Estimados amigos espero que disfruten de este pequeño tesoro que dejamos esta noche. Muchos ya conocen mi profunda admiración por Bernstein que arranca de hace ya muchos años y que sigue manteniéndose a día de hoy y con registros como el presentado, digamos, se ayuda a mantener.
Un verdadero placer escuchar esta recreación del joven Bernstein con 30 años, acompañado de su siempre amada y soñada Orquesta Sinfónica de Boston, de una obra que amaba profundamente, la Séptima de Shostakovich en una época en la que ya había perdido su impulso inicial como obra sinfónica e incluso era discutido su valor.
Lenny mantuvo su aprecio por la excepcional obra musical de Shostakovich aseguró su audición durante esos años en los que ya las grandes formaciones americanas la habían olvidado y en Europa estaba pasando algo similar con un Celibidache manteniendo esa misma ilusión por una obra también respetada por el maestro.
Lenny es joven pero es especial, siempre fue especial a la hora de hacer música y si bien su enfoque es en esta etapa mucho más acelerado que el postrer con Chicago su acercamiento es de una pureza musical arrolladora. En su interpretación hay belleza, fuerza, ilusión, barbarie, serenidad y medida impulsividad.
El estreno mundial se celebró en Kuibyshev el 5 de marzo de 1942 por la Orquesta del Teatro Bolshoi, dirigida por Samuel Samosud que ofreció un recital transmitido a través de la Unión Soviética y más tarde en Occidente.
En Moscú el estreno tuvo lugar el 29 de marzo de 1942 en el Salón Columnario de la Cámara de Cooperativas de Ahorro, por una orquesta que se unió a la Orquesta de Bolshoi y la Orquesta de la Radio-Unión.
La obra se estrenó también con enorme éxito, tras las vicisitudes en la salida de la partitura, en Londres y New York dirigida por Henry Wood y Toscanini respectivamente.
Finalmente el 9 de agosto de 1942 tuvo lugar un impresionante estreno en la propia Leningrado, con la Orquesta de la Radio dirigida por Karl Eliasberg (gran director luego depurado) y reforzada como se pudo y tras un bombardeo previo del sector alemán para silenciarlo durante la retransmisión (un poquito de guerra psicológica). Y la obra no se silenció, todo lo contrario, se convirtió en una de las obras más apreciadas de Shostakovich, bien sea por sus circunstancias históricas, por el apoyo de los directores "aliados" como los mencionados Wood y Toscanini o bien, no debemos olvidarlo, por la calidad musical y su enorme fuerza y energía.
Aparte los detalles históricos que acompañan a esta sinfonía la misma tiene una calidad musical que destaca. Su energía, su ritmo, su orquestación, su musicalidad contagiosa son detalles que hacen de la misma un verdadero monumento sinfónico. Y en esta interpretación de Bernstein y los músicos de la Orquesta de Boston todo ello se aprecia de forma inmediata, irresistible. La calidad instrumental de los músicos de Boston es impresionante y la fuerza de la música es transmitida de una forma viva, inmediata y apasionada por Lenny; un Lenny arrollador, inmenso, menos preciso que en recreaciones más maduras pero muy directo, intensísimo, brillante, con una manejo maravilloso de la masa orquestal y de los detalles y matices más insospechados; un Lenny que mantiene la tensión de forma magistral, dosificándola, manejándola de manera soberbia sin desperdiciar momento alguno y sin cargar las tintas en la superficie de la brillantez sonora. Emotiva, tensa, densa, acelerada y dura.
Les dejo otras referencias como suelo estar haciendo últimamente y les ruego revisen a Celibidache y al propio Lenny con Chicago.
Bernstein
Historical Recordings
BSO and NYPO
Shostakovich
Sinfonía nº 7
Leonard Bernstein
Boston Symphony Orchestra
Grabación
Boston, Symphony Hall, 22 de diciembre de 1948
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