinfonía nº 11 "El Año 1905"

Mravinsky
Orquesta Filarmónica de Leningrado

Grabación
Moscú, Estudios de la Radio, 2 de febrero de 1959








miércoles, 8 de septiembre de 2010

Mahler. Sinfonía nº 4. Bernstein. OF de Viena. Ciclo DVD. 1972.


Retomamos en esta entrada una de las últimas entregas que nos quedan del ciclo grabado por Leonard Bernstein para DG y editado en formato DVD. Otra de las cositas pendientes que nos quedaban por solocar.

En esta ocasión una preciosa y magnífica aproximación a esta bella sinfonía, a la altura de las más grandes y sinceramente creo que más lograda que la de sus ciclos en CD de Sony y DG.

La sinfonía se estrenó, bajo la dirección del compositor, en Munich el 25 de noviembre de 1901 con escaso éxito posiblemente por su dificultad técnica, su novedosa incorporación de esa voz solista final con ese carácter apacible y sereno tan diferente al resto de la obra.

En su composición Mahler aprovechó para el cuarto movimiento “Das himmlische Leben” (la Vida Celestial) que ya tenía elaborado y debía formar parte de la tercera y compuso alrededor de él el resto de esta corta pero genial obra sinfónica. Última de sus aventuras sinfónicas con los Des Knaben Wunderhorn y su mundo poético es también una de sus primeros ejemplos de simplicidad, claridad, estilo refinado y casi neoclásico en la obra de Mahler. Esto como decíamos quizá sorprendió a los oyentes viendo en ese tiempo una vuelta a los valores clásicos musicales de su Imperio Austro-Alemán.


La aproximación de Bernstein a la obra resulta francamente bonita, desde el movimiento inicial donde no encontramos un Lenny impetuoso sino muy próximo al estilo suave y sencillamente melodioso y clásico del movimiento pasando por los movimientos intermedios preciosamente interpretados con un amor inmenso, una delicadeza sublime, un tempo exacto para desgranar toda la belleza que encierran y una claridad instrumental maravillosa que permite disfrutar de cada uno de los instrumentos, de su sonoridad propia, de una manera soberbia (maravillosos solistas de esa fantástica Orquesta Filarmónica de Viena). La emoción y la profundidad de sentimiento de ese magnífico tercer movimiento es asombrosa, pone los vellos de punta, eriza tu piel y estremece el corazón. Finaliza la obra con ese cuarto movimiento genial, bellísima combinación de música, idealismo y poesía, dulcemente cantado, infantilmente enfocado y perfecto en la dicción de una magistral Edith Mathis, sublime, perfecta en el canto, en la emoción y sensibilidad necesaria transmitida a la música.

Edith Mathis-Leonard Bernstein-Orquesta Filarmónica de Viena

Una bellísima aproximación que espero disfruten con toda su alma.

Mahler
Sinfonía nº 4
Bernstein
Edith Mathis, soprano
Viena, mayo de 1972